Internet de las cosas, conectividad para mejorar la relación médico-paciente digital

El internet de las cosas se aplica ya en sectores como las telecomunicaciones, la energía, el transporte o el manufacturero. Pero también en salud, donde tiene un enorme potencial. Según un artículo de Mobile World Capital, “la medicina es uno de los sectores que recibirá un mayor impacto a causa del IoT”.

Afirmación con la que estoy totalmente de acuerdo. En Sanitas creemos que la conectividad del internet de las cosas va a permitir acercar la salud al paciente digital, que quiere tener un seguimiento los siete días de la semana, las 24 horas del día.

En esta línea nace Salud Conectada, un programa basado en inteligencia artificial, big data, IoT y el uso de wearables, que recoge los indicadores biométricos del paciente. Esta plataforma está conectada con la historia clínica, lo que permite el seguimiento en tiempo real y ayuda en la detección de riesgos, en la prevención y el seguimiento. Salud Conectada incluye un sistema de alertas que permite poner los medios asistenciales necesarios para tratar una agudización del paciente.

Salud Conectada es un programa basado en inteligencia artificial, big data, IoT y el uso de wearables, que recoge los indicadores biométricos del paciente

Pero en Sanitas seguimos pensando en fórmulas que van más allá del cuidado clásico hospitalario. Queremos que nuestro espacio físico no solo sea flexible sino también inteligente. Las habitaciones de nuestros hospitales interactúan con los pacientes, obedecen a sus instrucciones y monitorizan su salud a través, por ejemplo, de asistentes virtuales. La digitalización humaniza la salud, y una muestra es cómo estas nuevas habitaciones permiten a los pacientes recibir videovisitas de familiares y amigos que no hayan podido acudir presencialmente.

Salud digital también en casa, hogar conectado

Este internet de las cosas nos permite ir más allá. Un ejemplo es cómo las los objetos domésticos de nuestro entorno (en el trabajo, en casa, en el coche) se podrán convertir en elementos activos que nos ayuden a cuidarnos. Por ejemplo, un espejo inteligente que nos identifica por parámetros de reconocimiento facial y que, conectado a nuestra agenda y a nuestra casa (calefacción, nevera, televisión), puede darnos recomendaciones o recordatorios de salud como próximas visitas al especialista o recordarnos la actividad física realizada durante el día. Este modelo del mobiliario inteligente permite fomentar un entorno saludable en nuestra propia casa, sin esfuerzo por nuestra parte, y con la posibilidad y la garantía de estar siguiendo los consejos de los profesionales.

En definitiva, el internet de las cosas acerca la salud a los pacientes. Entonces, ¿por qué no aprovechar esta herramienta para mejorar la calidad de vida de los pacientes?

Y en vuestras empresas, ¿cómo utilizáis el futuro de esta tecnología?