Béisbol

Venezuela se despide del Clásico y mira al futuro

José Altuve celebrando después de la victoria contra Puerto Rico, en la primera fase del Clásic Mundial de Béisbol, el 12 de marzo de 2023. Fotografía de Eric Espada | Getty Images North America | AFP

20/03/2023

Miami, Florida.- Desde temprano se sentía la emoción en ambos dugouts, el respeto por el contrario estuvo de manifiesto en cada entrevista previa.  Ambos managers fueron prudentes en sus ruedas de prensa. 

Las alineaciones mostraban a dos equipos cargados de talento, de buenos bateadores. En cada selección había ganadores de Guantes de Oro, Bates de Plata, premios al Jugador Más Valioso, líderes de bateo, anillos de Serie Mundial, Novatos del Año e invitados a Juegos de las Estrellas. 

La presentación de los equipos fue emocionante, el ambiente era espectacular. 

El momento de la ovación a Miguel Cabrera fue la primera muestra de la intensidad que se sentiría después, de parte de los fanáticos venezolanos.

El juego fue un verdadero duelo de batazos que comenzó con un infield hit de Mookie Betts, Mike Trout dio doble y remolcó a Betts, Paul Goldschmidt también mandó a una pelota a terreno de nadie, Nolan Arenado siguió el ataque con sencillo, y Kyle Tucker despachó otro imparable por el centro para impulsar la tercera carrera del inning. Así terminó el trabajo de Martín Pérez. José Ruiz apareció para relevarlo de manera solvente. 

Martín Pérez hace un lanzamiento durante el segundo inning del juego contra Estados Unidos, el 18 de marzo de 2023. Fotografía de Eric Espada | Getty Images | AFP.

La verdad es que aunque el único palazo contundente fue la línea por segunda de Betts, el resto de los batazos cayó en zona buena “con ojos”, perfectos ejemplos del porqué también les dicen “maldito sea” a esas conexiones “flojas” a las que los defensivos no pueden llegar. 

En el cierre del capítulo, José Altuve abrió con sencillo al jardín derecho ante el abridor Lance Lynn, Anthony Santander fue dominado con elevado a la antesala y entonces Luis Arráez enganchó una pelota para enviarla lejos por el jardín derecho: la esfera recorrió 377 pies. Venezuela se acercó con dos anotaciones. Así empezó el “toma y dame” que no paró hasta el final. 

Luis Arráez celebra mientras corre las bases después de batear un home run en el primer inning del juego contra Estados Unidos, el 18 de marzo de 2023. Fotografía de Eric Espada | Getty Images | AFP.

Al relevo de José Ruiz, quien trabajó un episodio y dos tercios, le sucedió Luis García con trabajo de cuatro innings en los que recibió 4 hits, incluido el jonrón solitario de Kyle Tucker; le anotaron 2 carreras limpias, colgó 3 ponches. 

Venezuela reaccionó en el quinto inning con 4 carreras, para irse arriba 6-5, y sumó otra en el séptimo con el segundo cuadrangular, esta vez solitario, de Luis Arráez para poner la pizarra 7-5. Fue el episodio en que Altuve recibió el bolazo que le fracturó el pulgar de la mano derecha, motivo por el cual perderá dos meses de temporada. 

Luego de hacer el último out del séptimo capítulo, con ponche cantado a Kyle Tucker, y celebrarlo exageradamente, José Quijada no pudo hacer un out en el inning 8. Cedió un boleto, recibió hit y le dio un pelotazo a J.T Realmuto. Silvino Bracho entró a relevar, y luego de 2 strikes le quedó alto un cambio que Trea Turner conectó para las gradas del jardín izquierdo. Dio vuelta a la pizarra y puso arriba 9-7 a Estados Unidos, el marcador definitivo del juego. 

Trea Turner celebra con el equipo de Estados Unidos después de batear un grand slam en el octavo inning y voltear el marcador que hasta entonces dominaba Venezuela, el 18 de marzo de 2023. Fotografía de Eric Espada | Getty Images | AFP.

Luego del jonrón, Bracho terminó el inning dominando a Mookie Betts con elevado y colgando par de ponches a Mike Trout y a Paul Goldschmidt. 

Venezuela no pudo remontar. Ronald Acuña Jr. abrió con doble, pero se quedó esperando remolque. Luego salió Ryan Pressly para terminar el juego como acostumbra, por la vía rápida del 1,2,3.

En la rueda de prensa posterior, Omar López dio todas las explicaciones que se le pidieron, visiblemente afectado por la frustración de no avanzar luego de meses de preparación e ilusión. Una decisión equivocada bastó.

Insistir con Quijada para el octavo fue clave en la derrota. La regla obliga a enfrentar a 3 bateadores. Al haber terminado el inning anterior no tenía que salir de nuevo, pero como abrió el siguiente episodio debía enfrentar al menos 2 bateadores.  Con dos en base, el manager confió en que Quijada podía hacer un out, dando tiempo «para ver si me daba chance de que Alvarado estuviese listo para traerlo».  Explicó que temió que José Alvarado pudiera enfrentar a más de 4 bateadores, que es su límite. Corría el riesgo de no poderlo usar para cerrar. El juego estaba cerca, solo dos carreras, tiene sentido que haya pensado eso, podía empatarse e irse a innings extras. 

El manager Mark DeRosa valoró el duelo como uno de los mejores que ha vivido en su carrera profesional, que incluye 16 temporadas en las Grandes Ligas. Para Trea Turner igual, nunca había sentido tanta intensidad en un juego. Fue único para él.

La reacción de los jugadores de Estados Unidos cuando remontaron demostró cuánto les importa este torneo, lo mucho que significa para ellos, así como para todos, llevar el nombre de su país en el pecho. 

Son los campeones defensores y jugaron para revalidar ese título.

Contrario a lo que algunos han opinado, lo sucedido ante Venezuela dejó claro que el Clásico Mundial de Béisbol es especial para los peloteros de Estados Unidos. Mookie Betts dijo en la transmisión de FOX, aún con la emoción de lo vivido minutos antes, que cree que sería buena idea hacerlo todos los años. 

Volviendo al clubhouse de Venezuela, los periodistas venezolanos que estamos aquí en Miami los esperamos en el pasillo habilitado como “zona mixta” para hacer entrevistas. Todos cabizbajos. Fue doloroso, sobre todo para ellos.

Salvador Pérez se detuvo a conversar ante las cámaras y grabadores. Lo primero que hizo fue manifestar su tristeza, luego explicó el pitcheo que enganchó Turner, un cambio que se quedó alto, lo pidió más abajo. Un error que pasa con frecuencia y que esta vez costó demasiado, pero el béisbol es así. No hay culpas, el béisbol no es un juego de culpas. 

Salvador Pérez celebrando en segunda base después de batear un doble en el quinto inning contra Estados Unidos, el 18 de marzo de 2023. Fotografía de Eric Espada | Getty Images | AFP.

Estaban tristes, no querían perder, hicieron todo lo posible por ganar. Lo hicieron perfectamente en la primera fase, clasificando invictos, y no les fue suficiente. Les tocó enfrentar a uno de los mejores equipos que ha presentado Estados Unidos en la historia de este certamen, para muestra: Trea Turner batea como noveno en la alineación. Les jugaron de tú a tú, porque había con qué. Ese 4-0 no fue un cuento de hadas, le ganaron con solidez a República Dominicana, con el Cy Young, y a Puerto Rico. 

Estados Unidos tiene otro equipo de estrellas sentado en la banca. La “debilidad” es el pitcheo, como se vio en este desafío, pero batearon más, capitalizaron los errores de Venezuela, voltearon la pizarra cuando ya era tarde y, para cerrar, subió al morrito Ryan Pressly.

Fue un juegazo. Lo que se vivió en el LoanDepot Park de Miami fue muy especial para todos los presentes, no sólo por el nivel de ruido.

Tenía a mi lado a un periodista de Detroit, Evan Petzold, que estaba tan impresionado que decidió bajar a la tribuna a entrevistar a los venezolanos, para, en sus propias palabras, conocer más de la pasión que sienten por el béisbol. Regresó conmovido, creo que secretamente ligaba que ganara Venezuela. 

Luis Arráez, un jugador que se exige mucho a sí mismo, que trabajó en el receso invernal para prepararse y llegar lo más listo posible al Clásico (hay que decir que esa fue la actitud de todo el equipo), me dijo que estaba afligido por el resultado. Fue frustrante no haberlo logrado a solo 6 outs, pero al mismo tiempo estaba satisfecho por la experiencia, porque hicieron todo lo posible. Le ganaron a dos rivales de la calidad de Dominicana y Puerto Rico y se tutearon con ese “Dream Team”. Él lo sabe y le da valor.

Me dijo también algo que creo significa mucho y con lo que quiero quedarme: “Esta experiencia nos hizo mejores a todos”. 

Más de la mitad de ese roster tiene la edad para pensar que puede volver a vestir ese uniforme. Lo digo para quienes creen que no será posible ensamblar otro equipo como este. Eso no debe preocuparnos. Hay talento para el futuro. 

Eso que a veces suena como un cliché, con esta selección de béisbol fue una verdad irrebatible: dejaron el nombre de Venezuela en alto.


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