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El Liceo rescata del olvido la ópera 'La fattucchiera', de Vicenç Cuyàs

Fomentar la creación de nuevas óperas y redescubrir el patrimonio lírico español son dos de los objetivos que se marcó el Teatro del Liceo de Barcelona en la nueva etapa que supuso la reinauguración del coliseo en 1999, cinco años después de su destrucción a causa de un incendio. Tras el estreno de D. Q., la ópera de La Fura dels Baus que inauguró la pasada temporada, el Liceo centra este año su atención en la exhumación de la ópera La fattucchiera (La hechicera), del mallorquín Vicenç Cuyàs (1816- 1839), considerada uno de los más destacados ejemplos del romanticismo musical español. La ópera, que sube el próximo viernes de nuevo a un escenario tras más de 160 años de olvido, se ofrecerá en versión de concierto bajo la dirección de Josep Pons. Las dos audiciones previstas se grabarán para editar después un disco.

Protagonizada por la soprano Ofelia Sala, el tenor José Sempera, el barítono Simón Orfila y la mezzosoprano Sabrina de Rose, La fattucchiera es uno de los escasos ejemplos españoles de belcantismo puro. Compuesta por Cuyàs cuando tenía tan sólo 22 años, se estrenó con gran éxito en el Teatro de la Santa Cruz de Barcelona, actual Teatro Principal, el 23 de julio de 1838 y consiguió mantenerse en cartel sin que disminuyera el entusiasmo del público por ella frente a los estrenos, ese mismo año, de óperas como Norma, de Bellini, y Lucia di Lammermoor, de Donizetti.

La ópera cayó en el olvido tras la muerte de Cuyàs, el 7 de marzo de 1839, la misma noche en que se representaba La fattucchiera. Los diversos intentos de reponerla fracasaron y la obra resurge ahora del olvido gracias al trabajo de investigación del musicólogo Francesc Cortés y a la edición de la partitura en 1998 por la Sociedad General de Autores y el Instituto Complutense de Ciencias Musicales.

'Es fundamental conocer cuál es nuestro patrimonio musical y que los investigadores tengan el apoyo de las instituciones para recuperar nuestra historia musical', dice el director de orquesta Josep Pons, que asegura que el impulso a la nueva creación debe pasar también por apoyar a los investigadores para redescubrir las obras olvidadas del pasado. Poco habituado a dirigir óperas belcantistas, Pons confiesa que aceptó sin dudarlo la dirección musical de la exhumación de La fattucchiera por su convencimiento de la necesidad de recuperar el patrimonio musical español y por su inquietud por descubrir cosas nuevas.

'No conocía la música de Cuyàs, ni siquiera había oído hablar de él antes de que me propusieran dirigir la ópera, pero he encontrado a un músico de gran talento, con un gran sentido teatral en la escritura', dice el director. ¿A qué suena? 'A belcantismo en estado puro. Es una ópera en la que prima el lucimiento de las voces, con pasajes de extrema dificultad para la soprano y el tenor, y gran exigencia no sólo en el aspecto vocal, sino también por lo que se refiere a la resistencia. Recuerda en ciertos aspectos a Donizetti e incluso a Bellini, pero curiosamente a obras de ambos compositores que Cuyàs no había escuchado todavía'.

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