Los 'marielitos' que poblaron Miami revisan los 40 años del éxodo masivo

En unas 2.000 embarcaciones de pequeño calado arribaron a EE UU con familias enteras, pero también otros que dejaban atrás a los suyos y en algunos casos no los volvieron a ver

Refugiados cubanos que llegaron a Miami durante el éxodo del Mariel. (UM Cuban Heritage Collection)
Refugiados cubanos que llegaron a Miami durante el éxodo del Mariel. (UM Cuban Heritage Collection)
Jorge Ignacio Pérez

16 de abril 2020 - 09:48

Miami/(EFE).- "El mayor cambio posible en mi vida", así describe a Efe el periodista Hugo Landa el viaje que lo sacó definitivamente de Cuba, junto a 125.000 compatriotas, durante el puente marítimo Mariel-Cayo Hueso, que este miércoles cumple 40 años desde que la primera de las 2.000 embarcaciones salió hacia EE UU.

Hoy director de Cubanet, la publicación digital de asuntos cubanos más antigua (1994) que se edita en Miami, Landa dice a Efe que la mayoría de los asilados en la embajada fueron "incluidos como 'antisociales' entre las personas que la dictadura obligó a llevarse en los barcos a los exiliados que iban a reclamar a sus familiares".

La mayoría de los asilados en la embajada fueron "incluidos como 'antisociales' entre las personas que la dictadura obligó a llevarse en los barcos a los exiliados que iban a reclamar a sus familiares"

El éxodo del Mariel fue consecuencia de la entrada violenta de seis cubanos en 1980 en la embajada de Perú en Cuba para pedir asilo político, que les fue concedido. En represalia, las autoridades cubanas retiraron la vigilancia y protección de esa misión diplomática, que recibió más de 10.800 personas en cuatro días, Landa entre ellos.

Poco después, el entonces presidente, Fidel Castro, anunció la apertura del puerto de Mariel, a unos 40 kilómetros de La Habana, para quien quisiera salir de Cuba.

Landa llegó a una ciudad no tan poblada como ahora y mucho más recortada de lo que es hoy su trazado urbanístico. "Para Miami tiene que haber sido muy difícil asimilar esa avalancha de refugiados llegados en solo 5 meses", reflexiona.

"Hay que tener en cuenta además que en aquellos momentos Estados Unidos atravesaba una profunda crisis económica, con gran desempleo e inflación. Recuerdo que todo el mundo nos decía: 'la cosa aquí está mala', algo que yo nunca entendí porque no había libreta de racionamiento y a mí todo me parecía maravilloso", recuerda.

En unas 2.000 embarcaciones de pequeño calado arribaron con él a EE UU familias enteras, pero también otros que dejaban atrás a los suyos y en algunos casos no los volvieron a ver.

El Mariel fue una válvula de escape que Castro utilizó para enviar no solo disidentes, sino también personas que cumplían condenas y fueron sacados de las cárceles con la condición de marcharse definitivamente del país.

El documental En sus propias palabras (1980), de los realizadores Jorge Ulla y Lawrence Ott, Jr., recogió las impresiones de esos cubanos que pisaban suelo estadounidense tras una travesía peligrosa y hacinados en pequeños barcos, entre ellos el escritor Reinaldo Arenas (1943-1990).

La condición para embarcar a sus familiares en Cuba era que los patrones llenaran sus yates y subieran a gente que nunca había visto.

"Es cierto que entre los refugiados había delincuentes infiltrados por el régimen que, como es de esperar, comenzaron a hacer de las suyas", afirma el periodista.

Landa asegura que "los delincuentes eran solo una pequeña minoría, pero eran los que salían en el noticiero, porque los noticieros normalmente no informan sobre la gente que se levanta todos los días para ir a una fábrica a trabajar".

"Todos los del Mariel sabíamos que no había regreso a Cuba, ni siquiera como turistas, porque la dictadura no lo permitió hasta que pasaron casi 20 años, creo que por eso nos concentramos de lleno en vivir y progresar aquí"

Para el director de Cubanet, "son muchos los marielitos triunfadores que uno encuentra en todas las esferas de la vida en Estados Unidos".

"Los que llegaron siendo aún niños ya rondan o sobrepasan los 50 años y son como cualquier 'americano'. Yo llegué joven, con 27 años, y ya tengo 67", detalló.

"Todos los del Mariel sabíamos que no había regreso a Cuba, ni siquiera como turistas, porque la dictadura no lo permitió hasta que pasaron casi 20 años, creo que por eso nos concentramos de lleno en vivir y progresar aquí", acotó el periodista.

El puente marítimo del Mariel duró seis meses, dos semanas y dos días, desde el 15 de abril hasta el 31 de octubre de 1980.

Anteriormente, Cuba había hecho una operación similar durante el puente marítimo conocido como "Camarioca", en 1965 y durante el gobierno del entonces presidente estadounidense Lyndon Johnson.

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