Del aparejador al graduado en arquitectura técnica

Darío López FIRMA INVITADA

OURENSE

02 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ourense cuenta en su provincia con 254 aparejadores colegiados, que desarrollan su actividad de manera privada, como profesionales libres o autónomos, como empleados de entidades privadas, empresas constructoras, promotoras o inmobiliarias o públicas, en ayuntamientos, Xunta o Administración del Estado, Hacienda, Catastro, Fomento y Vivienda... en definitiva, en diversos ámbitos del sector de la construcción y la industria. El Ayuntamiento de Ourense, en concreto, acoge en su plantilla de personal a siete arquitectos técnicos o aparejadores que realizan labores de asesoramiento, emiten informes y dirigen la ejecución de obras de construcción que le son encomendadas.

Pero empecemos por sus orígenes. La presencia activa de los aparejadores en las obras de edificación está ampliamente documentada desde el siglo XVI, siendo en aquellos tiempos acaso la primera profesión que, cuando se desempeñaba ya entonces bajo la figura que hoy consideraríamos funcionarial, tenía reconocida, además de unos emolumentos fijos, la provisión de gastos para atender los desplazamientos a las obras o construcciones, lo que comprendía la disposición de una cabalgadura y de las dietas necesarias a su manutención.

De las filas de los aparejadores salieron los maestros mayores. Las intervenciones de ambos profesionales se encuentran en el origen de prácticamente toda la edificación de determinada entidad ejecutada en España hasta principios del siglo XX.

La configuración actual de la profesión surge con el Decreto de Atribuciones de 16 de julio de 1935, que estableció la obligatoriedad de intervención de los aparejadores en todas las obras de arquitectura. Académicamente constituye un hito importante la Ley de Enseñanzas Técnicas de 1957, que configuró los estudios que se impartían en las Escuelas de Aparejadores, introduciendo el Curso Preparatorio más los tres años de carrera, y que estableció las especialidades de urbanismo, organización de obras e instalaciones.

La titulación universitaria de Arquitecto Técnico aparece en España con esta denominación a partir de la reforma de las Enseñanzas Técnicas de 1964, constituyéndose las Escuelas Universitarias de Arquitectura Técnica en 1972. Como fruto de la adaptación del sistema universitario español al Espacio Europeo de Educación Superior, han dado lugar a la institución del título universitario de Grado (cuatro años) que habilita para el ejercicio de la profesión regulada de arquitecto técnico.

Por las características de su formación técnica y generalista, los arquitectos técnicos poseen una gran versatilidad, que les permite adaptarse a las circunstancias cambiantes del mercado de trabajo.

Los arquitectos técnicos pueden ejercer como project managers, gestionar económicamente construcciones, control de calidad, peritaciones, valoraciones, coordinación de seguridad y salud, informes e inspecciones, fabricación de materiales, evaluación de la sostenibilidad y eficiencia energética, jefes de obra, rehabilitación y adecuación de locales comerciales, técnicos municipales, etcétera. 

El impulso de las administraciones públicas en el ámbito de la rehabilitación, la regeneración y renovación urbanas, hacen que los aparejadores o arquitectos técnicos ocupen un espacio de confianza para resolver las cuestiones que atañen a los propietarios de viviendas y comunidades de vecinos. La elaboración de informes de inspección técnica, o el informe de evaluación de edificios, se hacen imprescindibles para la obtención de ayudas económicas para las actuaciones de mejora de calidad de hogares y sus entornos. En nuestra ciudad, y fruto de un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Ourense y el Colegio Profesional de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, se han realizado unas 95 inspecciones, de construcciones municipales, con el objeto de dar cumplimiento a la Ordenanza de Inspección Técnica de Edificios.

Otro de los objetivos de las normativas es alcanzar la accesibilidad universal, ello deriva en que un elevado porcentaje del parque de viviendas no cumple lo perseguido. El análisis de las obras necesarias, la valoración del coste de las mismas así como su gestión administrativa, hace de los aparejadores un perfil que garantiza el éxito de esa tarea.

En los últimos años se han puesto al alcance de todos los ourensanos un paquete de ayudas que pueden alcanzar el 60 % del coste, destinadas a las instalaciones de ascensores en comunidades de propietarios que no disponen de este servicio con objeto de favorecer esa accesibilidad universal que toda la sociedad reclama, y también se han favorecido las viviendas unifamiliares y viviendas dúplex, en convocatorias para este año 2018 y que se reanudarán con toda seguridad en el año 2019. En definitiva, el desarrollo de la trayectoria académica del aparejador o arquitecto técnico, ha derivado en la especialización de todo lo relacionado con la vivienda, materiales, instalaciones, estructura y acabados. Se puede concluir que lo siguiente será el aparejador de cabecera, el técnico que aglutina todo lo concerniente al mantenimiento y conservación de los hogares.

Darío López Fernández es arquitecto técnico y vocal de comunicación y redes sociales del Colegio Oficial de Arquitectos Técnicos de Ourense (Fuente: CGATE)