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No es que le guste el coco ni nada parecido, pero gracias a ellos tiene un futuro mejor.
La rana dardo venenoso o terribilis (Phyllobates terribilis ) es endémica de una región del Cauca y una pequeña zona del Valle. Se considera el vertebrado más venenoso del planeta y se halla en peligro según la clasificación de la UICN.
Vive cerca a ríos como el Saija y Timbiquí, en esta población. Ahí la Fundación Proaves tiene la Reserva Natural Rana Terribilis para protegerla.
Para mejorar su estado hay que ver cómo se reproduce. A diferencia de otras especies que suben a los árboles y ponen sus huevos en bromelias, esta busca charcas en el suelo. Pese a lo lluviosa de la zona, dijo Juan Sebastián Forero, profesional que realizó su pasantía allí y adelantó el trabajo, a veces no llueve y se secan.
Buscaron asegurar la reproducción y colocaron mitades de la cáscara del coco, 84, en las raíces de los árboles donde habita. Allí en pocos meses, a fines de 2013 se desarrollaron los renacuajos. En enero eran 107 en 41 cocos. Los cocos se llenan de agua.
La rana es muy venenosa. Se cree (no se ha confirmado), que es por los alcaloides que secuestra en su alimentación, en especial insectos.
La Reserva, informó Proaves, tiene 47 hectáreas y con ella también se protegen especies de aves como la chilacoa parda y el paujil del Chocó.
La rana, dijo Forero, es grande entre las especies de la familia dendrobatidae, ranas venenosas. Está amenazada por el tráfico ilegal, la minería y los cultivos ilícitos.