Europa pone orden en la valoración de marcas y patentes

Los derechos de propiedad industrial e intelectual ganan peso en la valoración de las compañías. Un grupo de expertos plantea propuestas para fomentar la transparencia y seguridad de estos activos.

"Cuando en el verano de 2013 BlackBerry anunció que buscaría alternativas estratégicas para dar solución a su situación económica, los analistas centraron su atención en su cartera de patentes, cuya valoración preliminar osciló entre 2.000 y 5.000 millones de dólares. Semejante diferencia, de en torno a 3.000 millones de dólares, sirve para ilustrar las grandes discrepancias que se pueden producir en la valoración de los derechos de propiedad industrial".

Con este ejemplo, Dulce Miranda, abogada y socia de Garrigues, explica lo difícil que puede llegar a ser, y lo importante que es, valorar correctamente los activos intangibles de las compañías.

Los derechos de propiedad industrial e intelectual juegan un papel cada vez más relevante en la estrategia corporativa de las empresas. Sin embargo, siguen siendo unos grandes desconocidos en muchos aspectos.

Consciente de ello, y en el marco de la Unión por la Innovación (una de las siete iniciativas emblemáticas anunciadas en la estrategia europea para 2020), la Comisión Europea designó un grupo de doce expertos independientes, especialistas en un amplio abanico de disciplinas y procedentes de distintos países de la UE, a los que confirió el mandato de identificar los problemas existentes en torno a la valoración de los derechos de propiedad intelectual y de proponer soluciones a los mismos.

Mayor seguridad De ese grupo de expertos ha formado parte Dulce Miranda como única representante española, que explica a EXPANSIÓN que "existe una clara necesidad de incrementar el conocimiento, la confianza y la seguridad en estos activos para estimular transacciones sobre los mismos, para sustentar las operaciones para la financiación de las empresas y para dar una información más completa y transparente sobre el verdadero valor de las empresas".

El grupo de expertos ha elaborado un informe acerca de la actual situación, tras realizar un estudio de las cuestiones específicas en torno a la valoración de los intangibles, formulando una serie de propuestas.

En primer lugar, plantea la creación de una amplia base de datos en la que se reúna información anónima sobre las transacciones que se realicen sobre derechos de propiedad industrial. El objetivo es que sea una fuente de información fiable para dar acceso a parámetros de mercado y que sirva, entre otras cosas, para aumentar la credibilidad en las valoraciones de intangibles.

Proponen diversas fórmulas para incentivar el suministro de estos datos, como, por ejemplo, establecer su carácter obligatorio en los casos de contratos en los que participe un ente público, o que sea un requisito en la aplicación de incentivos fiscales a la innovación.

Otra propuesta es la constitución de una organización profesional que certifique la capacitación de los profesionales encargados de llevar a cabo la valoración de los derechos de propiedad industrial. En este sentido, Dulce Miranda explica que la existencia de distintos criterios de valoración y la prestación de este tipo de servicios por distintos profesionales (economistas o abogados, entre otros) trae consigo cierta desconfianza en la corrección de la valoración.

Por este motivo, el grupo de expertos propone la creación de un registro internacional, de carácter voluntario y al que se acceda previo examen de aptitud, como fórmula para consolidar la confianza en la calidad y capacidad de los profesionales que desarrollen tareas de valoración de intangibles.

Las cuentas de Gillette La compañía Gillette fue adquirida en 2006 por Procter & Gamble por un total de 54.000 millones de dólares, cuando según sus libros tenía un valor de 3.000 millones. La diferencia está, entre otros factores, en la valoración de su cartera de marcas y otros derechos de propiedad industrial, que no estaban reflejados en su contabilidad.