De Klerk: "El gobierno de Sudáfrica ha olvidado el legado de Mandela"

Entrevista

"Sudáfrica es una de las democracias más evolucionadas de África", explica el presidente que liberó a Madiba

"Qué sea un país más desigual hoy que en 1994 es uno de los mayores fracasos", opina

De Klerk en su 75 cumpleaños el 18 de marzo de 2011 en Ciudad del Cabo, Sudáfrica

De Klerk en su 75 cumpleaños el 18 de marzo de 2011 en Ciudad del Cabo, Sudáfrica

Propias

En 1994, Frederik de Klerk sabía que perdería las primeras elecciones libres de Sudáfrica. Fue el punto final definitivo al régimen racista del apartheid. Antes, siendo aún presidente, derogó las leyes segregacionistas y liberó a Nelson Mandela, con quien compartió el premio Nobel de la Paz. De Klerk repasa para La Vanguardia los logros y retos de dos décadas de libertad.


Sudáfrica cumple 20 años de democracia. ¿Es un país mejor?
Sudáfrica es, sin ninguna duda, un país mejor hoy que en 1994, a pesar de los serios desafíos a los que nos enfrentamos. El 27 de abril no es sólo el 20 aniversario de nuestras primeras elecciones incluyentes y no raciales; es el 20 aniversario de nuestro sistema constitucional y declaración de derechos. Antes, el Parlamento era supremo y podía hacer cualquier ley que quisiera. Desde 1994, la Constitución y el Estado de derecho están por encima de lo demás. Durante los últimos 20 años, todos los sudafricanos, independientemente de su raza, han disfrutado de más derechos que antes.

La sudafricana es una de las sociedades más desiguales del mundo, con 23 millones de pobres y un paro del 24%. Usted pide más tiempo para fortalecer el sistema democrático, pero ¿qué debe cambiarse y cuánto tiempo necesita el país para resolver sus problemas?
Que Sudáfrica sea un país más desigual hoy que en 1994 es uno de los mayores fracasos de nuestra nueva sociedad. Está vinculado a nuestra incapacidad de proporcionar una educación decente y de calidad al 85% de nuestros niños -a pesar del enorme gasto en educación- y al hecho de que sólo el 43% de la población entre los 16 y los 64 años tiene un empleo. Las cifras de desempleo se han visto agravadas por la falta de personal capacitado, por el sistema laboral más disfuncional del mundo y por nuestra incapacidad para alcanzar niveles mayores de crecimiento económico. Hemos fracasado en nuestro objetivo de lograr un mayor crecimiento económico porque las políticas del Gobierno y las pobres condiciones laborales han desalentado gravemente las inversiones domésticas y extranjeras. Debemos mejorar la educación, reformar las relaciones laborales y crear una atmósfera más favorable a la inversión.

Usted dijo: "demasiados líderes políticos ven su despacho gubernamental como un medio para el enriquecimiento personal". ¿El partido en el poder, el Congreso Nacional Africano, ha olvidado el legado de Mandela?
Uno no puede llegar a otra conclusión después de observar como todos los líderes del CNA se han posicionado junto al presidente para defender el gasto de 246 millones de rands (16'5 millones de euros) en su residencia de vacaciones privada. (Nota: En marzo, la Defensora del Pueblo sudafricana publicó un informe que acusaba al presidente Jacob Zuma de gastar fondos públicos para renovar la casa de su aldea natal).


Una nueva generación de sudafricanos, que han vivido siempre en libertad, vota por primera vez en los comicios del 7 de mayo. ¿Cuáles son los retos a superar?
El principal desafío será encontrar trabajo y liberarse del ciclo de dependencia. Después de salir de un sistema educativo disfuncional, deberán mejorar por su cuenta su educación. También tendrán que hacer frente a graves problemas sociales de su generación, incluidos los altos índices de VIH y la cruda realidad de que el 75% de nuestros jóvenes crece en hogares donde sólo vive uno de los dos padres.


Tras el apartheid, Sudáfrica se convirtió en un ejemplo mundial de paz y reconciliación. ¿Cree que mantiene ese papel de referente moral?
Sudáfrica sigue siendo un miembro respetado de la comunidad internacional y todavía -disfruta de una de las democracias más evolucionadas de África y una de las economías más avanzadas. Sin embargo, el comportamiento del Gobierno actual está agotando rápidamente las reservas de admiración y respeto que conseguimos durante la presidencia de Mandela.

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