Más trabajo para la doctora Carneiro que para los porteros

Atlético-Chelsea

El espectáculo no estuvo en el terreno de juego, sino en una grada del Vicente Calderón que no dejó de animar.

La jefa de los servicios médicos del Chelsea tuvo mayor protagonismo que los futbolistas al atender varias lesiones.

La doctora del Chelsea, Eva Carneiro, junto al lesionado Peter Cech

La doctora del Chelsea, Eva Carneiro, junto al lesionado Peter Cech

Andres Kudacki - AP

En un partido tosco, espeso, con continuas interrupciones y exento de espectáculo futbolístico, tomó protagonismo quien normalmente no suele tenerlo. Posiblemente por el aburrimiento y la monotonía del choque, muchos de los comentarios tanto entre los espectadores como en las redes sociales tuvieron un destinatario inesperado. Suele suceder en encuentros con semejante desarrollo. En esta ocasión se trató de la doctora Eva Carneiro, jefa de los servicios médicos del Chelsea y a la que se le acumuló el trabajo durante los 90 minutos. De hecho, tuvo más que los porteros de Atlético de Madrid y Chelsea, quienes apenas se tuvieron que emplear a fondo.

Gibraltareña, protagonista en varias ocasiones en los tabloides ingleses, con un gran currículum médico y, según dicen, simpatizante del Real Madrid, la doctora Carneiro abandonó el banquillo en varias ocasiones para atender a los futbolistas de su equipo. No tardó en pedir ella misma el cambio de Peter Cech en cuanto se percató de que la lesión del meta en el minuto 15 era importante. Algo parecido hizo con John Terry ya en el tramo final del encuentro. Y también tuvo que permanecer más de dos minutos sobre el césped con David Luiz al inicio del segundo tiempo. Eso, entre otros percances.

Su repetida presencia sobre el 'verde' simbolizó lo que fue el partido: accidentado. Un encuentro en el que el verdadero espectáculo estuvo en la grada. Bonito mosaico en el Vicente Calderón para recibir a ambos equipos ('Desde 1903, Atlético hoy y siempre), piel de gallina cuando la hinchada cantó el himno rojiblanco y apoyo constante a los hombres del Cholo Simeone durante todo el choque. El Calderón no dejó de cantar en momento alguno. Al ambiente contribuyeron también los 3.000 aficionados ingleses que se desplazaron hasta Madrid. Entre unos y otros, pusieron sal a un encuentro emocionante pero desustanciado en lo puramente futbolístico.

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