Dioramas, retratos a la cera y calotipos en una exposición del fotógrafo Hiroshi Sugimoto

  • El artista japonés del serialismo y los poéticos paisajes marinos —uno de ellos fue portada de un disco de U2— presenta "Past Tense" en Los Ángeles.
  • La muestra, basada en la idea de que el pasado impregna el presente, integra tres cuerpos de trabajo con técnicas y motivos específicos.
  • Las fotos del maestro de la abstracción minimalista y los espacios ilusorios están siempre basadas en técnicas antiguas de la fotografía predigital.
Un diorama de Sugimoto sobre dos manatíes
Un diorama de Sugimoto sobre dos manatíes
The J. Paul Getty Museum, Los Angeles © Hiroshi Sugimoto
Un diorama de Sugimoto sobre dos manatíes

Al fotógrafo japonés Hiroshi Sugimoto (1948) sólo le importa el presente si lo puede detener y serializar en lo que llama "tiempo expuesto", una idea que pese a la nomenclatura no tiene nada de pretenciosa: se trata de detener el discurrir inexorable de las manecillas del reloj y convertir esos mínimos instantes en imágenes que demuestren la fugacidad de la vida y la muerte inevitable. Al maestro, uno de los fotógrafos más personales de los últimos 45 años, no le importa el medio para conseguir sus objetivos, siempre que se trate de actualizar técnicas basadas en la era predigital.

Este este artista de tenue complejidad —que en 2009 se convirtió en una figura pop cuando uno de sus seascapes (paisajes marinos), la foto Boden Sea, Uttwil (1993),  fue utilizada como portada para el disco No Line on the Horizon por el grupo de rock U2, a quienes importó poco que la misma obra ya hubiese aparecido tres años antes en la cubierta de un disco del dúo electrónico de Richard Chartier y Taylor Deupree— vuelve ahora a las salas de un museo para exponer Past Tense, que podría significar el pasado como tiempo verbal, pero también contiene una proyección hacia las tensiones latentes con el pasado histórico de las que el japonés nunca escapa.

Asombro y melancolía

La muestra, hasta el 8 de junio en el Museo J. Paul Getty de Los Ángeles (EE UU), contiene tres cuerpos de trabajo, cada uno realizado con una técnica diferente y motivos específicos. Aunque en todos hay una reflexiva aproximación al existencialismo, ninguno peca de complejo y las fotografías vuelven a causar asombro y melancolía como sucede con cada obra firmada por Sugimoto, se trate de placas fotográficas sobre las que descarga impactos eléctricos de la potencia de un rayo o del diseño arquitectónico que presentó recientemente de un museo porque está cansado de la "fealdad" de los que se encuentra por el mundo.

La exposición se compone de fotos de gran formato —Sugimoto usa una cámara de negativos de 8 por 10 pulgadas (20 por 25 centímetros), es muy meticuloso en el proceso de impresión y todos sus originales dan la impresión de retener la vida— de tres cuerpos de trabajo: Dioramas (1975-1994) , Retratos a la cera (1999) y la serie más reciente Dibujos Fotogénicos (2008-2014). Cada proyecto procede de una exploración constante de un motivo singular que Sugimoto lleva a cabo durante varios años, dando al tiempo y la calma el valor que merecen y, según él mismo afirmaría, haciendo una velada crítica a la capacidad de la fotografía para retratar el pasado con precisión.

Impresión de movimiento y naturalidad

El diorama, introducido por primera vez en París en 1822 por el escenógrafo Louis Jacques Mandé Daguerre (1787-1851 ), es una escena situada en un espacio cerrado que se decora e ilumina para crear una escenografía que, gracias a la apertura y cierre de tragaluces y el cambio constante o regulación de lámparas, crea la impresión de movimiento. En el siglo XX,  los dioramas de hábitat son muy comunes en los museos de historia natural o arqueología para crear escenas de apariencia natural.

Sugimoto entró por primera vez en contacto con los dioramas en el Museo Americano de Historia Natural después de mudarse a Nueva York en 1974. Poco después empezó a hacerles fotos, omitiendo los paneles, textos o documentación explicativos. Las imágenes son así una ilusión sobre otra ilusión, dando la impresión de que los manatíes, osos polares y lobos marinos han sido fotografiados en su hábitat natural. La opción es muy de Sugimoto: mientras que cada imagen parece ser un momento de franqueza capturada por un fotógrafo dedicado a la vida salvaje, los animales se muestran en poses que mantienen indefinidamente.

Figuras de cera de tamaño natural

Los retratos a la cera, basados en una de las técnicas más conocidas de reproducción de la figura humana durante el siglo XVIII, tienen una base similar y juegan con humor con las figuras de los museos de cera que se popularizaron en todo el mundo a partir de los trabajos de Madame Tussaud. Sugimoto hace los retratos a tamaño natural, con exposiciones de hasta nueve minutos, sobre fondo negro e intentando sugerir con cada pieza el estilo de un maestro antiguo. Para las figuras de Enrique VIII y sus esposas se basó en pinturas sobre tabla del siglo XVI, mientras que el retrato de la Reina Victoria parte de una fotografía de la década de 1890.

Para los Dibujo fotogénicos Sugimoto utilizó la técnica del siglo XIX del calotipo que desarrolló Henry Fox Talbot, que hacía fotos sobre papel sensitivo a la luz sin necesidad de emplear una cámara en el proceso. El fotógrafo japonés dedicó años a localizar y comprar algunos de los negativos de Fox Talbot, todos de pequeño tamaño. Al ampliarlos y tratarlos ha conseguido una serie de fotos de una pureza evocadora.

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