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      La escuela, en clave verde

      El mundo avanza hacia un nuevo paradigma de desarrollo sustentable. Cómo aprovechar desde el aula esta oportunidad.

      La escuela, en clave verdeCLAIMA20140128_0205 El enfoque sustentable debe ser abordado desde las diversas disciplinas.
      Redacción Clarín

      En las últimas décadas,la comunidad internacional ha aprendido y consensuado acerca de la necesidad de cambios de  paradigmas en todos los niveles en pos de un desarrollo sustentable. El modo en que los alumnos aprenden en las escuelas no puede quedar al margen de este cambio.

      En un mundo que enfrenta grandes desafíos de desarrollo, las escuelas pueden y deben ocupar un lugar destacado en la formación de valores y prácticas de ciudadanía democrática y global y en la conciencia y cuidado del ambiente. Además de ser importante en sí misma, la educación para la sustentabilidad puede ofrecer a las escuelas grandes oportunidades para que los procesos de enseñanza y aprendizaje sean más significativos para los alumnos.

      Esto requiere de una mirada integral, para lo cual se hace necesario un abordaje interdisciplinario,práctico y basado en la realidad. Debe funcionar como un eje trasversal abordado desde diversas disciplinas. Pero promoverlo en la organización escolar es complejo: se corre el riesgo de que lo que se define como transversal se convierta en “tierra de nadie” y quede al margen del currículum. Por lo tanto, se necesita de una gestión pedagógica institucional activa y efectiva para abordar este desafío que, de este modo, puede convertirse en una estrategia con un enorme potencial.

      Trabajar sobre temas como la gestión integrada del agua, cambio climático, hábitat y biodiversidad y desarrollo ambiental urbano puede facilitar el desarrollo del pensamiento crítico y la enseñanza basada en la identificación de problemas y de posibles soluciones, combinando el aprendizaje de las diferentes disciplinas.

      La educación para la sustentabilidad también ofrece una oportunidad para abrir la escuela a la comunidad  integrándola en proyectos colaborativos y con impacto concreto. Abre el camino para que los docentes involucren a todos los alumnos, y no solamente a aquellos con un interés particular por estos temas.

      El primer paso es la elaboración conjunta de un diagnóstico: ¿Cómo es nuestra escuela/comunidad en términos de sustentabilidad? y luego el ciclo continúa con la identificación de posibles soluciones. Así, la elección de las acciones a desarrollar surge de un proceso abierto y democrático, que integra todos los intereses y permite que alumnos y maestros se vinculen con los temas de sustentabilidad desde sus propias miradas, ahora enriquecidas por la participación y expresión de los demás. El foco está en reconocer que todos somos parte del medio ambiente y que todas las actividades humanas tienen una dependencia vital en el ambiente.

      Más que la adquisición de un conocimiento enciclopédico acerca del ambiente, se busca que los alumnos adquieran conciencia sobre sus acciones y que puedan ver la oportunidad que tienen de mejorar la situación presente y deconstruir un futuro mejor.

      Una mirada positiva que reconozca los riesgos y los problemas existentes pero que no se centre solo en ellos habilita a pensar en las posibilidades de cambio y el compromiso por parte de los alumnos. Existen muchos ejemplos de personas y organizaciones que trabajan en pos del desarrollo sustentable que pueden servir de inspiración a los niños y jóvenes.

      También la escuela debe buscar coherencia entre lo que proclama y sus acciones. Los patrones de consumo de agua, electricidad, papel; las formas de ahorro, incluyendo la reutilización y reciclaje; y las prácticas de participación y consenso son formas de funcionamiento que hablan por sí solas acerca de la sustentabilidad.

      Es importante que los niños y jóvenes reflexionen acerca de cómo sus actos tienen efectos que pueden influir en la vida de otros lejanos en el tiempo (las generaciones futuras) y en el espacio. Así, la noción de “aprender a vivir juntos” cobra una nueva dimensión en la cual ya no se trata de preocuparse solo por aquellos con quienes convivimos a diario, sino que los alumnos deben adquirir consciencia acerca de la influencia que tienen sus acciones sobre el mundo que los rodea.

      La educación es la estrategia fundamental a través de la cual los adultos les transmitimos a las nuevas generaciones las herramientas para que construyan un futuro mejor. La integración de los principios de la sustentabilidad es un mandato ineludible del presente.


      (*) Direc tor de la Escuela de Educación. Universidad de San Andrés




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