De Toro al mundo. La bodega Divina Proporción continúa con su expansión y reabre sus puertas este fin de semana para mostrar sus instalaciones renovadas y recibir a los visitantes y comensales en su espacio dedicado al enoturismo. "Cerramos el mismo día que se decretó el estado de alarma y ahora volvemos más preparados que nunca para seguir con nuestra oferta vitivinícola y gastronómica", señala el propietario, Máximo San José de la Rosa.

Mantienen su precio de 20 euros por persona y el menú cerrado con cinco platos para compartir. Patatas a la importancia, arroz a la zamorana, huevos fritos con patatas, carrilleras de cerdo y rabo de toro, además de postre y vino, es todo lo que incluye el precio. Con la nueva etapa, las estrictas medidas de higiene que marca el protocolo de la fase 1 rigen la actividad de Divina Proporción, que ya ha habilitado una acogedora terraza en la zona de césped para aprovechar el buen tiempo y el contacto con la naturaleza. Mantienen una de las señas de identidad de sus comidas, que es proporcionar la degustación de sus vinos 24 mozas, Madremía y Abracadabra, también por el importe del menú cerrado.

El pasado 12 de marzo anunciaron el cierre temporal, momento en el que ultimaban la ampliación de la bodega con un nuevo edificio que incluye una gran sala de elaboración para 500.000 litros, un almacén para un millón de botellas y un comedor para 300 personas ambientado en las líneas arquitectónicas del clasicismo y con referencias al mundo de la filosofía y de las matemáticas. "Siempre hemos tenido claro que queremos contar una historia, no solo fabricar y vender vino", explica San José.

El recorrido por las instalaciones invita a conocer el origen del nombre de la bodega, Divina Proporción, inspirado en el número áureo o phi. Su fórmula aparece ante la espiral de Fibonacci tallada en la piedra de una de las paredes del nuevo salón comedor, un relieve que ilustra la sucesión matemática a través de la concha del nautilus.

También hay referencias a Platón, el filósofo que se ha convertido en un emblema de la bodega en esta nueva etapa puesto que el futuro vino llevará su nombre. "Teníamos claro que nuestro primer reserva se llamaría Platón. Ha sido una referencia para nosotros desde el primer día. El pensador dijo que 'en el vino está la verdad' y nosotros también pensamos así. El vino lo tiene todo".

Han conseguido en sus 10 años de andadura llevar los vinos a los cinco continentes y ahora consideran que llega el despegue definitivo de su empresa con el nuevo edificio de la bodega y la incorporación en breve del vino Platón, que el pasado 6 de diciembre entró en la sala de barricas y allí estará 20 meses. "Las primeras catas de Platón han sido un éxito, su evolución es magnífica". En otra de las paredes de su nuevo comedor aparece una de las frases del filósofo griego: "Cada lágrima enseña a los mortales una verdad".

La crisis del COVID-19 ha sido una "lágrima" más, como diría el pensador, un obstáculo más que la bodega intenta sortear con la culminación de su obra, la plantación de una nueva viña de 15 hectáreas alrededor que embellece aún más el paisaje de la Vega de Toro y la apertura este fin de semana de la zona de enoturismo, por la que pasan cada mes miles de personas. "Tenemos que salir todos juntos de esta y apostar por nuestra tierra. Nosotros desde luego que apostamos por Toro y por todo el país", subraya Máximo San José. "Creemos en el futuro, por supuesto, siempre con ilusión y nuevas ideas".