Entre el 2012 y el 2016, en los años en los que media Europa se recuperaba de los últimos coletazos de la recesión, los ciudadanos españoles se posicionaron como los europeos que más incrementaron el gasto destinado al turismo, según recoge el último Focus on Spanish Society, editado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
El contraste con Italia es particularmente llamativo. En el 2012 los italianos gastaron en términos absolutos 22.800 millones de euros en turismo. Ese mismo año los españoles destinaron al gasto turístico algo menos, 21.800 millones de euros. Desde entonces y hasta el 2016, el gasto turístico de los italianos se redujo un 20%. El de los españoles aumentó un 44%. En ese mismo periodo, los franceses redujeron un 3% el gasto turístico, mientras que los alemanes lo incrementaron un 10%.
En términos de gasto medio por persona, los daneses fueron los que más dedicaron al turismo (1.917 euros), seguidos por los irlandeses (1.251 euros), alemanes (1.149 euros), franceses (949 euros) y holandeses (848 euros). Los españoles arrancan de mucho más abajo, 677 euros por persona. Pero por encima de lo que destinan a esa actividad otras economías mediterráneas: 302 euros por persona para los italianos; 190 euros para los portugueses; 152 euros en el caso de los griegos.
Los jóvenes de entre 25 y 34 años han duplicado el gasto en viajes entre los años 2012 y 2016
Uno de los datos que más llama la atención del citado informe es que el grupo que más ha aumentado el gasto en turismo es el de las edades comprendidas los 25 y 34 años. En su caso, ese gasto se ha casi duplicado al pasar de 519 euros de media por persona en el 2012 a 989 euros en el 2016.
Los ciudadanos de entre 35 y 44 años también incrementaron su gasto por este concepto de forma significativa (de 500 a 833 euros), mientras que el aumento del gasto entre las franjas de edad más elevadas ha sido mucho más reducido. Según José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur, la patronal turística, “los españoles están fraccionando mucho más que antes las vacaciones, lo que conlleva un gasto superior al combinar días de verano con diversas escapadas a lo largo del año”.
En el caso de los mayores de 65 años, si bien su gasto es menor al de otras franjas de edad y se mantiene más estable o incluso a la baja, lo cierto es que es vital para un segmento significativo de hoteles en las islas y en la costa mediterránea, que se mantienen abiertos en los meses de invierno, el periodo de menor demanda. Muchos de esos destinos (con sus plantillas de limpiadores y cocineros) son alimentados por iniciativas como el Imserso.
Sobre el incremento del gasto que destinan las franjas de edad más jóvenes, Zoreda considera que “sería importante analizar los medios utilizados para viajar, así como el alojamiento elegido”. Zoreda enmarca este análisis en las grandes transformaciones que se están produciendo en el mercado del alojamiento turístico. En particular entre los alojamientos tradicionales (hoteles, pensiones, camping...) y las viviendas que alquilan las plataformas electrónicas.