Opinión

El fin de la era de la combustión

DREAMSTIME EXPANSION

La digitalización es el pasaporte para conseguir un nuevo sistema de transporte eficiente, seguro y bien gestionado; y España está muy bien posicionada para estar a la cabeza de esta transformación.

El debate sobre el futuro del automóvil está hoy más presente que nunca. Todo apunta a que será verde e inteligente. Los sistemas de conducción serán autónomos y estarán gobernados por soluciones no contaminantes. Ante este planteamiento, se abre, paralelamente, un segundo discurso sobre si en España estamos preparados para llegar a este mañana como vencedores o si llegaremos tarde a él.

Los vehículos con motores de combustión están en punto de mira de todos los países miembros de la Unión Europea por su alta contaminación. Y es que, según la Agencia Europea del Medio Ambiente, el tráfico es uno de los principales responsables de la contaminación del aire, y fue responsable de más de 38.000 muertes prematuras en nuestro país durante el 2015. En España también hemos hecho los deberes al respecto y hemos puesto fecha de caducidad a su vida. A partir de 2040 no podrá venderse ningún turismo ni vehículo comercial que produzca emisiones de dióxido de carbono, tal y como queda recogido en el anteproyecto de ley de Cambio Climático del Gobierno. Esta normativa afectaría a los vehículos de gasolina o diésel, a los híbridos y a los de gas, según el Ministerio para la Transición Ecológica, y permitiría la vida, prácticamente en exclusividad, al automóvil eléctrico. En este sentido, es necesario que se acometan cambios inmediatos que permitan a esta modalidad alcanzar la madurez que demanda el mercado. Según la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico, en 2017 se matricularon en nuestro país 13.021 coches eléctricos puros e híbridos enchufables, un 110,6% más que en 2016. Y en el primer trimestre del 2018, hubo un aumento del 120% con respecto al 2017. Está claro que estamos experimentando una tendencia al alza, pero necesitamos aumentar la intensidad de estas cifras y darle al ciudadano todas las facilidades para que apueste por el eléctrico. El principal freno que impide su completa adopción es la incertidumbre en relación a la escasez de puntos de recarga.

Unas de las medidas que se plantea en el borrador de la normativa es la inclusión obligatoria de puntos de recarga en las gasolineras. Actualmente, en España se necesitarían unos 90.000 de acceso público en 2025 y 145.000 en 2030, según datos extraídos del informe Un modelo de transporte descarbonizado para España en 2050, elaborado por Deloitte. Esta limitación pública está abriendo la puerta a nuevos modelos y soluciones, como la instalación de cargadores, también conocidos como wallbox, en garajes comunitarios y en residencias. Esta modalidad permite al usuario salir de su casa con el 100% de carga y llegar a su puesto de trabajo donde podrá conectarse con otros puntos. De aprobarse el anteproyecto de ley, el ciudadano podrá recarga también su coche en cualquier gasolinera. Esto le permite disponer en todo momento de altos niveles de carga en sus desplazamientos y le otorga la máxima comodidad y autonomía.

"El principal freno que impide su completa adopción es la incertidumbre en relación a la escasez de puntos de recarga"

Asimismo, este modelo residencial supera también una de las trabas de los e-cars, el tiempo de recarga. Con tecnologías de 22 kilovatios se tarda tres horas y media en cargar por completo el coche, mientras que el de 2,3 kilovatios puede alcanzar las 6 horas y media aprox. con una carga suave que afectará mínimamente a las baterías. Además, contar con un enchufe en la zona de aparcamiento habitual aumenta la rentabilidad del coche eléctrico. La carga nocturna es más barata. Si se recarga el coche por la noche, recorrer hasta 100 kilómetros supone un gasto de poco más de un euro frente a los casi cinco de hacerlo con uno de gasolina.

Coche autónomo

Otra de las características que traerá el mañana a nuestras carreteras, es la autonomía absoluta del vehículo. En el informe Cities in the Driving Seat - Connected and Autonomous Vehicles in Urban Development, elaborado por Siemens, se exponen algunas de las ventajas de esta tecnología. Y aunque a día de hoy está poco madura, su potencial es enorme. Conseguirá eliminar la contaminación acústica y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, disminuirá el número de muertes y accidentes en la carretera. Anualmente, se pierden 1,25 millones de vidas en todo el mundo debido a colisiones en las carreteras siendo, aproximadamente, el 90% resultado de un error humano. La inteligencia de los coches eliminará estos fallos.

En definitiva, la digitalización es el pasaporte para conseguir un nuevo sistema de transporte eficiente, seguro y bien gestionado; y España está muy bien posicionada para estar a la cabeza de esta transformación. Aunque muchos se resisten al cambio porque pone fin a una costumbre que lleva décadas en nuestra sociedad, como diría el escritor francés Anatole France, todos los cambios, llevan consigo cierta melancolía. Y es misión de todos los actores involucrados, facilitar al máximo esta transición para que este cambio de hábito sea casi imperceptible en la vida del ciudadano, pero a su vez suponga un gran cambio para la sociedad, ya que la contaminación, al fin, será erradicada.

José Luis Grande Palancares, Product Manager de vehículos eléctricos en Siemens España.

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