Verano de 'blockbusters': falsos 'hypes', sorpresas y exceso de 'haters'

El verano cinematográfico en USA ha sido un gran negocio comercial, con record de recaudación, pero no deja de tener un análisis de fondo extraño. En primer lugar, el cine de animación ha triunfado con el superéxito de la estupenda Gru 2. Mi villano favorito o Monsters University, ésta última posiblemente el Pixar más flojo de los últimos años. Pero al género rey que es hoy la animación le cuesta implantar nuevas franquicias (Blue Sky y Dreamworks han fallado en ese sentido con Epic y Turbo respectivamente) y la calidad de guiones e historias está en duda. Pocos años atrás, los guiones de Wall-E, Cómo entrenar a tu dragón o de secuelas como Toy Story 3 sorprendían tanto como el nivel técnico de las propuestas, además de haber sitio para opciones más atrevidas, como Coraline o Rango, ambas joyas de la animación contemporánea. Ahora, las secuelas miméticas parecen dominar el mercado y la fertilidad de Pixar parece congelada y algo diluida a nivel de marca con la de Disney. Así, Rompe Ralph, una película estrenada bajo sello Disney, es más Pixar que Brave o Aviones, spin-off de la saga Cars, que se estrena bajo pabellón Disney.

Los superhéroes siguen siendo los reyes, con Iron Man 3 o El hombre de acero como triunfadoras, aunque no se han librado de hypes excesivos o haters desatados. Si la secuela Marvel de Shane Black es muy superior a Iron Man 2, también es verdad que su éxito se debe más a la inercia del fenómeno Avengers que a la propia calidad del producto. Iron Man 3 es una buena película Marvel, pero no tan genial como algunos han vendido, aunque demuestra el buen pulso que Disney está dando a los productos del universo de superhéroes que ha adquirido. Sin embargo, El hombre de acero de Zack Snyder es una película extraordinaria, mal comprendida por haters empeñados en que las cosas tendrían que seguir siendo como en tiempos de Donner (Singer fracasó en ello en su no despreciable Superman Returns) o empeñados en que la "seriedad" no es para los superhéroes, que todo debe de ser graciosillo, volviendo a sacar argumentos estúpidos contra el estilo Nolan y reivindicando mediocridades como Superman III, dirigida por el sobrevalorado Richard Lester. El hombre de acero es una estupenda película y la única vía para hacer coherente el mito de Superman hoy en día.

Las sorpresa positivas han sido el éxito de Guerra Mundial Z, un ejemplo de cómo superar un hype negativo previo, o el impacto comercial y de crítica de una serie B de terror tan brillante como Expediente Warren (The Conjuring), la mejor película hasta la fecha de James Wan. Una pena que otras películas tan disfrutables como Pacific Rim, de Guillermo del Toro o El llanero solitario, de Gore Verbinski, no hayan sido apreciadas en su valía, sobre todo la segunda, muy superior a toda la saga de Piratas del Caribe y con uno de los mejores clímax finales del año. Tampoco la notable Elysium, de Neill Blomkamp, ha sido apreciada como debiera, a causa de esa maldición que sufre la ciencia-ficción hoy en día, juzgada por voces que no saben nada del género en realidad, como ocurrió ya con el ninguneo a Oblivion, de Joseph Kosinski, este mismo año, juzgada más en base a filias/fobias sobre Tom Cruise que a valores de género propiamente dichos. Menos mal que, por lo menos, la mejor película del verano, Star Trek: En la oscuridad sí ha congregado entusiasmos, y es que, de momento, J.J. Abrams no falla.

Así, mi Top Ten veraniego queda de la siguiente manera:

1) Star Trek: En la oscuridad, de J.J. Abrams.
2) El hombre de acero, de Zack Snyder.
3) El llanero solitario, de Gore Verbinski.
4) Pacific Rim, de Guillermo del Toro.
5) Elysium, de Neill Blomkamp.
6) Expediente Warren (The Conjuring), de James Wan.
7) Guerra Mundial Z, de Marc Foster.
8) Iron Man 3, de Shane Black.
9) Gru 2. Mi villano favorito, de Pierre Coffin & Chris Renaud.
10) Fast and Furious 6, de Justin Lin.

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