En Silicon Valley se concentran las mentes más ingeniosas con empresas que pueden cambiar al mundo… esas y aquellas que parece que nos quieren regresar un siglo completo atrás.
Y es que, aunque en esa área de California surjan ideas innovadoras en temas de tecnología, también aparecen aquellas que no se le ocurrirían ni a un niño de sexto de primaria. El problema es cuando esa idea es secundada por más y más personas.
¿De qué estamos hablando? Sencillo: agua cruda. Sí, el agua no tratada que viene directamente de manantiales se ha convertido en la última tendencia en Silicon Valley, porque, según estos empresarios, los procesos de purificación solo sirven para que el gobierno le agregue sustancias que nos mantengan bajo su control. En serio.
En un reportaje hecho por The New York Times se ponen en evidencia compañías como Tourmaline Spring, Live Water y Zero Mass Water, las cuales venden “agua cruda”, es decir, el líquido vital extraído de pozos y manantiales sin proceso de saneamiento alguno.
Sin embargo, aunque estas compañías tratan de defender a través de argumentos sin fundamento científico por qué es mejor tomar esta agua que la del grifo, lo cierto es que el agua que comercializan puede poner en peligro a quienes la ingieren. Al no estar tratada, el agua puede contener microorganismos patógenos como Vibrio Cholerae, Salmonella, hepatitis y más. Así como cadmio y arsénico que, en cantidades grandes, pueden provocar cáncer e intoxicación.
Las personas privilegiadas del Silicon Valley no se han puesto a pensar que, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, 842 mil personas fallecen anualmente debido a las infecciones ocasionadas por ingerir agua contaminada. Y no precisamente por estar siguiendo una tendencia “natural”, sino porque no tienen acceso a agua potable.
