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Los herederos del "capo dei capi"

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Turistas en el café central de Corleone, con decoración sobre la...
Turistas en el café central de Corleone, con decoración sobre la mafia. AGOSTINO PACCIANI

La muerte de Salvatore 'Totò' Riina en la cárcel de Parma con 87 años recién cumplidos pone un punto y final a la época más oscura de la Mafia, la de los asesinatos a plena luz del día y la guerra al Estado que lideró el 'capo dei capi' y su mano derecha, el también desaparecido Bernardo Provenzano. Pero no significa ni mucho menos el fin de Cosa Nostra. En Italia suelen decir que cuando se muere un Papa se 'hace' otro. Pero Riina llevaba muchos años enterrado en vida. Estaba encarcelado desde 1993 en un régimen considerado extremadamente duro. Vivía aislado 22 horas al día y sólo podía recibir la visita de un familiar una vez al mes, durante una hora, y a través de un cristal. Para los investigadores sin embargo el anciano criminal, que llegó a ordenar la muerte de más de un centenar de personas y a acabar con la vida de otras 40 con sus propias manos, fue hasta su último día el jefe absoluto de la Mafia siciliana.

Salvatore Lupo, profesor de Historia en la Universidad de Palermo, cree que la influencia del histórico jefe de los corleoneses era sin embargo mucho menor. "Riina estaba en la cárcel desde hace 25 años y no creo que tuviera ningún papel relevante desde hacía tiempo", asegura. "Es una muerte simbólica y entiendo que digan que ha sido el jefe hasta el final pero me parece algo inverosímil".

Las hipótesis de los investigadores no son infundadas. Desde su encierro, Riina llegó a amenazar a altos cargos del Estado, entre ellos al fiscal antimafia de Palermo, Nino Di Matteo, que investiga junto a otros magistrados el presunto pacto entre el Estado italiano y Cosa Nostra para poner fin a los atentados llevados a cabo por la Mafia en la década de 1990 a cambio de beneficios penitenciarios para los mafiosos encarcelados. "Este Di Matteo no se va. Si fuera posible matarlo... una ejecución como las de aquellos tiempos en Palermo con los militares", confesó a un ex jefe de la Sacra Corona Unita, la mafia de Apulia, con el que compartía la hora de recreo en el patio de la cárcel. Unas amenazas que fueron interpretadas como órdenes que debían ser ejecutadas ya que Riina sabía que sus conversaciones eran siempre grabadas.

Los sucesores de Riina

Riina fue detenido en 1993 mientras conducía por las calles de Palermo después de más de 20 años huido de la justicia. Tres años después cayó Provenzano. Desde entonces, la cúpula, la comisión de Cosa Nostra que lo eligió como jefe absoluto de la organización en 1982, no ha conseguido volver a reunirse. La ausencia de una cabeza visible en libertad no ha impedido a la organización mantener su hegemonía en Sicilia, aunque de una manera mucho menos violenta que en la época de Riina, por lo que la policía cree que la elección de un heredero no será automática ni inminente.

Entre los posibles sucesores del 'padrino' existen varios nombres, aunque ninguno goza a priori de la autoridad y el carisma suficiente para sustituir al viejo 'capo'. En los últimos años han abandonado la cárcel más de 300 mafiosos. Uno de ellos es Giovanni Grizzaffi, de 70 años, sobrino de Riina, que volvió a Corleone este verano. En el pueblo algunos le esperaban con los brazos abiertos pero otros muchos lo consideran "el nadie mezclado con la nada", es decir, un nombre menor. Riina tiene dos hijos. El mayor, Giovanni, lleva más de 20 años en prisión y está condenado a cadena perpetua, y el pequeño, Salvo, que pasó varios años en la cárcel, está obligado a residir en Padua, en el norte de Italia, y no podrá volver a Sicilia hasta finales de 2019. Pero según apunta Lupo, en la mafia no existe este tipo de sucesiones familiares.

En lo que los expertos si coinciden es en descartar a Matteo Messina Denaro, en busca y captura desde hace más de 20 años, como el próximo 'capo dei capi'. Su origen -es de la provincia de Trapani y no de Palermo como todos los jefes históricos de Cosa Nostra- y la necesidad de garantizar su propia supervivencia le alejan de la cúpula. "No hay que pensar en el jefe de Cosa Nostra como si fuera un monarca y muerto un Rey se elige otro con la misma autoridad. Cosa Nostra no necesita un jefe supremo, necesita reorganizarse", asegura John Dickie, profesor de la University College de Londres y autor de numerosos ensayos sobre la mafia.

Dickie advierte que los enemigos de Riina no han desaparecido. "Muchos huyeron a Estados Unidos y ahora están volviendo para cobrarse su venganza". Y ese es el principal reto al que se enfrenta hoy la organización. Los arrestos, toda una generación de jefes sepultados en prisión y una sociedad civil que poco a poco despierta, han menguado su poder pero no han acabado con ella. "Cosa Nostra ha perdido batallas importantes pero creo que la guerra no ha terminado", concluye Lupo.

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