PP, PSOE y Cs han apoyado construir dos campos de fútbol, zonas verdes, dos gradas para 700 espectadores, un edificio auxiliar con sala de prensa y un aparcamiento para 140 coches. Será la ciudad del fútbol de Cáceres. Suena bien, ¿verdad? No voy a dudar que el presupuesto de casi 3 millones de euros esté bien ajustado para proteger los intereses de la hacienda municipal. Podemos decir que, técnicamente, es una gestión impecable. Hacemos dos campos de fútbol y, además, urbanizamos una zona con servicios auxiliares y zonas verdes; 3 millones de euros, un 4% del presupuesto anual del Ayuntamiento de Cáceres.

Si un buen político es ante todo un buen gestor, los campos de fútbol de Pinilla son un buen ejemplo para entender por qué la gestión debe estar subordinada a la política. Ante la necesidad de ampliar el número de campos de fútbol, un político no se limita a construir más campos de fútbol, eso lo puede hacer un gestor. Un político se plantea por encima de todo cuáles son las necesidades de los jóvenes, que, a fin de cuentas, son los destinatarios de esas instalaciones. Como bien saben las madres y padres cacereños, y vienen reclamando las asociaciones, los jóvenes carecen de espacios en la ciudad donde emplear su tiempo libre. En el caso de los menores de 18 años es un problema realmente dramático por el cambio en los hábitos de ocio. Estamos hablando de la seguridad y la educación de nuestros hijos y de nuestras hijas.

Un político hubiera pensado que esa superficie y ese presupuesto se podría haber empleado mucho mejor para resolver las necesidades de la juventud cacereña. ¿Cuántos días al año se van a ocupar esas gradas para 700 espectadores? Parece bastante claro que había otras posibilidades, por ejemplo, otras instalaciones deportivas: canchas polideportivas para baloncesto, balonmano, fútbol sala; pistas para deportes de raqueta, tenis, pádel, badminton; incluso boleras.

Un político hubiera pensado que sin duda hacen falta unos vestuarios, pero ¿una sala de prensa? ¿No serían mejor unos locales de ensayo o unas salas de e-sports? Cuando hacemos unas instalaciones hay que preguntarse, antes que nada, cuáles son las necesidades de nuestros jóvenes, pero también cuáles son sus inquietudes. Se trata de mejorar su salud y su seguridad y cuantos más seamos capaces de atraer, mejor.

Un político no se hubiera planteado construir un aparcamiento para 140 plazas. En su lugar vería un pista de skate, un pequeño auditorio, un lugar donde se puedan simplemente reunir; vamos, un lugar con wifi abierta. Un político también se hubiera preocupado por favorecer el uso del transporte público, la bicicleta y las nuevas alternativas de movilidad antes que dilapidar recursos en el menos sostenible de los medios de transporte. Un político se hubiera planteado construir rutas seguras para que los jóvenes llegaran de manera autónoma a las instalaciones.

A los gestores les gusta llegar en coche hasta la puerta y sentarse en la sala de prensa para contarnos lo bien que lo han hecho. Por eso necesitamos políticos que se preocupen de la gente, políticos que miren hacia el futuro y que estén preparados para adelantarse a los problemas. Por eso un buen político no es ante todo un buen gestor, un buen político es el que sabe poner nuestros escasos recursos al servicio de las necesidades de la gente.