Cuando alguien se siente pleno y dichoso de felicidad, decimos que está en una nube. Y no es ninguna exageración. Pues en esa condensación de vapor acuoso, habitan los espíritus celestes.

Sin embargo, este post no trata de teología o meteorología. La nube a la que nos referimos no es más que el nombre que se le da al procesamiento y almacenamiento masivo de datos en Internet. Su aparición causó una revolución mayúscula en el mundo informático. Ya no era necesario acceder a tu ordenador para poder encontrar la información necesaria. Ahora se podía hacer desde cualquier computadora o dispositivo  móvil.

En otras palabras, estábamos conectados a un superordenador virtual. Para muchas empresas, esto facilitó la movilidad y compartición de documentos sin necesidad de crear una intranet local. Para otras, agilizó los tiempos de trabajo, al no necesitar que sus trabajadores regresaran a la oficina para realizar su labor, pudiendo hacerla desde el punto en el que se encontraran.

El avance tecnológico se está convirtiendo en el mayor aliado de los autónomos y pymes en los últimos tiempos. Anteriormente, tenían una limitación espacial y de recursos que convertía cada jornada laboral en una lucha desequilibrada con las grandes empresas. Pero el mundo virtual está logrando nivelar esa balanza a pasos agigantados. Y de eso vamos a hablar ahora, puesto que todavía se desconocen las posibilidades que los nuevos medios ofrecen al público.

La oficina antes era el lugar donde se dedicaban horas y horas a realizar el trabajo. Ahora ya no es necesario hacerlo, porque en cualquier punto del mundo podremos montar nuestra oficina. Al igual que el teléfono móvil nos permite localizar y ser localizados sin necesidad de estar en un punto determinado, la nube nos abre la puerta de nuestra oficina independientemente de nuestra ubicación.

Pero eso no nos salva de tener que realizar las plomizas y cansinas gestiones diarias para las que no tenemos la formación adecuada. Y eso quita tiempo, mucho, de nuestro trabajo verdadero. Tampoco nos ayuda a atender adecuadamente las llamadas telefónicas, que cortan el ritmo, interrumpen y dividen la atención. Por no mencionar que la agenda no se organiza sola. La nube es muy útil a nivel espacial, pero alguien tiene que encargarse de realizar todas esas cosas.

Afortunadamente, en la nube habitan esos modernos ángeles llamados secretarias virtuales. Y las ventajas de tener a una secretaria telefónica en la nube son incalculables.

Las grandes empresas poseen una fuerte fuerza laboral que les permite expandirse y competir de un modo más agresivo por su tamaño. Pero el mundo virtual supera con creces las hectáreas de terreno que puedan ocupar. Eso nos permite ampliar de un modo muy económico la plantilla de nuestra empresa, puesto que no requieren de una ampliación de espacio físico ni de inversión en nuevos materiales. Al ser un servicio ya establecido, no tenemos que hacer nada salvo contratarlo para disfrutar de su profesional labor. Al ser un servicio, disponemos de todo un equipo experimentado que se encarga de realizar todas esas labores que nada tienen que ver con nuestra actividad diaria. Libera espacio y tiempo de manera inmediata.

Una secretaria física atenderá las llamadas desde su puesto de trabajo en la oficina durante un horario fijo e inamovible. Una secretaria telefónica virtual estará siempre disponible a cualquier hora y en cualquier momento para atender absolutamente todas las llamadas que recibamos, sean de quien sean, vengan de donde vengan.

Cuando las comparamos con los ángeles, nos referimos a que estarán velando constantemente desde la nube por el pleno y óptimo funcionamiento de nuestro negocio. También prestan una inestimable ayuda cuando delegamos en ellas todas esas gestiones de las que carecemos de experiencia adecuada para realizar. Y, lo más importante de todo, no solamente atienden las llamadas que recibimos con profesionalidad y eficacia, sino que aportan una imagen de profesionalidad a nuestro negocio que redunda en su reputación, facilitando el crecimiento y expansión en el mundo laboral.

Lo de vivir en las nubes ha perdido su significado de no enterarse de las cosas. En la nube vive un sueño muy real que es necesario conocer para triunfar. Después de tanto tiempo pidiendo ayuda divina al cielo, nuestras plegarias por fin han sido escuchadas. Esa llamada ha sido atendida, para que veáis su eficacia.