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Padre Francisco de Roux | Foto: León Darío Peláez

POLÍTICA

La paz hay que sacarla de la reelección: Francisco de Roux

El jesuita que creó el modelo de paz en Magdalena Medio habla sobre las negociaciones en La Habana.

25 de febrero de 2013

El padre Francisco de Roux aseguró en una entrevista con Semana.com que las negociaciones de paz deben estar por encima de la posibilidad de reelegir al presidente Juan Manuel Santos. Además, opinó que varios líderes no quieren avanzar porque siguen “metidos en la guerra”. El jesuita estuvo presente en el foro organizado por la Unión de Colegios Bilingües. 

Semana.com: Usted utiliza mucho la palabra perdón para hablar sobre la solución al conflicto, ¿qué significado tiene esa palabra para Colombia?

Francisco de Roux: No quiere decir impunidad. Esa palabra se refiere a que dejemos los odios y las venganzas. El perdón es gratuito, es un regalo, se da sin esperar nada a cambio; nadie te paga por el perdón. Si no nos perdonamos en Colombia, nunca veremos siquiera el asomo de la paz.

Semana.com: ¿Cómo llevar el perdón a una realidad en medio de las balas?

F. D. R.: Inevitablemente el conflicto armado continuará hasta llegar a un acuerdo. Es en medio de esa realidad tan dolorosa que debemos superar las dimensiones del dolor y visionar la necesidad de parar la guerra. Todos hemos padecido sufrimientos del conflicto y, precisamente, esa es la razón por la que hay que seguir luchando para que esto acabe.

Semana.com: ¿Está de acuerdo con la posible participación política de los alzados en armas?

F. D. R.: Yo creo que en Colombia, además de la decisión de cambiar la guerra, es necesario el proceso de reconciliación para parar el conflicto. No es menos importante una participación reciente de todo tipo de liderazgos en Colombia, para acrecentar el clamor de que la guerra hay que pararla desde todos los lados.

Semana.com: En este caso, ¿cómo se garantizarán los derechos de las víctimas?

F. D. R.: Lo primero son las víctimas y que estas reclamen la verdad y la restauración como deberes indispensables de los actores de la guerra. Quienes estaban en la guerra deben restaurar el mal que pudieron hacer en el conflicto, pero no puede ser mediante la justicia penal, sino a través de la justicia transicional. Especialmente, se debe evitar un enclave de impunidad.

Semana.com: ¿Cómo ve la restitución de tierras?

F. D. R.: Es una de las razones para creer en el proceso, además de que son necesarias la reivindicaciones campesina y agraria. La restitución de tierras hace parte de la reconciliación y por eso hay que exigir resultados.

Semana.com:  ¿Aceptaría una invitación formal a hacer parte de los diálogos?

F. D. R.: Todos los colombianos debemos hacer parte de esto.

Semana.com: ¿Para dónde cree que va el proceso de paz?

F. D. R.: Yo veo con optimismo lo que está pasando. Está claro que hay que transformar el campo, la política, la justicia; hay que sacar la política de la guerra. Pero además de esos cambios, lo grave es que en un país como Colombia el perdón es un mal necesario.

Semana.com: ¿Eso quiere decir que hay que desvincular el proceso de paz de la posible reelección del presidente Santos?

F. D. R.: Hay que sacar el proceso de paz de la política concreta, hay que sacarlo de la reelección de Santos y de sus opositores, porque es mucho más grande lo que está pasando en La Habana. Tenemos que ser realistas, todas estas cosas se mezclan, pero necesitamos mujeres y hombres que vayan mucho más allá y entiendan que tenemos que llegar a La Habana hasta la determinación de las partes de parar la guerra. 

Semana.com: ¿Cómo percibe las críticas en contra del proceso manifestadas por líderes como el expresidente Uribe?

F. D. R.: Mucho del liderazgo del país está atrapado en la guerra. Políticos, expolíticos, empresarios y terratenientes están atrapados en la guerra de la guerrilla, las 'bacrim' y el Ejército. Es necesario desvincular de los diálogos de paz expresiones como ‘este terrorista’, ‘este salvaje que secuestró a mi papá' o 'que me quitó la finca’. Necesitamos saltar a la unión como seres humanos y ponernos en un horizonte completamente distinto. Va a ser muy difícil, pero se trata de una tarea espiritual, no de una tarea religiosa. Vamos a ver si los colombianos tendremos el coraje de asumirlo y acogernos como seres humanos.

Semana.com: ¿Qué pasará si los diálogos fracasan?

F. D. R.: Si La Habana fracasa tendremos muchos años más de conflictos y enfrentamientos, el empantanamiento de la política en la violencia... Serán años de oscuridad.