Conocimientos y aplicacion de la fluidoterapia en pacientes deshidratados por parte del personal medico en el departamento de Pediatria
Autor: Jesús Stampone  | Publicado:  26/08/2010 | Medicina Interna , Pediatria y Neonatologia , Endocrinologia y Nutricion | |
Conocimientos aplicacion fluidoterapia pacientes deshidratados personal medico Pediatria .1

Conocimientos y aplicación de la fluidoterapia en pacientes deshidratados por parte del personal médico en el departamento de Pediatría de la cuidad hospitalaria Dr. Enrique Tejera de Valencia 2009.

Stampone Jesús
Suárez Mabel
Valle Karlos
Vegas Yenifer

Tutor Metodológico: Liliana Libreros
Tutor Clínico: Maria Tomat

UNIVERSIDAD DE CARABOBO. FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD. ESCUELA DE MEDICINA. DEPARTAMENTO DE SALUD PÚBLICA. TESIS DE GRADO

RESUMEN

Introducción: El agua constituye la mayor parte de la masa corporal, aproximadamente, 70% del peso corporal en los niños y 80% en los neonatos. La deshidratación se define como pérdida de gran cantidad de agua y electrolitos del organismo. El tratamiento de elección es la vía oral, reservándose la intravenosa para situaciones graves o cuando la vía oral no sea posible.

Objetivo General: Determinar el conocimiento y aplicación de la fluidoterapia en niños deshidratados por parte del personal médico en el Departamento de Pediatría de la Ciudad Hospitalaria “Dr. Enrique Tejera” de valencia. 2009.

Material y Método: El tipo de investigación desarrollado fue descriptivo de campo. La muestra: estuvo conformada por 37 médicos del Departamento de Pediatrías de la Ciudad Hospitalaria “Dr. Enrique Tejara” de Valencia, siendo la muestra del tipo no probabilística intencional u opinática. La técnica de recolección de la información que se empleó fue la encuesta. En este sentido.

El instrumento: fue un cuestionario de dieciséis (16) preguntas de selección múltiple, con cinco (5) alternativas de opción solo para una respuesta correcta y dos (2) preguntas de opinión tipo cerradas (SI y NO).

Resultado: Se evaluar socio demográficamente a la población en estudio, resultando que la edad promedio 27 años. Para clasificar el nivel de conocimientos sobre fluidoterapia, se realizó una escala, la cual consta de tres (3) rangos. El cual reporto 24,32% en el rango de bueno, el 70,27% en regular y el 5,41%, está en la categoría deficiente. En las respuestas de opinión reportan 54,05%, y 49,95% respectivamente. Conclusión: el estudio arrojo que los médicos residentes de pediatría en estudio poseen un déficit de conocimientos con respecto al uso y aplicación de los planes de rehidratación establecidos por la OMS

Palabras clave: Fluidoterapia, capacitación, protocolos de hidratación, pediátrica


INTRODUCCIÓN

El desarrollo de la práctica médica debe estar regulado por métodos, técnicas y procedimientos seguros, que tiendan a optimizar el tratamiento de los pacientes. Esto implica mejorar la calidad en la atención clínica en beneficio del paciente y del profesional, en procedimientos como la fluidoterapia para pacientes con deshidratación; la cual provoca una alteración del balance hidroelectrolítico del organismo ocasionada por disminución del aporte de líquidos, aumento en las pérdidas corporales o ambas cosas simultáneamente, pudiendo generar un compromiso de las funciones corporales.

Debido a estas importantes pérdidas de líquidos, se hizo necesario clasificar las deshidrataciones para de esta manera aplicar la terapéutica correcta según lo que el niño necesite, producto de las pérdidas ocasionadas. En la deshidratación leve está indicado el Plan A que consiste en mantener el consumo de alimentos y aumentar la ingesta de fluidos y asimismo está indicado el uso coadyuvante de las sales de rehidratación oral (SRO) que se pueden utilizar a cualquier edad. El plan B, Orientado al tratamiento con sales de rehidratación oral (SRO) en los casos de deshidratación moderada y con tolerancia de la vía oral. Se recomienda hidratar al paciente en un servicio de salud (clínica, hospital o consultorio), bajo la supervisión del médico y con la ayuda de la madre o responsable del cuidado del paciente.

Hay que distinguir correctamente entre prevenir y tratar la deshidratación. Los líquidos caseros son útiles únicamente para prevenirla. Para tratar la deshidratación deben usarse las sales de rehidratación oral (SRO), porque contiene todos los requerimientos necesarios para rehidratación del paciente, el suero oral se administra a dosis de 100 mL por kg de peso en cuatro horas. La dosis total calculada, se fracciona en tomas cada 30 minutos y se ofrece lentamente, con taza y cucharita, para no sobrepasar la capacidad gástrica y así disminuir la posibilidad de vómito. Si no se conoce el peso del paciente, se puede administrar el suero oral lentamente, a tolerancia. (1)

El suero oral se da a la temperatura ambiente, ya que frío retrasa el vaciamiento gástrico y caliente puede provocar vómitos. El proceso de rehidratación oral se completa en un periodo de 4-6 horas, aunque algunos se rehidratan en menos de 4 horas y otros en poco más de 6 horas. (2)

El plan C, es necesario aplicarlo en los casos de deshidratación moderada sin tolerancia a la vía oral y deshidratación grave con y sin shock, el propósito es administrar en tiempo corto de tres (3) horas aproximadamente por vía endovenosa, una cantidad suficiente de líquido y electrolitos con objeto de expandir el espacio extracelular y corregir el shock hipovolémico. Cuando el paciente recupera la conciencia y puede beber, el tratamiento se continúa con suero oral para terminar de corregir el déficit de líquidos y electrolitos de esta manera mantener al paciente hidratado. Este es el plan de tratamiento que menos se usa, pues los casos de deshidratación con shock representan menos de 5% de los casos de deshidratación que consultan en hospitales o centros de salud; a nivel de comunidad es aún mucho menos.” Mientras más y mejor se usen los Planes A y B, menos se usará el Plan C”. (1)

Pacientes en estado de shock caracterizado por: estado semicomatoso, o comatoso, dificultad o incapacidad para beber, y signos marcados de deshidratación: ojos muy hundidos, lágrimas ausentes, boca y lengua muy secas, signo del pliegue positivo y llenado capilar mayor a cinco (5) segundos. Pacientes con íleo; caracterizados por gran distensión abdominal, ausencia de evacuaciones, ausencia de ruidos hidroaéreos, y/o presencia de vómitos fecaloideos. Fracaso de rehidratación oral debido a vómitos incoercibles (abundantes y más de 4 en una hora) y/o numerosas evacuaciones líquidas. Pacientes que presentan convulsiones mientras reciben terapia de rehidratación oral, o pacientes con septicemia, infecciones concomitantes graves como meningitis, neumonía u otras. (1)

En otras palabras, en el tratamiento de la deshidratación debemos tener presente los siguientes hechos: restituir rápidamente la volemia para impedir o tratar la situación de shock, reponer el déficit de agua y de electrólitos que se haya valorado teniendo en cuenta las pérdidas continuadas que puedan seguir produciéndose (vómitos, diarrea, etc.), la presencia de fiebre.

Una serie de investigadores estudian las deshidrataciones y buscan de esta manera el mejor control sobre el tratamiento, al momento de hidratar. En 2002 se publico un estudio donde se evaluó la seguridad y efectividad de dos técnicas de hidratación oral, una continua y otra a dosis fraccionada en niños deshidratados por diarrea aguda. R entre resultados, el promedio de gasto fecal en el grupo AL (suero oral ad libitum) fue 11.0±7.5 g/kg/h y en el grupo Dosis Fraccionada 7.1±7.4 (p=0.03). La ingesta de suero, el tiempo de hidratación y la diuresis promedio, fueron similares entre ambos grupos (p>0.05). Ningún paciente requirió rehidratación intravenosa. (3)

Posteriormente, en España, se realizó un estudio titulado gastroenteritis aguda y deshidratación. Se determinó que la gastroenteritis aguda de causa infecciosa es prevalente en nuestro medio, aunque menos grave que en países en desarrollo. Predomina en lactantes y niños pequeños quienes son más susceptibles a deshidratarse. El pediatra de atención primaria debe actualizar sus conocimientos y, al ser el primer referente para los padres, es quien está en mejores condiciones para transmitir seguridad y confianza ante las novedades terapéuticas, siempre después de una acogida respetuosa, una correcta anamnesis, la exploración física completa y saber valorar el grado de hidratación y nutrición.


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