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A Dios rogando…

Es curioso el paisaje de valores y la manera de preferir de un nutrido sector de criollos

  • ALEJANDRO ANGULO FONTIVEROS

29/10/2020 05:00 am

El Papa Francisco ha sido este año en las redes venezolanas una inaudita víctima de muchos ataques e insultos –amparados en la mudez del nuncio– por pontificar respecto a temas políticos y económicos, en lo que impacten y puedan influir en lo social y máxime en el sufrimiento de los pobres y en el católico deber de ayudarlos. Y no son meras opiniones del Sumo Pontífice, sino auténtica doctrina papal impartida sobre la base de las encíclicas. No soy creyente; pero se sabe que la religión católica considera al Papa infalible y gravísima la disidencia –hasta causal de excomunión– aunque no sea en temas de fe. ¿Cómo es que quienes se dicen católicos atacan al Papa –y además de modo tan acomodaticio cuan plebeyo– y así violan las principales normas de la religión que “profesan”? Con olímpico fariseísmo aseguran que sólo creen “en Dios”. Empero, saben que Dios dispuso que el Papa representara a Pedro en la Tierra.

Esa doctrina la impartió siempre la Iglesia y él la sigue aunque con más pimienta. El Papa Francisco, tan bondadoso como valiente, clama y aboga por los pobres. La Iglesia actúa con lentitud de siglos y alguna sacudida no le va mal… En el “Diccionario de Textos Sociales y Pontificios” se lee de Pío XII (el Papa más intelectual): “La doctrina social católica considera innatural que una parte del pueblo, llamada con duro nombre que recuerda antiguas distinciones romanas, ‘proletariado’, esté condenada a pobreza perpetua y hereditaria” (Dis-Cuaresma, 1944; V. 297). Y “El liberalismo condenó al obrero a pobreza perpetua” (Pío XI: Quadrag, 23). Y “El capitalismo internacional capitalista es apátrida. (…) El funesto y detestable internacionalismo del capital, para el cual la patria está donde se está bien” (Pío XI: Quadrag, 23). San Tomás de Aquino sostuvo la “Comunidad de bienes”. La Conferencia Episcopal Latinoamericana, en “Documento de Aparecida–V CELAM 2007”, planteó una “Misión Continental” e idénticos criterios y nadie montó en santa cólera. El derechista Papa Benedictus decía lo mismo y nadie le cayó encima.

El Papa, con notable acierto e inspiración, tomó su muy representativo nombre sobre todo por San Francisco de Asís, paradigma de bondad hacia todos y todo. Y también del mártir San Francisco Javier (el segundo en la orden jesuita después de San Ignacio de Loyola) quien sufrió tortura y hasta la mutilación de un brazo, exhibido en la iglesia del Gesu (centro de Roma) y cuya tumba y santuario están en el cercano pueblo de San Francisco (a cien metros de donde apuñalaron al César). Sin embargo, insisto, a un Papa tan bondadoso le queda muy bien ese nombre por evocar al santo de Asís. Y es oportuno el disfrutar del muy bello soneto de “nuestro mejor poeta modernista”, como llama el gran crítico literario Alexis Márquez a Alfredo Arvelo Larriva:

San Francisco de Asís, el buen hermano / del blanco invierno y del otoño gris / y de la primavera y el verano; / del cardo hiriente y de la flor de lis; / del cordero infantil, del lobo anciano; / del extranjero y del natal país; / del Todo, polimorfo y soberano; / Francisco, el Santo fraternal de Asís, / objeto fue de la sutil malicia / del Diablo astuto: mieles de caricia / vió sonreírle en labios de mujer. / Y dijo el Santo, de ternuras preso: / ––Sé bendito en amor, hermano Beso; / déjame en paz, hermano Lucifer!

Al Papa le tienen mucho afecto en el mundo. Y por eso extraña la actitud virulenta que contra él tienen numerosos criollos, cual avis raras. Hay algunos italianos que le tienen antipatía porque impidió que para no pagar impuestos siguieran depositando mucho dinero en el Banco Ambrosiano, del Vaticano y del cual Francisco es Jefe de Estado: descubrió manejos financieros indebidos, expulsó a muchos de la curia e intervino ese banco y cambió la directiva. Tuvo que dimitir el cardenal Becciu e incluso el monseñor venezolano Peña Parra está siendo investigado…

El ser jesuita le acarrea al Papa alguna suspicacia y aun recelo o al menos dentera. Es harto sabido que los jesuitas son los más capaces de los sacerdotes. (Pero hay excepciones y a veces, en algún sitio, esa élite de congregación manda su responsabilidad eminente ¡a la porras!). Además hay (y hubo en la segunda mitad del siglo XX) un grupo excepcionalmente estudioso de jesuitas con ideas revolucionarias y que encima escriben bastante. Por eso Benedictus les prohibió a varios el que publicaran los libros escritos por ellos; pero al llegar Francisco les libró de la prohibición de marras, especie de “índice” actual, y les dio el nihil obstat y el imprimatur. Contra el Papa Francisco –modelo de bondad– también serpentean conspiraciones de algunas autoridades eclesiásticas de alto coturno, como los cardenales de Nueva York, Washington e Inglaterra, influidos por la sólita discriminación racial de allá hacia los suramericanos.

Acaso por toda esa intriga peligrosa, Francisco vive en el edificio de los jesuitas que construyó el polémico cardenal criollo Rosalío Castillo Lara…
 
aaf.yorga@gmail.com
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