México: los desafíos más apremiantes de la migración y el desplazamiento interno

19 octubre 2017
México: los desafíos más apremiantes de la migración y el desplazamiento interno
Ciudad Serdán, Puebla, Mexico: Magdaleno ha viajado en tren y autobús durante dos semanas. Tiene una esposa y tres hijos en casa. Lo entristece haber dejado su hogar. CC BY-NC-ND/CICR/B. Islas

Transcripción del discurso pronunciado en la Mesa redonda "Migración y Desplazamiento Interno: Desafíos Nacionales y Globales" en la Facultad de Derecho Universidad Nacional Autónoma de México por el presidente del CICR, Peter Maurer.

La migración y el desplazamiento interno figuran hoy entre los temas más apremiantes de la agenda internacional. Me reúno con muchos líderes de toda la comunidad internacional, de gobiernos y empresas, y la migración es uno de los temas de conversación más frecuentes.

Si bien muchos aspectos de la migración y el desplazamiento son relativamente poco controversiales, es el aspecto de la migración irregular, no controlada y mal gestionada, así como el desplazamiento de población, lo que genera polémica sobre políticas. Si bien más de 250 millones de personas en todo el mundo viven fuera de su país de origen, es la cifra estimada de 65 millones de personas desplazadas por la violencia y los conflictos la que preocupa particularmente, así como la situación de quienes se ven obligados por otras circunstancias a elegir caminos irregulares de migración, a menudo fuera de los marcos legales previstos para la misma.

De los 65 millones de personas desplazadas por violencia y guerra, algo más de 20 millones son refugiados, mientras que la mayoría restante son desplazados en sus propios países, a menudo más de una vez. Esta región, México y Centroamérica, no es una excepción. Uno de los principales flujos migratorios se produce aquí mismo, y en particular en los países del Triángulo Norte. El vínculo entre las causas de fondo, los factores impulsores básicos y la migración misma es bastante complejo; la migración se produce debido a una serie de factores y la migración mixta se produce como consecuencia de las desigualdades en materia de bienestar y seguridad, y a menudo se da en más de una manera.

Con frecuencia, las políticas que intentan reducir la migración tienen efectos desfavorables y los flujos migratorios, desplazamientos por violencia y otras presiones sobre una vida digna, crean vulnerabilidades de gran preocupación para el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en su conjunto. Nuestro mandato es proteger y ayudar a las personas afectadas por conflictos armados y otras situaciones de violencia. Para el CICR, las personas que se ven obligadas a desplazarse debido a violencia e inseguridad -ya sea en relación con conflictos armados u otros generadores de violencia- constituyen una prioridad humanitaria crítica.

Preocupaciones Globales

A través de sus delegaciones en casi 100 países, el CICR está presente en los lugares de origen de muchos migrantes y personas internamente desplazadas. El CICR tiene una comprensión bastante precisa de las necesidades que surgen en todas las fases del desplazamiento y, en conjunto con socios del Movimiento, puede adaptar su respuesta a las necesidades específicas de cada contexto.

El CICR trabaja en estrecha proximidad con las personas afectadas, ya sean personas internamente desplazadas, refugiados, o migrantes que han cruzado una frontera hacia un país extranjero. Esta labor se lleva a cabo regularmente en cooperación con la sociedad nacional local de la Cruz Roja o la Media Luna Roja y, a veces, con otras instituciones como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Las razones por las que las personas deciden migrar son múltiples y complejas. Entre ellas figuran la falta de oportunidades de empleo en sus países de origen, la escasez de servicios de salud y educación o el deseo de reunirse con familiares que ya se encuentran en otros países: son una combinación de elección y limitaciones. Sin embargo, no podemos pasar por alto que los conflictos armados y otras situaciones de violencia son factores mayores que obligan a las personas a abandonar sus hogares. Cualesquiera que sean los motivos, los flujos mixtos de población son el resultado y un fenómeno que desafía la formulación de políticas hoy en día.

La situación se agrava cuando se viola el derecho. Si el derecho internacional humanitario se respetara plenamente en los conflictos armados, las personas estarían mucho menos expuestas a las consecuencias humanitarias que afrontan invariablemente. Respetar el derecho contribuiría en gran medida a prevenir que las personas tengan que abandonar sus hogares en primer lugar. Y reduciría drásticamente la difícil situación encarada por los que ya se han ido. Respetar y garantizar el respeto del derecho son esenciales para abordar una de las causas de fondo del costo humano generado por el desplazamiento forzado.

Una vez en su camino, los migrantes y las personas desplazadas internamente afrontan múltiples riesgos y un alto grado de vulnerabilidad. Cuando llegan a su destino, a menudo tienen dificultades para acceder a servicios de salud, vivienda, educación o empleo. Pueden convertirse en blancos fáciles de abuso, extorsión y explotación debido a la falta de una red familiar protectora, de información o por haber perdido documentos. Muchos sufren accidentes o enfermedades y no pueden beneficiarse de atención médica. Algunos pierden contacto con sus familias. Miles de personas mueren o desaparecen en el camino cada año. Muchos de ellos permanecen en detención prolongada por haber entrado o permanecido irregularmente en un país extranjero, sin considerar el hecho de que la detención debería ser siempre una medida excepcional de último recurso y estar limitada en tiempo.

Preocupaciones en México y Centroamérica

En México y América Central, el CICR, junto con las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja, trabajan para prevenir y mitigar estas consecuencias.

Proporcionamos asistencia directa a lo largo de las rutas migratorias, incluyendo alimentos y agua, asistencia médica e información sobre los peligros potenciales que pueden presentarse a lo largo del viaje. Los migrantes pueden también recibir apoyo para contactar a sus familias.

Mantener los vínculos familiares es crucial. Por cada migrante desaparecido, hay una familia que vive en la incertidumbre - no sabiendo si su pariente está vivo o muerto. Junto a la agitación emocional ligada a la desaparición y a la búsqueda, las familias de las personas migrantes desaparecidas pueden enfrentarse a numerosos desafíos prácticos que ponen su vida cotidiana en suspenso. Se trata de una consecuencia humanitaria invisible pero muy dolorosa de la migración.

La labor del CICR comprende además el apoyo prestado a los albergues, incluso bajo la forma de rehabilitación de la infraestructura, para que las condiciones de vida de las personas migrantes que se alojan en ellos sean dignas.

Otro ámbito de trabajo consiste en prestar asistencia a los migrantes gravemente heridos que necesitan miembros artificiales u otros dispositivos que puedan recibir de la Cruz Roja Mexicana en centros apoyados por el CICR.

El CICR también visita los lugares donde se retiene a los migrantes. Nuestro objetivo es garantizar que el trato y las condiciones de vida de esas personas se ajusten al derecho y a los estándares internacionales. Se presta especial atención en prevenir la detención de niños.

A un nivel institucional, el trabajo de primera línea del CICR con los migrantes se complementa con esfuerzos para asegurar que los marcos jurídicos y las políticas se apeguen a los requisitos que se derivan del derecho internacional, para garantizar la dignidad y la seguridad, así como reducir y prevenir el sufrimiento. El CICR trabaja con los gobiernos y los parlamentos para garantizar que los marcos legislativos, las políticas y la práctica se ajusten al derecho internacional.

Se adoptan enfoques similares con respecto a los desplazados internos. En algunas situaciones, efectivamente, existe un continuo entre el desplazamiento interno y la migración.

Para algunas personas, el desplazamiento interno puede ser únicamente la primera etapa hacia un movimiento ulterior. Pueden verse obligadas a continuar su travesía a un país extranjero si, por ejemplo, no pueden encontrar protección dentro de su propio país. En tales situaciones, los desafíos que plantean el desplazamiento interno y la migración pueden estar relacionados.

Cualquiera que sea la clasificación jurídica en la que caen las personas desplazadas, el punto fundamental es que estén protegidas contra el abuso y tengan cubiertas sus necesidades humanitarias. En primer lugar, debemos empezar por preguntarnos cuáles son las necesidades y vulnerabilidades humanitarias, y luego aplicar una interpretación generosa del régimen de protección pertinente. Para ello, la comunidad internacional y otros interesados deben adoptar un enfoque holístico y coordinado que maximice la protección de la personas desplazadas internamente y de las migrantes.

Pacto Mundial sobre Migración

Permítanme añadir algunas reflexiones sobre nuestro trabajo relacionado con el Pacto Mundial para una Migración Segura, Regular y Ordenada. Hoy en día, este es uno de los esfuerzos más ambiciosos para hacer una diferencia en la situación de los migrantes. La idea del pacto fue apoyada por 193 Estados en la Declaración de Nueva York de 2016 y es una iniciativa prometedora.

El CICR sigue de cerca el desarrollo de este nuevo instrumento, cuya aprobación está prevista para septiembre de 2018. Desde nuestra perspectiva, es necesario considerar tres cuestiones en particular:

● La primera es que no puede haber ningún tipo de compromiso sobre las obligaciones existentes en virtud del derecho internacional: los Estados deben respetar esas obligaciones, incluso a través de la adopción de leyes y procedimientos que proporcionen salvaguardias adecuadas para proteger la seguridad y la dignidad de los migrantes.

Esto incluye el acatamiento del derecho y los estándares internacionales cuando los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley utilizan la fuerza, en estricto cumplimiento de los principios y requisitos de legalidad, necesidad, proporcionalidad, precaución y rendición de cuentas.

También incluye el respeto del principio de non-refoulement (no devolución) en todas las circunstancias. Ello supondría, en particular, que la legislación y los procedimientos internos garanticen que ninguna persona sea retornada si existen motivos fundados para pensar que estaría en peligro de ser objeto de violaciones de determinados derechos fundamentales en el país de retorno.

● La segunda cuestión es que las respuestas nacionales e internacionales deben guiarse por las necesidades de los migrantes en términos de asistencia y protección. Esas necesidades abarcan las derivadas de la separación familiar, los menores no acompañados, las personas desaparecidas y la privación de libertad.

● En tercer lugar, debería hacerse hincapié en la prevención del desplazamiento forzado en los conflictos armados y otras situaciones de violencia, en particular mediante un mayor respeto del derecho y mayores esfuerzos para prevenir y resolver esas situaciones.

En conclusión, es esencial contar con una apreciación de los complicados orígenes de la migración: pobreza, injusticia, exclusión, conflicto armado, y violencia, entre otros.

Frente a esta realidad, ningún país por sí solo puede proponer soluciones duraderas y buscar medidas eficaces de conformidad con el derecho nacional e internacional que puedan respetar los derechos de los migrantes y mitigar las consecuencias humanitarias indeseables de la migración.

Se trata de un problema público crítico que requiere soluciones coordinadas y ambiciosas a nivel local, regional y global. Por ello, es necesario que exista un enfoque de colaboración entre los Estados que busque el bienestar de las personas, y no desalentar la migración o castigar a los que deciden abandonar sus comunidades. Las preocupaciones en materia de seguridad deben equilibrarse con las consideraciones humanitarias.

Esperamos que el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular fortalezca los compromisos de la Declaración de 2016, y ofrezca una respuesta más predecible y humana a las necesidades de las personas en movimiento en todo el mundo. Teniendo esto presente, el CICR y sus socios del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja seguirán participando en este importante proceso.

También seguimos comprometidos a contribuir al desarrollo del Pacto Mundial sobre Refugiados, trabajando con el ACNUR, a quien se le ha confiado la tarea de elaborar un borrador.

Queda, sin duda, mucho trabajo por hacer en los próximos meses. Los dos pactos pueden ser un punto de inflexión en cuanto a la eficacia con la cual los Estados y la comunidad internacional en general abordan las consecuencias humanitarias relacionadas con la migración, los refugiados y los desplazados internos.