En pleno 2017 es complicado encontrar una compañía que no esté presente en las redes sociales. Una cuenta en Twitter, una página en Facebook y un montón de imágenes en Instagram suelen conformar el paquete básico de la comunicación digital de cualquier empresa a día de hoy.

A todo ello hay que sumarle el uso que hacen los empleados de sus propias cuentas en horario de trabajo. A pesar de toda esta actividad en los medios sociales, aún hay un gran número de corporaciones que no la regulan, poniendo en riesgo su propia seguridad.

Según un reciente estudio llevado a cabo por Pew Research Center, cerca del 50 % de las compañías analizadas no cuentan con un compendio de normas sobre el uso de redes sociales en el trabajo, algo realmente frecuente entre los empleados.

Así, las propias empresas se exponen a muchos y muy diversos peligros. Para empezar, pueden ver cómo su personal llega a hacer comentarios negativos de la compañía desde su propio puesto de trabajo o, lo que es peor, hacer públicos datos confidenciales de la empresa.

Más allá de evitar estas posibles situaciones que generarían una crisis corporativa, el objetivo principal de una estrategia de redes sociales debe ser delimitar claramente lo que pueden hacer los empleados a través de ellas desde su puesto de trabajo. Una de las premisas que deben quedar establecidas en esta suerte de regulación corporativa sobre el uso de redes sociales es no acceder a enlaces cuya fuente sea desconocida o que no sea de confianza.

Así, y con una protección adecuada en los equipos corporativos, es posible evitar que la multitud de riesgos que se esconden en las redes sociales afecten a la seguridad de tu empresa. Ataques de ‘phishing’, ‘spam’ o cualquier tipo de ‘malware’ pueden poner en jaque los secretos corporativos y una normativa clara sobre el uso de Twitter y compañía es imprescindible (junto con una buena solución de ciberseguridad avanzada) para no exponerse innecesariamente.

Además, un catálogo de buenas prácticas en redes sociales puede servir para aumentar la productividad en la empresa. Tanto es así que, según el mismo estudio de Pew Research Center, en las empresas sin normativa, el 40 % de los empleados acceden a las plataformas sociales para descansar un rato.

Por otra parte, en aquellas con unas normas claras este porcentaje desciende hasta el 30 %. De esta forma, no solo se evitan riesgos, sino que se fomenta un ambiente más profesional. ¿Tiene ya tu empresa unas reglas sobre el uso de redes sociales?