SALUD

En busca de las causas

La artritis reumatoide vinculada al polvo de las fábricas textiles

Unas trabajadoras trabajan en una fábrica textil china en Suining, provincia de Sichuan. REUTERS

Hay enfermedades de las que poco o nada se sabe sobre su causa. Una de ellas es la artritis reumatoide. Sin embargo, un estudio publicado recientemente da una pista sobre lo que podría estar detrás de algunas de las personas que sufren esta enfermedad. Y no se trata de una variante genética, sino de un factor evitable: la exposición ocupacional al polvo textil.

La artritis reumatoide, una enfermedad tan desconocida como dolorosa, es una afección crónica de origen autoinmune que provoca la inflamación de pequeñas y medianas articulaciones. El sistema inmunológico aporta un papel clave en esta afección articular, ya que identifica erróneamente a nuestras propias células como patógenos externos infecciosos y sus células invaden los tejidos articulares, que una vez ahí producen diversas sustancias como enzimas o anticuerpos que atacan a la articulación con riesgo de dañarla, y provocan inflamación.

Actualmente, todavía se siguen buscando las causas de esta enfermedad, aunque sí se conocen diversos factores de riesgo para su desarrollo, como la predisposición genética -origen interno-, el tabaco o la exposición al sílice -factores externos-.

«La investigación sobre la etiopatogenia de estas enfermedades reumáticas inflamatorias es uno de los campos que más ha evolucionado en las últimas dos décadas, que está produciendo unos resultados con una relevancia diagnóstica y pronóstica muy importante, y que ha permitido modificar radicalmente el manejo terapéutico de los pacientes con el desarrollo de nuevos fármacos», explica María Galindo Izquierdo, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER). Pero las nuevas investigaciones van más allá y se empiezan a hallar nuevas causas posibles que determinan que las personas que tengan los factores de riesgo más comunes no son las únicas que pueden llegar a desarrollar la artritis reumatoide.

Los datos

El estudio llevado a cabo por el Instituto de Investigación Médica de Kuala Lumpur (Malasia), el Centro de Medicina Molecular y el Instituto de Medicina Ambiental (ambos suecos) reunió a 1.820 mujeres malasias de similar edad, 910 con la enfermedad diagnosticada y la otra mitad sin ella. En un primer lugar, los investigadores preguntaron a todas las mujeres si tenían un diagnóstico de este trastorno. Tras analizar los datos, comprobaron que entre las féminas que no presentaban este problema médico había 15 que habían trabajado en empresas textiles (1,7%), mientras que de las que sufrían la enfermedad, 41 habían estado expuestas al polvo textil, un 4,5%. Es decir, las mujeres con exposición ocupacional al polvo textil fueron tres veces más propensas a desarrollar una artritis reumatoide según los datos.

Otro tipo de análisis que llevaron a cabo los investigadores para afinar el riesgo de las mujeres que trabajaban en estas fábrica fue realizarles un análisis sanguíneo para ver si presentaban en su sangre un aumento de ciertos anticuerpos, que se suelen detectar con más frecuencia en pacientes con artritis reumatoide. Atendiendo a la cantidad de resultados positivos observados en el test sanguíneo, se comprobó que las mujeres que trabajan en fábricas textiles tienen el doble de riesgo de desarrollar signos del inicio de la enfermedad y, por tanto, desarrollarla. Además, las que están genéticamente predispuestas y, a su vez, son trabajadoras del textil, sufren un riesgo 39 veces mayor.

Otro posible factor de riesgo que sufren los trabajadores de esta industria que se sustrae del estudio es que las toxinas producidas por cierto tipo de bacterias halladas en el polvo textil, especialmente endotoxinas, y la forma específica de las fibras textiles -mayoritariamente las sintéticas-, que permite al polvo penetrar profundamente en el organismo, pueden causar enfermedades respiratorias en los trabajadores de esta industria y generar una respuesta inflamatoria en los pulmones. «La relación entre el polvo textil y el riesgo de artritis reumatoide podría implicar varios mecanismos potenciales de enfermedades, ya que las propiedades fisicoquímicas del polvo en el aire afectan donde se deposite en el tracto respiratorio», relata el estudio.

En España no se conocía este factor de riesgo, pero sí se tenía en cuenta a la hora de analizar a los enfermos su exposición a diversos factores. Como explica la especialista española, «al valorar a estos pacientes siempre se debe tener en cuenta la exposición a tóxicos y, por tanto, los resultados de este estudio deben ser considerados».

Estudios epidemiológicos

La investigación, publicada en Annals of the Rheumatic Diseases, sólo ofrece un sospechoso vínculo entre la exposición al polvo textil y la enfermedad reumática a tener en cuenta en otras investigaciones y no se puede extrapolar a otras poblaciones, ya que el estudio ha sido realizado sólo en mujeres y en una etnia concreta. Para conseguir unas conclusiones firmes, según Galindo, habría que «realizar estudios que confirmen estos resultados, teniendo en cuenta la composición de las fibras textiles empleadas, condiciones del entorno de trabajo, exposición a otros tóxicos que puedan confluir, las características genéticas de los pacientes, y que incluyan otras áreas geográficas».

Los resultados de este trabajo, explica esta especialista, «no permiten tampoco saber cuál es realmente la sustancia tóxica, qué tipo de fibra textil es la responsable. Aparte de la exposición al tóxico, desconocemos la concentración de las supuestas sustancias tóxicas y el entorno o el aparataje con el que se realiza el trabajo. Todo ello condiciona que no se puedan generalizar los resultados y es necesario realizar estudios de confirmación».

Dentro de las investigaciones continuas para el conocimiento de las diversas causas de la artritis reumatoide, la Sociedad Española de Reumatología, a través de su Unidad de Investigación, y con la colaboración de los servicios de Reumatología de diferentes hospitales, está llevando a cabo «numerosos estudios epidemiológicos sobre el manejo precoz, el control de la calidad asistencial, de la adecuación a guías de práctica clínica y seguridad de los tratamientos en diferentes patologías inflamatorias y autoinmunes como la artritis reumatoide, espondiloartropatías, lupus eritematoso sistémico, síndrome de Sjögren o esclerodermia...», adelanta Galindo.

Los investigadores del trabajo publicado ahora señalan que «desde una perspectiva de salud pública, nuestros resultados implican que se deberían considerar esfuerzos para reducir la incidencia de la artritis reumatoide mediante la reducción de la exposición ocupacional al polvo textil», concluye el estudio.

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