Novias

Webs nupciales: la tendencia en bodas que divide a los invitados

Cada vez más a menudo, los novios prefieren decantarse por un formato online en lugar de las tradicionales invitaciones o los regalos físicos, pero no todo el mundo está de acuerdo

El siglo XXI ha entrado por fin de pleno en el mundo de las bodas. No, nada ni nadie está a salvo del vertiginoso ascenso de las nuevas tecnologías y las redes sociales, ni siquiera una tradición tan antigua como la de dar el 'sí quiero'. Si podemos retransmitir al minuto cada segundo de un enlace según está ocurriendo, si los novios pueden ver sus fotografías colgadas en Instagram sin tener que esperar al revelado (digital, claro) de los expertos e incluso pueden tener su propio hashtag, estaba claro que internet pronto irrumpiría también en los aspectos previos al gran día. Lo que podríamos denominar ‘webs nupciales’ o ‘webs de bodas’ son ya un recurso muy socorrido para muchos novios, una opción cada vez más habitual que también tiene un buen número de detractores.

Para los que todavía no estén familiarizados con este nuevo concepto en bodas, básicamente todo se resume a que los novios realizan una página web específica para el enlace. ¿Qué podemos encontrar en ella? Su uso principal es el de aportar información útil para los asistentes, datos tan básicos (y esenciales) como la fecha, el lugar o la hora, y otros de carácter más práctico, como la forma de llegar hasta la localización o, en caso de haberlos, la salida de los autobuses o coches privados hasta el destino elegido. Otras parejas aportan datos adicionales para adornar más su web, desde quiénes serán las damas de honor y los padrinos, hasta cómo se conoció la pareja. Hasta aquí, todo bien. El debate surge cuando a esto suman otros usos más polémicos, en concreto, dos.

Fotografía: Elena Olay / Realización: Marta Bajo

El primero de ellos es más inocente: funcionar como una invitación. Aunque muchos familiares se llevarán las manos a la cabeza, cada vez son más las parejas que prescinden por completo de una invitación en formato físico, pasando al controvertido e-mail o a una no más aceptada web. Redirigiendo a los invitados a esta página, se aseguran de que todos la recibirán y que tendrán la información necesaria fácilmente accesible, además de ofrecer una opción más sencilla para confirmar su asistencia. Una opción que, en realidad, puede ser complementaria al envío en papel, aunque generalmente lo sustituye por completo.

El segundo es, sin duda, el que más discusión genera: los regalos. La web es una forma sencilla de tener una lista de bodas totalmente accesible y fácil de consultar, sin necesidad de limitarse a un único establecimiento ni obligar a los invitados a moverse a diferentes tiendas. Sin embargo, es una realidad que en la actualidad una gran mayoría de los novios prefieren que el obsequio venga en forma de un ingreso bancario, ya sea para elegir ellos algo que verdaderamente les guste, para pagar la luna de miel o, simplemente, para hacerlo todo más fácil y cómodo. Aquí, la web entra como una alternativa más discreta para dar un número de cuenta sin necesidad de colocarlo en la invitación o directamente ‘pedir dinero’ a los invitados.

**Los pros   **

La web es una buena forma de recopilar toda la información sobre la boda y, de paso, quizá la manera más elegante y menos directa de dar el número de cuenta bancaria a los invitados, sin necesidad de imprimirlo en una invitación y que los invitados se sientan obligados a nada.

**Los contras   **

Si se emplea como sustituta a una invitación en papel, siempre está el argumento de que todo es más auténtico en formato físico, además de que quizá los invitados más mayores -los abuelos, por ejemplo- no tengan forma de acceder a la misma o, simplemente, no sepan cómo hacerlo. Para esta ocasión, la solución más fácil sería dar en mano invitaciones sólo a estas personas. En la cuestión de los regalos, es probable que más de un invitado se muestre en contra de realizar un ingreso bancario en lugar de un obsequio tradicional, pero si eso es lo que verdaderamente queréis, desde luego ésta es la forma más discreta de pedirlo. Eso sí, siempre dejando la puerta abierta a recibir presentes materiales, ya que, al fin y al cabo, cada uno es libre de regalar lo que quiera.