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El héroe de la revolución

Resultó electo para el cargo el aragüeño Linares Alcántara y, desde el principio de su administración, se rodeó de las figuras más notables del antiguzmancismo

  • JIMENO JOSÉ HERNÁNDEZ DROULERS

21/11/2018 05:00 am

En el año 1877 concluyó el primer periodo presidencial del general Antonio Guzmán Blanco conocido como “El Septenio”. El Partido Liberal Amarillo, único elector, se dividió en razón de las candidaturas de los generales Hermenegildo Zavarce y Francisco Linares Alcántara.

Resultó electo para el cargo el aragüeño Linares Alcántara y, desde el principio de su administración, se rodeó de las figuras más notables del antiguzmancismo con el objetivo de liderar una reacción contra su antecesor. No logró su propósito el “Gran Demócrata” pues, la última semana de noviembre de 1878, cayó enfermo y falleció repentinamente.

Los guzmancistas del círculo de Valencia, encabezados por el Dr. Francisco González Guinán, convencieron al general Gregorio Cedeño de encabezar un movimiento revolucionario contra el nuevo orden establecido por el fallecido presidente. Este movimiento llevó por nombre el de Revolución Reivindicadora que, según su manifiesto, se proponía restaurar la ley, los principios federativos, liquidar la anarquía que amenazaba al país y solicitaba el retorno al poder del general Guzmán Blanco.

Algunos años más tarde, el general Cedeño escribió una carta pública dirigida al Dr. Diego Bautista Urbaneja, consejero y ministro de Guzmán Blanco, en la que explicaba su actuación en la Reivindicadora y la recompensa que obtuvo por liderarla.

En ésta relata que luego de la inesperada muerte de Linares Alcántara, el país se anarquizó. -Cada uno quiso mandar por su cuenta; Gregorio Varela por un lado, Ramón Ayala por otro, José Ignacio Pulido por otro y los Pacheco por otro; y yo en Valencia viendo el sol que más alumbrara, me encontré que el que tenía mejores elementos era yo, y que el primer acto del hombre es el de consagrar su brazo a la defensa de la Patria.-

Cedeño comenzó a moverse el 29 de diciembre, triunfó en el Castillo Libertador de Puerto Cabello, marchó hacia La Victoria y se enfrentó a Varela y los suyos. De allí envió una comisión a Caracas advirtiendo que la sometería por las armas si los pobladores oponían resistencia. Una vez recibida respuesta garantizando que la toma de la capital sería pacífica, marchó desde los valles de Aragua para hacer su entrada triunfal en la ciudad el 13 de febrero de 1879.

-Entramos en la población con la mayor recepción que se ha podido hacer a persona alguna en esta República. No se le tira ni una piedra a nadie y se acampa el ejército en distintos puntos. Todo se cumplió al pie de la letra, sin dejar un solo enemigo, satisfecho de haber hecho el bien.-

Guzmán Blanco regresó de París, desembarcó en La Guaira y Cedeño, junto al Estado Mayor y los pobladores de Caracas, fueron a recibirlo.

-Puse todo a disposición del general Guzmán Blanco, a quien le manifesté que no había abierto ni el Capitolio ni la Casa Amarilla; que el jefe que habíamos proclamado era él, y era quien debía organizar la República; que mi misión estaba cumplida; que no aspiraba más que irme a pesar café en mi finca El Palotal.-

Al día siguiente Guzmán Blanco se presentó a visitarlo y le mostró una lista de ministros que pensaba nombrar. Cedeño objetó los nombres diciendo que no habían sido parte de la Revolución y eso podía herir susceptibilidades. Le manifestó que lo más prudente sería nombrar la mitad de unos y la mitad de otros. -Que escogiera él los suyos y yo los míos.-

La petición molestó al Presidente de la República. -Él me contestó que no podía hacer eso, porque tenía su lista preparada de los hombres que debían ayudarlo y que me exigía a mí que le aceptara el Ministerio de Guerra y Marina.-

Cedeño aceptó el cargo y asistió al Gabinete. En aquella reunión se propuso que el Consejo de Plenipotenciarios lo compondrían los presidentes de Estado nombrados por ellos mismos. -Yo objeté aquella proposición, diciendo que no podía hacerse porque aquellos presidentes no harían sino lo que nosotros quisiéramos, que sería mejor que hiciéramos elecciones generales. Eso fue negado en absoluto, quedando solo mi voto a favor de mis ideas.-

Luego de un tiempo decidió Cedeño pedir licencia para retirarse del Gabinete y ésta le fue concedida. Se retiró a El Palotal para dedicarse a sus cafetos, donde murió en 1891 afectado por una enfermedad mental.

-Es toda la recompensa que he tenido por la Reivindicación. No he reclamado nada; ahí están los ministros. No he especulado en ningún ramo público, ni he pretendido hacerlo. No he permitido que se malgasten las rentas de la nación. Eso es proceder con honradez.-

jimenojose.hernandezd@gmail.com
@jjmhd
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