La desintegración del sueño americano a través del dibujo, la serigrafía y las ilustraciones

  • En 'American Dream' el Museo Británico exhibe su colección propia de artes gráficas de creadores de de los Estados Unidos de las últimas seis décadas.
  • La turbulencia interna y progresiva degradación socieconómica de la superpotencia queda en evidencia en doscientas obras de setenta artistas.
  • Jasper Johns, Robert Rauschenberg, Ed Ruscha, Chuck Close, Louise Bourgeois, Kara Walker y Andy Warhol figuran entre los autores.
Serigarfía de la serie sobre banderas de los EE UU de Jasper Johns
Serigarfía de la serie sobre banderas de los EE UU de Jasper Johns
© Jasper Johns/VAGA, New York/DACS, London 2016. © Tom Powel Imaging
Serigarfía de la serie sobre banderas de los EE UU de Jasper Johns

Las últimas seis décadas han sido para los EE UU dinámicas y turbulentas. Basta para constatarlo la cita de algunos traumas nacionales: el magnicidio de JFK, la misión espacial Apolo 11 que llevó al hombre a la Luna, la guerra de Vietnam, la crisis del sida, el creciente racismo policial contra los negros e incluso los interrogantes que han surgido de las primeras semanas de Donald Trump en la Casa Blanca.

La enumeración parece concluir en que el sueño americano, aunque lo correcto sería llamarlo estadounidense, muestra síntomas de desintegración y el optimismo no parece un vector a tener en cuenta. Así lo advierte la exposición American Dream del Museo Británico [hasta el 18 de junio], una extensa selección de obras gráficas de los fondos propios de la pinacoteca londinense, enriquecidos con cesiones de museos de los EE UU.

La muestra está integrada por 200 piezas basadas en la respuesta a los "tiempos cambiantes" de 70 artistas estadounidenses, que han producido dibujos, grabados, ilustraciones e impresiones "sin precedentes en su escala y ambición". El recorrido nace del boom del pop art en la década de los años sesenta, pasa por el conceptualismo y el fotorrealismo y se extiende hasta el presente.

La "inventiva y el ingenio técnico" de las artes gráficas en los EE UU durante la época explican la influencia internacional de los principales creadores durante este período, dicen desde el museo. Muchas de las obras se convierten en profecías de la degradación socioeconómica actual del país, al abordar las "divisiones profundas" en la estructura interna y el reparto de la riqueza, añaden.

American Dream es la "primera gran exposición del Reino Unido que constata la importancia de las artes gráficas estadounidenses modernas y contemporáneas". Mostrará obras de los grandes artistas de un país cuya "riqueza, poder e influencia nunca habían sido mayores" que durante la época abarcada por la muestra.

Nunca mostradas en conjunto

Además de las obras propias del museo, que nunca se habían mostrado en conjunto, habrá préstamos de instituciones artísticas del otro lado del océano. En el elenco no falta nadie de la primera fila de  creadores estadounidenses: Jasper Johns, Robert Rauschenberg, Ed Ruscha, Chuck Close, Louise Bourgeois, Kara Walker y Andy Warhol son solo algunos de ellos.

Con "técnicas innovadoras", a una escala de producción "sin precedentes" y con "audacia ambición", los artistas de los EE UU de la segunda mitad del siglo XX  se dedicaron a las obras impresas en papel y tela, sobre todo serigrafías, pero también grabados, dibujos y otro tipo de artes menores para indagar en temas como "el poder y la influencia" de su país y la identidad racial y de género.

Al tratarse de amplias tiradas, garantizaron la difusión masiva de un arte que se convirtió en realmente popular y colocó los dibujos, serigrafías o ilustraciones "en pie de igualdad" con la pintura y la escultura.

Ingenio, ironía, hiperrealismo...

Proporcionan un "comentario vívido y variado de un período de grandes cambios sociales". En la exposición se tocan temas como el ingenio y la iniciativa económica —la serie de brillantes y llamativas gasolineras de Ruscha—, el esclavismo y sus efectos en la consolidación del país —los oscuros grabados de Kara Walker—, la ironía —una obra de Warhol con la cara de Nixon pidiendo el voto para su rival político en la lucha por la Presidencia—, y el hiperrealismo —los escenarios urbanos tangibles de Richard Estes—.

La exposición, dice Hartwig Fischer, director del Museo Británico, resulta "extremadamente emocionante" y "ambiciosa". El responsable de la pinacoteca no oculta el vínculo entre la iniciativa y la llegada de Trump: "Cuando un nuevo Presidente entra en la Casa Blanca y comienza otro capítulo de la historia de los EE UU, sentimos que es un momento apropiado para considerar cómo los artistas han reflejado al país como una nación durante cincuenta años tumultuosos".

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