La vida de Lawrence Phillips no auguraba un final alegre pero el desenlace ha sido más trágico de lo que nadie habría imaginado. El ex 'runner back' de los Rams, los Dolphins y los 49ers, entre otros, apareció muerto el miércoles en su celda de la prisión estatal de Kern Valley, en California, donde cumplía 31 años de prisión por diversos delitos, entre ellos agredir a dos de sus parejas, atropellar con su coche a tres adolescentes y robo a mano armada. Además, enfrentaba una sentencia de hasta 25 años de prisión por presuntamente haber matado a su compañero de celda. Aunque el motivo de la muerte aún no ha sido confirmado, las primeras hipótesis indican que Phillips pudo suicidarse.
La vida de este jugador, nacido en Arkansas en 1975, estuvo siempre marcada por la violencia. De hecho, en 1994, cuando jugaba para la Universidad de Nebraska, fue detenido por presuntamente haber arrastrado a su novia de los pelos por las escaleras del centro. Sin embargo, su extraordinario rendimiento -batió todos los récords del equipo- hizo que el técnico le perdonara y le admitiera de nuevo tras una breve suspensión.
Ese mismo rendimiento fue el que llevó a los Rams a elegirle en la sexta posición del draft de 1996 a pesar de su controvertido perfil y le firmaran un contrato de tres años por casi seis millones de euros. Lo cambiaron por Jerome Bettis, que años después entraría en el Salón de la Fama. Aunque su técnico Dick Vermeil le catalogó como el mejor 'running back' al que había entrenado nunca, decidió cortarle en 1997 debido a sus constantes problemas extradeportivos.
De los Rams fue a los Dolphins, con los que sólo jugó dos partidos. Lo echaron después de ser acusado de agredir a una mujer en un club nocturno.
En 1998 probó suerte en los Barcelona Dragons, donde su gran rendimiento le abrió de nuevo las puertas de la NFL. En los 49ers, su siguiente equipo, el problema no fue su conducta fuera del campo sino su rendimiento, especialmente en los bloqueos. Phillips fue acusado de provocar la grave lesión que terminaría con la carrera de Steve Young al que no protegió del impacto con Aeneas Williams.
Tras aquello bajó un escalón y firmó por los Florida Bobcats, de la Arena League, de donde le echaron ese mismo año por abandonar una concentración sin permiso. De la Arena League pasó a la liga canadiense, donde se retiró tras un año en el Montreal Alouettes y otro en los Calgary Stampeders. De ambos fue expulsado por su conducta extradeportiva.
En 2008 fue condenado a 10 años de prisión por varios delitos que se remontaban al año 2005 y desde entonces vería cómo sus condenas se incrementaban hasta las más de tres décadas conforme iban resolviéndose los numerosos juicios que tenía pendientes en diferentes partes del país. Actualmente estaba pendiente de una condena que podía ir de los 25 años a la pena capital por presuntamente haber matado a su compañero de celda.
