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Roger de Lauria, un marino fiel a la Corona de Aragón

29 diciembre 2015

Entre los poseedores de la patente de corso se encontraban algunos marinos españoles tales como el caso de Roger de Lauria. En este caso, más que una patente de corso se trataba de una carta en blanco por parte de la Corona de Aragón a la que fielmente servía. Nació en Calabria en 1245 y murió en Valencia en 1302 y estuvo gran parte de su vida a cargo de la flota aragonesa a la que comandaba y se cuenta que estuvo veinte años sin una derrota.

La madre de Roger de Llúria, se llamaba Bella d’Amici y era una dama de Constanza de Sicilia (la futura Constanza II) y formó parte del séquito que acompañó a Constanza cuando se trasladó a la Corona de Aragón para contraer matrimonio con el infante Pedro, futuro Pedro III el Grande de Aragón. Roger de Lauria, que marchó con su madre, se educó en la Corte aragonesa, donde pronto fue armado caballero y recibió territorios en el reino de Valencia.

Entre campaña y campaña no desdeñaba la piratería a título particular. Fue así como saqueó Kerkenah y Djerba y tampoco tuvo escrúpulos en piratear por las costas de Campania y de Calabria, su tierra natal, que pertenecían al reino angevino, al menos al principio. Fue el primero en incluir en la boga a los presos, es decir, a galeras a remar, como diría el Ultimo de la Fila. Se cuenta que era inhumano con los prisioneros, ávido, rapaz, era el verdadero terror de los mares.

Don Jaime II, hijo de Pedro III el Grande, le cedió las villas de Calpe y Altea. La isla de Yerba y el Querqueso, constituían un principado, que una vez ocupado fue gobernado por Roger de Lauria. En 1304, en una incursión violenta de los musulmanes, incendiaron Cocentaina, donde le tuvieron asediado durante tres días, en venganza por las persecuciones que el almirante había efectuado a sus naves.

Cansado de guerrear, se retiró a sus posesiones de Valencia que, además del señorío de Cocentaina y la villa de Alcoy comprendían también Muro, Alcudia, Cella y Benimàmet.

Como no podía se menos Roger de Lauria dejó una frase para la historia. La pronunció en su juventud, en 1285, a raiz de la victoria que con sus galeras obtuvo contra los franceses cuando estos habían invadido el condado de Barcelona por los Pirineos. Tras su victoria hubo negociaciones con el conde de Foix, emisario del rey de Francia, que le pedia una tregua. Lauria dijo que no habria pacto alguno con franceses, el francés se extrañó de esta gallardia y añadió que le sorprendía que no diera tregua a un rey tan poderoso como el de Francia que podia armar una flota de 300 navios y vencer a Aragón.

Roger de Lauria respondió confiado que no temía ni a 300 ni a 1.000 galeras francesas. con la siguiente frase:

«No solo no pienso que galera ni otra embarcación se atreva a ir sobre el mar, salvo que tenga salvoconducto del rey de Aragón, ni aún no sólo galera ni nave, sino que no creo que ningún pez se atreva a alzarse sobre el mar, sino lleva un escudo con la señal del rey de Aragón en la cola, como muestra de salvoconducto de aquel señor, Rey de Aragón»

roger de lauria 2

En 1969 se bautizó como  Roger de Lauria (D-42) fue uno de los tres destructores de la clase Oquendo pertenecientes a la Armada Española que dejó de estar en servicio en 1982.