Qué debes tener en cuenta antes de contratar tu seguro de coche

Las compañías, para tener herramientas con las que poder competir más allá del precio, enriquecen sus pólizas de seguro a terceros con coberturas adicionales en caso de robo, o de rotura de lunas y también proporcionan asistencia en viaje.
Las compañías, para tener herramientas con las que poder competir más allá del precio, enriquecen sus pólizas de seguro a terceros con coberturas adicionales en caso de robo, o de rotura de lunas y también proporcionan asistencia en viaje.
GTRES
Las compañías, para tener herramientas con las que poder competir más allá del precio, enriquecen sus pólizas de seguro a terceros con coberturas adicionales en caso de robo, o de rotura de lunas y también proporcionan asistencia en viaje.

En los dos últimos años, los accidentes de tráfico han subido, tanto en ciudades como en carreteras. El seguro y las coberturas que nos da nuestra póliza son la única posibilidad de recuperar parte de las pérdidas que se producen en cada siniestro, sea por accidente de tráfico, robo o cualquier otro percance. Cuando contratamos el seguro, muchas veces nos fijamos únicamente en el precio y no en las coberturas que nos ofrecen las aseguradoras. Casi siempre vale la pena estudiarlo mejor y, en ocasiones, gastar un poco más para tener mejor protección.

Existen dos grandes grupos de pólizas de seguro para automóviles en nuestro país: los denominados seguros a terceros y seguros a todo riesgo. En los seguros a terceros puros, el asegurado normalmente tiene poco que rascar. Si ha tenido un percance, la compañía aseguradora indemnizará a los damnificados y el asegurado deberá cubrir sus daños.

Sin embargo, las compañías, para tener herramientas con las que poder competir más allá del precio, enriquecen sus pólizas de seguro a terceros con coberturas adicionales en caso de robo, o de rotura de lunas y también proporcionan asistencia en viaje. La forma de prestar estas coberturas adicionales puede encajar mucho mejor en un tipo de personas que en otras y, por tanto, conviene buscar un poco y leer los detalles de la póliza para ver si se adapta a nuestras necesidades.

¿Para qué uso mi coche?

Por ejemplo, buscamos el seguro para un coche con el que sólo nos movemos por nuestra ciudad. Es un coche poco potente con el que nunca realizamos viajes. Lo utilizamos para llevar a los niños al colegio y para ir al supermercado. Un día, estamos en el aparcamiento del supermercado con toda la familia y el coche bien cargado con las bolsas de la compra y resulta que cuando vamos a arrancar el coche el motor ni pestañea.

La batería se ha agotado y de ahí no hay quien mueva el coche. Rápidamente recordamos que nuestra póliza tiene asistencia en viaje y llamamos a la aseguradora para que nos envíe una grúa, nos lleve a casa a la familia y, por supuesto, las bolsas de la compra. Mientras marcamos el número pensamos qué hacer hasta la llegada de la grúa, pero el operador nos asegura que nuestra póliza no cubre ningún tipo de asistencia para averías que se producen a menos de 25 kilómetros de casa.

Si nos hubiéramos fijado en ese detalle en el momento de contratar la póliza, podíamos haber buscado otro tipo de coberturas que incluyeran los primeros 25 kilómetros, que nos hubiera sido más útil, por el mismo precio. La falta de previsión en el momento de contratar el seguro nos obliga a llamar a una persona amiga para que venga con su coche y unas pinzas para la batería si pretendemos no dejar el coche toda la noche en el aparcamiento del centro comercial o llamar a un servicio profesional de asistencia para que nos repare el coche. Algunas compañías sí realizan asistencia al vehículo desde el kilómetro cero (lo reparan si son capaces o lo llevan a un taller) pero no prestan asistencia a los ocupantes del coche.

¿Duerme en garaje o en la calle?

Otra diferencia notable puede ser que el coche duerma en la calle o en un garaje. En ese caso, contratar o no la cobertura adicional de robo en una póliza a terceros, cobertura que normalmente incluye rotura de lunas e incendio, puede suponer un gran ahorro en caso de percance a cambio de una suma de dinero no muy elevada.

El riesgo de robo es moderado en términos generales y por eso las compañías no cobran grandes sumas por esta cobertura, si bien estas condiciones también pueden cambiar en función de ciudades y lugares de residencia específicos. Los robos de ruedas, llantas y neumáticos, la rotura de lunas para sustraer bienes del interior e incluso el robo de catalizadores y toda la parte correspondiente del tubo de escape quedarían protegidos.

Otras posibles coberturas incluidas en algunos seguros a terceros son el pago del curso de recuperación de puntos del carnet de conducir, reposición de llaves en caso pérdida o robo, coche de sustitución, suministro de combustible si se vacía completamente el depósito o sustitución de un neumático pinchado entre otras.

¿Seguros a todo riesgo?

La contratación de un seguro a terceros es relativamente fácil. Las posibilidades de equivocación son menores que con la contratación de un seguro de los llamados a todo riesgo. Mal llamado, porque en realidad seguros a todo riesgo no existen. Hay percances y accidentes en los que resulta imposible recuperar el valor asegurado.

Ten cuidado, por ejemplo, de dónde vas a ver una puesta de sol con tu coche, porque hay compañías de seguro que no cubren los accidentes en las vías que ellos denominan "no aptas", que suelen ser vías no asfaltadas. Por un camino, si te deslizas por un terraplén, es posible que tu seguro no cubra el coste de una grúa para devolver el coche al asfalto.

Todo riesgo no significa que nos van a devolver el valor de un coche al que le tenemos mucho cariño, por ejemplo. No, todo riesgo significa que las compañías que dan buenas coberturas devuelven un valor monetario similar al que consideran que tenía el coche en el momento del siniestro. Y aquí también hay diferencias entre las compañías.

Algunas miden la depreciación del coche en función de los meses desde que se matriculó con un porcentaje fijo a partir del segundo año y otras indemnizan según un valor figurado que pretende equiparar el precio al que hubiéramos sido capaces de vender el coche en cuestión justo antes del siniestro (el denominado valor venal). La diferencia entre una forma u otra de calcular el precio de la indemnización puede suponer varios miles de euros.

Equipamiento opcional

Otro de los muchos aspectos que normalmente no tenemos en cuenta cuando contratamos un seguro de coche es la cobertura de elementos que no pertenecen al equipo de serie del coche. Supongamos que hemos adquirido un coche de alta gama con tapicería de piel, navegador y equipo de sonido de última generación, frenos cerámicos y llantas de titanio.

Este equipamiento opcional, que puede superar los 15.000 euros adicionales, y que no figura en el equipamiento de serie, debe constar expresamente en la póliza que contratemos con nuestra aseguradora, porque en caso contrario, si declaran nuestro coche en siniestro total, nos llevaremos la sorpresa de que no nos indemnizarán por el valor de ese equipamiento.

Algunas compañías aseguradoras incluyen hasta 1.500 euros en la indemnización por elementos opcionales que no figuren expresamente en la póliza, pero otras compañías no abonarán ni un euro más por este concepto. Conocer bien el coche que vamos a asegurar a todo riesgo y los detalles de la póliza es imprescindible si no queremos encontrarnos con disgustos adicionales en caso de siniestro.

Tómate tu tiempo y compara bien

En definitiva, contratar el seguro de un coche requiere de un tiempo de estudio. No tanto por la diferencia de dinero que se paga en el momento de la contratación, sino por la diferencia de servicios e indemnizaciones recibidas en caso de percance. Requiere de un tiempo de estudio para analizar nuestras necesidades y nuestra forma de utilizar el coche y ver cómo casan nuestros requisitos con las ofertas de las aseguradoras.

En términos generales debemos analizar lo despistados que somos, por ejemplo, porque algunas compañías cubren la pérdida de llaves y otras no, si viajamos mucho o poco y si nos ponen muchas multas o pocas, porque también algunas pólizas incluyen recurso de multas y ayuda para la recuperación de puntos, si el coche es propenso a las averías o el riesgo de avería es poco probable, si hacemos muchos kilómetros tiene sentido asegurar el coche de forma diferente a si hacemos pocos, si aparcamos en la calle o en garaje, si vamos al campo con el coche o nunca salimos de la carretera...

En definitiva, analizar nuestras circunstancias y estudiar las diferentes ofertas para conocer cuál se adapta mejor a lo que necesitamos. Quizá el importe que dedicamos a pagar la póliza de seguro no parezca justificar dedicarle mucho tiempo de atención y, sin embargo, no hacerlo puede suponer un serio disgusto unos meses más tarde.

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