Ante un apuro en el mar la ayuda ha llegado tradicionalmente por tierra y a nado, pero las innovaciones tecnológicas permiten ahora que también llegue vía aérea, una iniciativa que ha calado en la Costa del Sol con un dron pensado para salvar bañistas en la playa de Los Boliches, en Fuengirola, y cuyos promotores tienen la intención de implantarla los próximos años en otras playas de la zona. «Se pretende cubrir las situaciones de riesgo en las que la mayoría de los bañistas se sitúan de manera voluntaria», explica la alcaldesa, Ana Mula, quien destaca que es un complemento de los vigilantes para agilizar la respuesta. El servicio, según Mula, sirve para «anticipar» la ayuda del socorrista, de forma que se añada una dosis extra de protección para quienes decidan tomar un baño, entre las más de 300.000 personas que circulan por Fuengirola en verano. El aparato, un octocóptero al que le han incorporado una plataforma con dos salvavidas y una cámara que permite la ubicación precisa del bañista, parte de una base establecida en la playa desde la que un piloto controla los movimientos durante el desplazamiento. Salvador de los Ríos, piloto e instructor de la compañía Aeromedia -gestiona el servicio de salvamento-, resalta que el objetivo fundamental es aportar un apoyo a quien se encuentra en dificultades para que se reduzca el nivel de nerviosismo, «porque muchas veces puede perjudicar a la actuación del propio socorrista». «A la persona que se está ahogando, le tiras un salvavidas y es capaz de darle un bocado, lo recibe con palmas», comenta De los Ríos, quien explica que el dron se sitúa a seis metros sobre el nivel del mar para no asustar al bañista y de forma que el viento no desplace el salvavidas.