lunes, 8 de junio de 2020

Nuevos escenarios de pensamiento en Administración Pública (2): Inteligencia artificial aplicada la Gestión Pública

Un algoritmo es un conjunto de instrucciones o reglas definidas, ordenadas y finitas que permite, típicamente, solucionar un problema, realizar un cómputo, procesar datos y llevar a cabo otras tareas o actividades. De tal manera que supuesta una situación inicial y una entrada, siguiendo los pasos sucesivos se llega a un estado final y se obtiene una solución. Los algoritmos de la IA  ya son capaces de aprender por sí solos, sin que el hombre intervenga. Extraen toda la información de los datos y obtienen de ellos patrones de comportamiento que pueden proyectar en algunas decisiones. Incluso IA podría reflexionar conscientemente, observarse reflexivamente, emocionarse mediante la  emulación aprendida.
Todas estas cuestiones generales al aplicarlas a la Administración Pública, suscitan interrogantes particulares  por mor de aspectos propios tales como la eficacia, la eficiencia, la flexibilidad, la seguridad jurídica. Son pues mecanismos de gestión burocrática en su aspecto positivo – el algoritmo conduciría a la decisión mejor, desde la racionalidad instrumental de medios a fines - , pero también  conllevan a dinámicas negativas, en sede sociopolitológica, disfuncionalidades, buropatologías, jaulas de hierro,… que suelen cobijarse bajo lo que Weber llamaba  ‘burocratización’. 
El Profesor Ramió, en obra de 2019 propone –en clave política e institucional– ponderar los avances de la IA y la robótica como enormes posibilidades para consolidar un nuevo modelo de cultura y Administración Pública que provoque la renovación del status quo para avanzar en la erradicación del clientelismo y la corrupción, mejorar la transparencia y calidad en la prestación de los servicios públicos. El autor propone un nuevo modelo organizativo sobre una suerte de principios generales que permitirían una mayor profesionalización, la lucha contra el clientelismo y la corrupción ofreciéndose una Administración Pública líquida, abierta, colaborativa pero sólida, predecible y constante. 
Así, las tareas típicamente burocráticas podrían ser asumidas por robots - en la línea de lo anticipado por Gladden - pero en línea también con lo predicho por el historiador hay que atender que los algoritmos de IA de la Administración Pública sean diseñados con cautela, en particular aquéllos que manipulan los datos sensibles para las personas y así evitar marginaciones, sesgos u opacidades en el accionar administrativo. Si bien, nos dice, la automatización y la IA representan los catalizadores tecnológicos para lograr la calidad institucional y el buen gobierno desde una perspectiva burocrática, porque facilitarían la aplicación objetiva y no discrecional de los principios burocráticos. 
El autor de referencia añade  que  puede obtenerse una Gestión Pública 4.0 caracterizada por la delegación de las actividades transaccionales a las nuevas tecnologías inteligentes para, de esa manera, optimizar la gestión y gobernanza públicas y fortalecer la inteligencia y la transparencia institucionales. Pero como no también se nos advierte de las resistenciasal cambio entre los empleados, y esta disruptiva del statu-quo, debe encontrar aliados entre el arco político y en la sociedad. En este sentido hemos de recordar las resistencias a la  reforma de Bravo Murillo de 1852 para la burocracia española y lo señalado por Crozier en El Fenómeno Administrativo de 1963 para la incapacidad para la innovación por mor de las rutinas públicas. Dinámicas que también se aprecian en las grandes corporaciones empresariales que hoy exige la deconstrucción  y/o  desaparición de roles, funciones y capacidades ya obsoletas y redundantes (Recuérdese el trabajo de Mintzberg en su obra sobre las organizaciones, al citar el estudio sobre Mark & Spencer y posibilidad de suprimir 8000 de los 20000 puestos de trabajo, si se eliminaran algunas funciones burocráticas.

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