'Madame Lebrun', la retratista oficial de María Antonieta

  • París celebra la primera gran exposición sobre Elisabeth Louise Vigée Le Brun.
  • Considerada la pintora francesa más importante del siglo XVIII, se ciñó al retrato porque se le prohibían otros géneros considerados más prestigiosos.
  • Con el tiempo trabó amistad con María Antonieta, a la que nunca representó banal ni caprichosa, sino como una mujer bella, pero digna y sensata.
'La artista ejecutando un retrato de la reina María Antonieta', óleo de Vigée Le Brun datado en 1790
'La artista ejecutando un retrato de la reina María Antonieta', óleo de Vigée Le Brun datado en 1790
Elisabeth Louise Vigée Le Brun - © Galleria degli Uffizi, Florence, Italy / Bridgeman Images
'La artista ejecutando un retrato de la reina María Antonieta', óleo de Vigée Le Brun datado en 1790

Elisabeth Louise Vigée Le Brun (1755-1842) había nacido el mismo año que María Antonieta y llegó a ser la retratista preferida de la reina, a la que nunca pintó con gesto banal ni caprichoso, sino como una mujer joven y bella, pero digna y sensata. Compartían gustos musicales y artísticos y trabaron una amistad que la pintora defendió —con más empeño incluso— tras la Revolución Francesa.

Pudo recibir en la adolescencia clases de su padre, el retratista Louis Vigée (1715-1767), pero su avance en el mundo del arte fue arduo. De estilo entre neoclásico y rococó, se ciñó al retrato porque se le prohibían otros géneros más prestigiosos. Aunque fue una de las primeras mujeres en ser admitida en la Academia Real de Pintura, no tenía los mismos derechos: no se le permitía pintar desnudos masculinos del natural, fundamentales para la pintura historicista, abundante en anatomía, gestos, emociones y movimientos dramáticos.

Las limitaciones fueron una motivación para superarse, se hizo una experta en el uso del color y desarrolló criterios estéticos y técnicas personales para distinguirse de sus coetáneos. El Grand Palais de París enfatiza la "extraordinaria ambición profesional" de Louise Vigée Le Brun con la primera gran exposición francesa dedicada a la pintora francesa más famosa del siglo XVIII.

Una vida nómada tras la Revolución

Hasta el 11 de enero, la muestra reúne 150 trabajos entre los que hay piezas exhibidas por primera vez. Préstamos privados y de museos como el Louvre, el Hermitage de San Petersburgo, el MET de Nueva York, el Royal Collection Trust de Londres o la Galería Uffizi de Florencia componen con óleos, pasteles y dibujos una panorámica completa de la carrera de la artista.

Rechazó el tópico de la dama desvalida, mostrándose digna dueña de su vida. Sus muchos autorretratos — como La artista pintando un retrato de la reina María Antonieta (1790) o el rafaelista Retrato de la artista con su hija (1786)— destilan una confianza en sí misma que no disminuyó a pesar de los cotilleos malintencionados y los intentos de boicot que sufrió por parte de poderosos y artistas envidiosos que la querían ver derrumbada socialmente como le sucedió a su mentora.

Los organizadores inciden en las diferentes secciones de la exposición en la vida "nómada" de la conocida como Madame Lebrun, que se exilió tras la muerte de María Antonieta en la guillotina y vivió en Italia, Austria, Rusia, Prusia, Inglaterra y Suiza, países en los que trabajó para la aristocracia, disfrutó de una fama duradera y pudo vivir de la pintura en un momento histórico de reconsideración del retrato, que pasó de ser un género secundario a un modo eficaz de mostrar al mundo el "yo social".

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