La expatriación voluntaria de Pfizer (fabricante de Viagra) a Irlanda a través de una fusión inversa con Allergan (productor de Botox) para eludir impuestos en Estados Unidos no es la primera ni será la última de estas inversiones fiscales pero es una de las mayores y ha vuelto a enfocar la atención y elevar la presión ante un problema que cada año cuesta miles de millones de dólares a las arcas públicas estadounidenses. En Europa, el Parlamento Europeo intenta acelerar el intercambio de información entre países para que las multinacionales paguen más allí donde generan sus beneficios.

Desde que en diciembre de 1982 la empresa de construcción e ingeniería McDermott hizo debutar esas "inversiones corporativas" para mantener sus beneficios fuera del alcance de la hacienda estadounidense y beneficiarse de tipos más bajos, la práctica se ha hecho más y más común. Aunque una ley en 2004 puso freno a algunas de esas operaciones, sobre todo en paraísos fiscales, y el Departamento del Tesoro adoptó también en 2012 normas que intentaban evitar la fuga a territorios fiscalmente más favorables como Irlanda, Holanda, Suiza o el Reino Unido, el código fiscal ha seguido manteniendo vías para realizarlas y 47 compañías estadounidenses entre 2004 y 2014 mudaron su sede fuera de EEUU, más que en los 20 años anteriores juntos.

Es amplia la lista de esos expatriados fiscales que huyen de un impuesto de sociedades del 35% (el más alto de los países desarrollados) pero son las mayores las que más beneficios mantienen alejados del fisco de EEUU, que es el único país que grava los beneficios en el extranjero. El top ten que elaboró en 2014 un análisis de Bloomberg está compuesto por gigantes de los sectores tecnológico y farmacéutico. Lo encabezaba General Electric (con 119.000 millones de dólares fuera de las fronteras estadounidenses), seguido por Microsoft (casi 93.000 millones), Pfizer (74.000 millones), Apple (casi 70.000 millones) e IBM (más de 61.000 millones). Completan la lista Merck, Johnson & Johnson, Cisco, Exxon Mobil y Google.

Esos 10 gigantes son quienes tienen cerca de un tercio de los más de dos billones de dólares que estudios tanto del Servicio de Investigación del Congreso como de analistas privados calculan que están fuera del alcance del fisco estadounidense. La cifra se ha doblado desde 2008.

Aunque ha habido esfuerzos de la Administración de Obama y hasta consenso con los republicanos para abordar una reforma fiscal que permita lidiar con las inversiones fiscales y que se construiría sobre unos ejes similares a la última, acometida por Ronald Reagan en 1986, se han ido estancando en el Congreso. Ahora, con las elecciones presidenciales a un año vista, y pese al renovado impulso al debate que ha dado Pfizer, nadie ve ninguna opción de que la reforma llegue, si llega, antes de 2017.

SECRETISMO EN EUROPA

El secretismo de los gobiernos europeos y la poca transparencia que muestran respecto a los acuerdos fiscales con las multinacionales es uno de los principales problemas que más exasperación generan en la Eurocámara. El pleno de Estrasburgo votará este miércoles una nueva batería de medidas en la que exigen más transparencia, que las multinacionales paguen sus impuestos donde generan sus beneficios, que hagan públicos datos financieros como beneficios o impuestos pagados, una base común del impuesto de sociedades y más protección para quienes revelen escándalos de interés público.

Es el resultado de la comisión especial sobre los acuerdos fiscales creada en febrero pasado, a raíz del escándalo Luxleaks, que puso al presidente de la Comisión, al ex primer ministro luxemburgués, Jean Claude Juncker, contra las cuerdas porque bajo su liderazgo el gran Ducado firmó pactos que permitieron a más de 300 multinacionales reducir al mínimo su factura tributaria.

Según la Comisión, la evasión y la elusión fiscal evitan que coticen cada año un billón de euros lo que afecta a contribuyentes y a muchas pymes que funcionan en desventaja. "¿Qué dirían si tuvieran que pagar solo un 5% de impuestos. No se lo creerían, verdad?", se preguntaba la ponente del informe, la portuguesa Elisa Ferreira. "Es la realidad que tienen las grandes multinacionales que pagan a veces impuestos inferiores a esa cantidad, incluso en países donde el tipo medio es del 30%" sostiene.

El liberal alemán Michael Theurer apuntaba: "No hay competencia fiscal leal. Hay muchas empresas, sobre todo multinacionales, que aprovechan los huecos para eludir impuestos. Disney paga un 0,3% cuando tiene ganancias de miles de millones. Facebook abonó, según la cámara de los comunes, 5.000 libras de impuesto de sociedades en 2014, menos que un asalariado de la compañía. Es injusto. Las pymes sufren una desventaja de entre el 20 y 25% respecto a las grandes empresas".

"Habrá dificultades para llevar a la práctica las medidas de este informe extraordinario. Los estados miembros no aceptan el trabajo de este parlamento porque muchos estados entienden que es una competencia de ellos", avisa el socialista Ramón Jauregui.