Al contrataque
Poletika
Leer los programas electorales no es lo más divertido del mundo, pero es una manera de saber si nos engañan y si cumplen después lo que prometen
Ana Pastor
Periodista
Dirige y presenta el programa 'El Objetivo' en La Sexta. Se hizo popular por sus incisivas entrevistas en 'Los desayunos' de TVE.
Ana Pastor
Estos días los partidos políticos debaten internamente sus programas electorales y en unas semanas todos los presentarán de manera oficial y los pondrán por escrito. Falta algo más de un mes para las elecciones generales del 20 de diciembre y es una buena ocasión para que los ciudadanos nos convirtamos en sujetos activos. Es cierto que leer los programas no parece que sea lo más divertido del mundo, pero es una manera de saber si nos engañan y si cumplen después lo que prometen. Algo muy básico.
Quizá podríamos empezar a incluir este tipo de rutinas considerándolo casi casi una obligación que nos permita exigir después todavía más nuestros derechos. Hay que reconocer que desde hace varias legislaturas algunas cosas han cambiado.
Cada vez son más los partidos que hacen un debate profundo y verdadero para conformar sus programas e incluso son varios (antes algunos y en la actualidad muchos más) los que realizan votaciones de cada una de las propuestas que finalmente ofrecen a los ciudadanos.
Más cambios: ahora es más habitual que las medidas que proponen estén en muchos casos cuantificadas y concretadas económicamente. La llamada memoria económica es otra de las cosas que parece básica. Además, todos coinciden en que la desafección les ha barrido o les puede llegar a barrer. Y por eso, por primera vez en unas elecciones generales proponen medidas concretas para reenamorar a sus electorados. Ya sea vía reforma electoral, transparencia, eliminar los privilegios, más democracia interna, etcétera. Por primera vez algunas prioridades como la creación de empleo compiten en importancia con todas estas propuestas.
SUMA DE GENERALIDADES
Haciendo una búsqueda rápida, por ejemplo, en el manifiesto presentado por David Cameron en las últimas elecciones vemos que tampoco estamos tan mal. Encontramos allí una suma de generalidades al estilo español. Tanto es así que la oposición laborista ya se lo reprochó a los conservadores durante la campaña electoral.
En España hace poco he descubierto la existencia de Poletika. Es una organización que agrupa a más de 500 asociaciones de todo tipo (están incluidas Oxfam Intermón, Médicos del Mundo, Access Info o la Coordinadora de ONG). Todos ellos se dedican a auditar los mensajes de los políticos. Vigilan lo que dicen en sus comparecencias públicas (entrevistas, ruedas de prensa...) y comprueban si están cumpliendo en áreas tan específicas e importantes como educación, sanidad, fiscalidad o infancia.
Quizá leer los programas electorales no sea lo más entretenido del mundo. Pero ahora con iniciativas como Poletika lo tenemos más fácil. Ahora tenemos menos dificultades y también menos excusas.
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