Vivimos en un mundo digital, lleno de información, redes, servidores, nubes, datos y contraseñas. Un mundo que sabemos es vulnerable, con una enorme cantidad de información que es enviada y recibida a diario. Sabemos que tenemos que prestar particular atención al cuidado de nuestros datos personales, y en lo posible no enviar datos que puedan comprometernos en modo alguno. También es cierto que usamos el ordenador -o las app de nuestro móvil- para realizar todo tipo de búsquedas y de compras por internet, pero cuando hacemos esto y usamos los datos de las tarjetas de débito, de crédito, de paypal o de nuestro banco, debemos estar alertas y usar siempre servicios de encriptación de contraseñas, además de recordar cambiarlas, y en lo posible muy a menudo.

Es cierto que los hackers no se quedan de brazos cruzado ante estos reparos que ponemos los usuarios, y cada día surgen nuevas aplicaciones y desarrollos con scripts cada vez más sofisticados, que ponen a prueba nuestra vulnerabilidad y nuestros nervios.

Pero no todo el hackeo tiene como objetivo nuestras cuentas bancarias o datos personales; también está el hackeo de las cuenta de los usuarios de los medios sociales, y por las razones más diversas. Claro que el robo de la la información bancaria es la más codiciada; su finalidad es la reventa y es claro que se trata de uno de los robos más temidos. Pero existen otras razones, como el deseo de conocer cuáles son las charlas o qué tipo de datos intercambian las personas, para desvelar secretos, para descubrir engaños o para conseguir dañar la reputación tanto de individuos como de marcas.

Recientemente, a todas estas razones se le ha sumado la de satisfacer a los usuarios en busca de “Likes” o “Followers” y es por eso que también existen hoy en día una enorme cantidad de cuentas falsas en los social media.

Hablando precisamente de redes sociales, Facebook es el target más común. El gigante creado por Mark Zuckerberg y Eduardo Saverin y lanzando por primera vez en febrero del 2004, se ha convertido en el rey absoluto de las redes sociales y por consiguiente son millones los perfiles que se han creado -y que se siguen creando a diario- permitiendo un enorme flujo de información que compartimos no sólo con amigos y familiares sino también con “amigos de Facebook” o con miembros de grupos. Ideas y fotos, de lo que hacemos y de nuestra vida, dónde vivimos, qué compramos o qué comemos, en definitiva, quiénes somos, esa es la información clave que a nosotros nos parece inofensiva, de un enorme valor en cambio para aquellos que quieren apropiársela.

Si pensabas que Facebook era inexpugnable, verás que no. Existen muchos métodos para hackear una cuenta de Facebook y Facehackear.com propone uno de ellos.

El equipo de facehackear, que comenzó su andadura allá por el 2011, está formado por programadores expertos en seguridad informática. Desde aquél año se han dedicado ininterrumpidamente a interceptar más de 25 mil cuentas del gigante de California. Los métodos han ido cambiando con el transcurso de los años, y los cambios en las tecnologías han acompañado estos cambios, posibilitando otros métodos, más modernos. Con el avance de los lenguajes PHP y PERL se han reprogramado los desarrollos que por el momento son solamente para ordenadores pero que seguramente en breve seguirá con las aplicaciones móviles, siempre con el mismo objetivo.

Se trata de un método bastante sencillo pues se basa en una aplicación interactiva de uso muy fácil ya que no se necesitan conocimientos previos o muy avanzados de informática. De hecho tampoco se requiere descargar ningún programa en nuestro ordenador, sino simplemente conocer la dirección url del usuario cuya cuenta se quiere hackear y usar la plataforma de facehackear, que se actualiza a diario, siguiendo un programa de constante optimización.

Una vez introducida esta url en el sitio, facehackear explora la privacidad del usuario, buscando todas las vulnerabilidades posibles en esa cuenta. El sistema la escanea en forma completa y detallada, buscando errores, un pequeño bug o hueco por donde infiltrarse. Estos errores son los que se producen por ejemplo, en los momentos en que Facebook se actualiza con un nuevo diseño, o con nuevas apps, y es ese momento de cambio de código el que aprovechan los hackers. A partir de ese momento se lanza un exploit que garantiza el acceso a cuenta de facebook.

Y todo esto se hace en el más completo anonimato, ya que utilizan un servicio de Proxy para conectarse a través de diferentes nodos -los servidores en otros países- y de ese modo, junto a la encriptación de los datos, se hace muy difícil interceptar el origen del hackeo. Además, toda comunicación vía web es borrada, en forma instantánea.