CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El presidente deportivo del club Monterrey, Luis Miguel Salvador, atribuyó a la Federación Mexicana de Futbol (FMF) parte de responsabilidad en el caso del jugador uruguayo Carlos Sánchez, a quien la Asociación Uruguaya de Futbol no le autorizó disputar con los Rayados los dos juegos de la final contra el Pachuca. “Esto que pasó con Carlos Sánchez es una gran lección para la federación de poner atención a estas cosas”, fustigó Salvador, al explicar que Monterrey cedió a Sánchez a la selección de su país por tratarse del reglamento de la Copa América. El reglamento requería al futbolista reportarse con la selección de su país el pasado lunes 23, “salvo los que están en Europa”, indicó el directivo, quien considera que la UEFA habrá hecho su labor para que los jugadores que militan en clubes europeos se reportaran con el representativo charrúa después de disputada la Liga de Campeones. Para Salvador, la Asociación Uruguaya de Futbol “tampoco tiene la culpa. Ellos actuaron con base en un reglamento. Fueron tajantes y no dieron concesiones”. De acuerdo con el directivo, cuando se elaboró el reglamento de la Copa América, tanto la Federación Mexicana de Futbol como la Concacaf no se dieron cuenta de que el afectado era un afiliado del futbol mexicano. En Uruguay, el entrenador de la selección charrúa, Óscar Washington Tabárez, justificó así la decisión de no permitir a Carlos Sánchez jugar los dos partidos por el título de la Liga MX: “Leímos el reglamento. Y el que no lo leyó es porque o no es buen dirigente o no es buen entrenador”, dijo Tabárez, en clara alusión a la Federación Mexicana de Futbol, como al club Monterrey. El seleccionador uruguayo refirió incluso que el club brasileño Vasco da Gama también pidió una excepción por el portero Martín Silva, y que también fue rechazada con el mismo argumento. El domingo 29, Pachuca alzó el sexto título de su historia al derrotar con gol de último minuto al anfitrión Monterrey. Pese a todo, Luis Miguel Salvador tiene su propia versión de lo ocurrido: “Las circunstancias no permitieron ponerle la cereza al pastel, pero de ninguna manera es un fracaso. Hace mucho no se tenía una temporada así. También se regresó a una identidad de la afición con el equipo: lo que vivió el público es una muestra de integración”.