El deterioro de una casa del casco viejo hace actuar al Ayuntamiento

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNANDEZ

La edificación de Armando Cotarelo es de las más populares de Monforte

29 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El Ayuntamiento se vio forzado a actuar por el deterioro del revestimiento de una conocida construcción de la calle Armando Cotarelo, una de las muchas que permanecen deshabitadas en el casco histórico de Monforte. Ante las dificultades para localizar a los propietarios, la brigada municipal de obras procedió a la retirada del recubrimiento que amenazaba con caer sobre la vía pública. Los trabajos se llevaron a cabo en torno a la una de la tarde de ayer, con la ayuda de un camión provisto de un brazo articulado que permitió a los operarios actuar sobre el lateral del que se había despegado el enlucido.

A primera hora de la mañana del pasado jueves se produjo un primer desprendimiento de escombro, que afectó a un vehículo estacionado al pie de la vivienda y obligó a la Policía Local a acordonarla para evitar males mayores. Pese al peligro existente, la cinta que delimitaba el área de seguridad fue recolocada posteriormente, se supone que por un particular con el fin de poder utilizar alguna de las plazas de aparcamiento.

La edificación en la que se produjeron los desperfectos goza de gran popularidad en Monforte por su peculiar tipología constructiva, y son muchos los visitantes que se acercan a ella para llevarse una foto de recuerdo. La rareza del inmueble radica en su exigua anchura, de apenas un metro y medio, aunque en realidad se trata de la galería de una vivienda cuya fachada principal está situada en la cercana calle Comercio. En las guías turísticas de la zona se suele aludir a su presencia en el libro Guinness de los récords, en el que sin embargo no figura incluida en la actualidad.

Evitar demoras

Los operarios municipales se valieron de la grúa para efectuar un derribo controlado del material que amenazaba desprenderse de la galería. En vista del informe realizado por la oficina de urbanismo, el alcalde decidió no posponer una intervención que de otro modo podría haberse demorado. «Nas casas do casco vello sempre xorden problemas para localizar aos propietarios. Hai dúbidas sobre a titularidade, herdanzas sen partir, xente que está fóra... O primeiro era arranxar o problema. A partir de agora falarae cos donos para que adopten as medidas oportunas», explica José Tomé.

Otras dos construcciones de la calle Armando Cotarelo, que también permanecen deshabitadas, fueron motivo de quejas vecinales por el serio deterioro de sus fachadas traseras.

Quejas del vecindario por la suciedad y el escaso alumbrado de la calle

Los trabajos de retirada del revestimiento que amenazaba desprenderse han dejado al descubierto la estructura de madera en uno de los laterales de la original galería de la calle Armando Cotarelo. Nadie cuestiona la necesidad de la intervención municipal, pero entre el vecindario de esa zona del casco viejo hay quien sostiene que el problema no hizo más que empezar. «Tal y como queda la galería, van a tener que echarle mano antes de que venga el invierno. Al quedar sin el enlucido, la madera se puede deteriorar muy pronto con la lluvia», señala el propietario de un negocio.

Los contados residentes en Armando Cotarelo ponen el grito en el cielo a la menor oportunidad por el abandono de la calle. «Antes había tres luces, pero solo dejaron una. De noche, del lado de la calle Comercio, da reparo pasar por lo oscuro que está», dice uno de ellos. «Téñena tan esquecida que se converteu nun urinario público», se queja un vecino de la calle Huertas.

La restauración del antiguo Hotel Comercio, situado a la entrada de la calle por la plaza del Doctor Goyanes, no dio los resultados esperados. La Xunta alquiló los pisos a jóvenes tras su rehabilitación, pero la bajada del precio de los pisos como consecuencia de la crisis provocó una desbandada de inquilinos. El bajo de la edificación iba a ser alquilado de forma indefinida al Ayuntamiento, pero a estas alturas sigue sin uso alguno.