Luca della Robbia, maestro de la escultura vidriada del siglo XV

  • El artista florentino, que vivió entre 1400 y 1482, fue el primer escultor y ceramista del Renacimiento en esmaltar con colores delicadas piezas de terracota.
  • Una magnífica exposición en Boston presenta 50 obras sobresalientes por el detalle, los blancos opacos y los transparentes y densos azules.
  • La muestra combina trabajos del sobrino y el sobrino nieto del artista, Andrea y Giovanni, que perfeccionaron las técnicas del fundador de la saga.
El 'tondo' exuberante dedicado por Andrea Della Robbia a la virtud de la Prudencia
El 'tondo' exuberante dedicado por Andrea Della Robbia a la virtud de la Prudencia
Courtesy MFA Boston - 'Della Robbia: Sculpting with Color in Renaissance Florence'
El 'tondo' exuberante dedicado por Andrea Della Robbia a la virtud de la Prudencia

El artista florentino Luca della Robbia (1400-1982) prefería el material más humilde, el barro, que él mismo extraía de las riberas y fondos del río Arno que atraviesa la ciudad camino del mar de Liguria y justifica los afamados puentes construidos para unir las dos mitades del núcleo urbano bautizado por los romanos en honor a la fertilidad —florentia es en latín florecimiento— de sus tierras. Con simple terracota, Della Robbia igualó en excelencia y emotividad a los mejores artistas del periodo más temprano del Renacimiento.

Frente al carácter dramático con que representaban los temas la mayor parte de sus contemporáneos, el artista —hijo de un tintorero: la robbia es el término toscano para granza, una planta usada por el gremio para teñir— prefería el encanto y la elegancia. Desarrolló un método de esmalte vidriado, único en su tiempo y zona geográfica, que le permitió realzar los detalles con un colorido espectacular, dominado por los blancos opacos y los transparentes, densos y cerúleos azules.

Sobrino y sobrino nieto

Lucca, fundador de un taller artístico que se mantuvo en activo un siglo, transmitió los descubrimientos a su sobrino Andrea (1435-1525) y a su sobrino nieto Giovanni (1469-1529). La saga Della Robbia dominó la escultura florentina entre los siglos XV y XVI.

Una magnífica exposición, Della Robbia - Sculpting with Color in Renaissance Florence (Della Robbia - Esculpiendo en colores en la Florencia renacentista), en cartel hasta el cuatro de diciembre en el Museo de Artes Aplicadas de Boston (MFA en sus siglas inglesas), reúne medio centenar de piezas escultóricas y ornamentales que siguen manteniendo el mismo brillo que cuando fueron creadas, hace más de cinco siglos. "No han cambiado desde el momento de su creación y representan un testamento duradero del ingenio renacentista", dicen desde la pinacoteca.

El vidriado, una técnica de embellecimiento de la terracota presente en las culturas milenarias china y mesopotámica desde el siglo IV antes de nuestra era, no era del gusto de los escultores renacentistas, que preferían el poder crudo de la piedra y el mármol. Los Della Robbia, al contrario, decidieron iluminar los pórticos de las iglesias y los altares con tondos, piezas de cerámica decorativa que suelen ser circulares o rectangulares y llenaban de color los pórticos exteriores y los altares de las iglesias.

Restaurado para la exposición

En algunos casos, como el que representa la virtud cardinal de la Prudencia, el artista, en este caso Andrea, experimentó de manera radical con el color, con una gran cantidad de verdes y amarillos y una impresionante y frondosa guirnalda con uvas, pepinos, limones, piñas y otras frutas. El tondo, que muestra en su parte central a una figura con rostro de hombre y mujer, ha sido restaurado para la exposición y el proceso ha permitido reconfigurar la guirnalda según el diseño original del artista.

El trabajo más notable de la muestra es La Visitación, datado en torno a 1445, donde Lucca presenta la escultura de dos mujeres embarazadas, María, y su anciana prima Isabel, que daría a luz  a Juan el Bautista. El conjunto, que visita los EE UU por primera vez —se trata de un préstamo excepcional dada la delicadeza de la obra, que pertenece a la iglesia italiana de San Giovanni Fuoricivitas de Pistoya—, transmite la emoción y el amor entre las dos mujeres y presenta una composición delicadísima engrandecida por el blanco intenso y lumínico del vidriado.

Figuras blancas sobre fondo azul

Otra pieza espectacular es la Natividad con Gloria in Excelsis (entre 1465 y 1470), también del fundador de la saga, que muestra a Jesús recién nacido en el centro de la composición, enmarcado por María y José, ambos de rodillas. Sus poses en señal de su reconocimiento de la santidad del niño proporcionan modelos de oración para los fieles. Bajo un grupo de ángeles que sostienen una partitura musical con el himno del título, el fondo es del azul denso que era símbolo del artista y sobre el que resaltan las figuras blancas.

La delicada escultura de Andrea Busto de un niño (1475) con una blusa esmaltada en cerúleo, gesto de curiosidad y labios que parecen estar exhalando aire, la elegante Madonna y Niño con querubines (1485), de Lucca, y la pasmosa Resurrección de Cristo (1520-1524) —la obra más depurada de Giovanni—, un tondo en forma de abanico recientemente restaurado, completan la selección de lo más destacado de la exposición. Esta última obra fue un encargo para la villa de la poderosa familia Antinori, cuyo escudo de armas aparece en los extremos inferiores de la obra, compuesta por 46 piezas trabajadas por separado por el artista.

'Transportarnos al siglo XV'

La escultura de la saga Della Robbia sintetiza el Renacimiento florentino, y nos permite "transportarnos a la ciudad en el siglo XV", dice Marietta Cambareri, cocuradora de la exposición. "Alabado en su propia época como autor de obras 'casi eternas' y celebrado por reiventar el arte de la terracota vidriada, Della Robbia muestra el ingenio creativo y la elegante belleza que caracterizó el Renacimiento y que sigue sorprendiendo hoy y logra engañarnos, porque creemos que las obras son de actuales".

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