El cadáver del continental Sean Collins, quien fue hallado en estado de descomposición en la calle Norte en Río Piedras la semana pasada, fue entregado el martes por la tarde a sus familiares.
Collins, quien tenía 29 años de edad, fue parte de una de las brigadas de celadores de líneas de compañías eléctricas que vinieron de Estados Unidos a Puerto Rico a trabajar en la restauración después del huracán María.
Regresó a su trabajo en Staten Island y después volvió a la Isla de vacaciones el 16 de febrero a compartir con amistades.
Su cadáver fue hallado en la tarde del martes, 20 de febrero en el asiento delantero del pasajero del Nissan Sentra que alquiló a la empresa Avis. Estaba supuesto a haber regresado a Nueva York el 19 de febrero y fue informado como desaparecido el 21.
Los investigadores obtuvieron un vídeo de las cámaras de seguridad del hotel en Isla Verde, donde se hospedaba, en el que aparece saliendo de la hospedería acompañado de un individuo en horas de la madrugada del lunes, 19 de febrero.
El individuo que aparece en la grabación se presume es el mismo que pudo haber llevado a Collins posiblemente a la barriada La Perla, en San Juan. Collins le había enviado esa madrugada un mensaje de texto a un amigo y le dijo que estaba saliendo de La Perla.
No se sabe qué pudo haber ocurrido, pero no se descarta que Collins pudo haber usado algún narcótico que le provocó la muerte y el misterioso acompañante lo llevó hasta la calle Norte y dejó el cadáver en el automóvil, el cual tenía las llaves.
Hasta la mañana de hoy, el Negociado de Ciencias Forenses no había determinado la causa de la muerte y se esperan los resultados de pruebas de toxicología. El cuerpo no tenía heridas ni golpes.
La Policía desconocía detalles sobre el traslado de los restos o sus cenizas, ante la posibilidad de que fuera cremado en la Isla.
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