La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la presbicia como un proceso totalmente natural y degenerativo asociado a la edad, que todo ser humano desarrollará aproximadamente a partir de los 35 años de edad. Por ello es reconocida como una condición, y no como una enfermedad.

Algunos de los principales síntomas de la que comúnmente se conoce como “vista cansada”, son la incapacidad para enfocar objetos de cerca, dolores de cabeza o dificultad para leer letras pequeñas.

Pero es importante volver a destacar, que se trata de un proceso completamente natural  causado por el envejecimiento del cristalino, y que también afecta a las fibras musculares situadas a su alrededor. Todo ello produce que la luz se refleje detrás de la retina, dificultando la correcta visualización de objetos cercanos.

El diagnostico de la presbicia es un proceso simple. Únicamente deberás acudir a un oculista que procederá a realizar un examen completo de los ojos. Si dicho profesional confirma que has iniciado el proceso natural de la presbicia, debes saber que hay una solución muy simple para combatir sus efectos.

Las gafas son la forma más común y segura de corregir la presbicia. Las lentes preparadas para tratar este proceso tienen un mayor poder de enfoque en su parte inferior, lo que le permitirá leer de forma clara a través de ellas.

En la actualidad más de 17 millones de españoles sufren este problema visual. Y se estima que el 81% de la población española de más de 45 años padece presbicia, una cifra que se incrementa si tomamos en cuenta a la población de mayores de 65 años, donde el 98% sufre presbicia.

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