Teatro

Declan Donnellan: "Los ingleses tienen una habilidad brillante para ocultar su fanatismo"

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El director británico regresa al Centro Dramático Nacional con el elenco francés de Cheek by Jowl para presentar uno de los romances tardíos de Shakespeare, 'Pericles, príncipe de Tiro'

"Hay tres formas de destruir un artista. La tercera es atacarle salvajemente. La segunda, tratarle con indiferencia. Y la primera, y mejor forma para acabar con él, ¡forzarle a teorizar sobre su trabajo!". Declan Donellan (Manchester, 1953) no es partidario de explicar minuciosamente su trabajo. Para él, el teatro es algo vivo, orgánico, y quizás ése sea su secreto para haber logrado quitarle toda la solemnidad y el polvo a Shakespeare, un autor cuyos versos a menudo se presentan esculpidos en piedra.

Los vibrantes montajes de su compañía Cheek by Jowl, que fundara en 1983 junto a su socio y pareja, el escenógrafo Nick Ormerod, suponen redescubrir al bardo, verle con una mirada limpia y desprejuiciada. "Cada vez que leo sus obras, creo que las ha reescrito para el ahora, ¡Todo parece nuevo!", explica a El MUNDO.

El director británico regresa a Madrid para cerrar el ciclo Una mirada al mundo del Centro Dramático Nacional, en lo que ya se está convirtiendo en una saludable tradición. Si el año pasado deslumbró con Cuento de invierno, en esta ocasión presenta Pericles, príncipe de Tiro (del miércoles 30 al domingo 3 de junio), otro de sus romances tardíos, junto a Cimbelino y La Tempestad.

"Esta pieza tiene un movimiento increíble desde lo salvaje, lo aleatorio y lo arbitrario, hacia la comprensión de que tal vez haya un orden que proviene del caos. Hay algo muy humano y esperanzador en esa estructura", explica a Donellan sobre esta función, a la que describe como la "fábula de un hombre que se distancia de aquellos a los que ama y que lenta y milagrosamente vuelve a unirse a ellos, más por el destino que por sus esfuerzos. Él no merece ni su dolor ni su redención. Al final, la obra habla de volver a casa y de cómo regresar al hogar puede ser muy doloroso. En otras manos, esto puede parecer ingenuo o sentimental. Pero nunca en la pluma de Shakespeare".

En su puesta en escena, Pericles se encuentra en un hospital y desde allí va a rememorando, entre la alucinación y el delirio, sus travesías por el Mediterráneo, las tormentas y asaltos de los piratas que le separaron de su mujer e hija. Precisamente, el reencuentro de Pericles y su descendiente es para Donellan una de las cumbres de Shakespeare. "Es una escena que habla del perdón, del paso del tiempo, de la paciencia y de todas esas cosas invisibles en las que Shakespeare estaba tan interesado en esa época de su vida, de las cuales escribe sin esfuerzo casi compulsivamente".

Es el humanismo del dramaturgo isabelino lo que desarma a Donellan. "Shakespeare está completamente fascinado con los seres humanos y la vida. Sus obras hablan de lo que significa estar vivo y de cómo nos relacionamos con nosotros mismos y los demás, cómo formamos familias, grupos y Estados".

Pese a estar a punto de cumplir 65 años, este maestro que ha dirigido a estrellas como Uma Thurman, Tom Hiddleston o Robert Pattinson sigue viajando alrededor del mundo para cuidar de sus producciones junto a Ormerod. "Vemos nuestro trabajo para mantenerlo vivo, no para mejorarlo", explica. "Muchos actores no vuelven ver a los directores después de estrenar. Esto me entristece, me gustaría pensar que hay más directores que sienten que su trabajo es cuidar de la actuación. Siempre he pensado que el arte del actor es la primera y la última palabra en el teatro, pero se necesita a un director fuerte para asegurarse de que tenga lugar en los niveles correctos de filosofía, política y espiritualidad. El teatro es débil si no es fuerte visualmente, pero si el teatro no busca conectar con las personas, ni siquiera es teatro".

Cheek by Jowl representará Pericles, príncipe de Tiro con el ensamble francés de la compañía, liderado por actores galos como Cécile Leterme, Camille Cayol o Xavier Boiffier, quienes ya deslumbraron con Ubu Roi hace un lustro sobre las tablas del Teatro Valle-Inclán. Siendo una compañía británica, que está acostumbrada a trabajar en francés y en ruso, cabe preguntarse el efecto que el Brexit habrá tenido sobre esta formación. "Comenzamos en el Fringe de Edimburgo en 1981 y nos invitaron a actuar en el extranjero antes de debutar en Londres. Con esto quiero decir que siempre hemos tenido una dimensión internacional y siempre la mantendremos", explica Donellan.

¿Pero cuál es su opinión sobre Brexit?
Todas las obras de Shakespeare nos ayudan a estar con personas que no son necesariamente como nosotros. No puedo imaginar nada más útil políticamente en un momento como éste. El Brexit es algo muy serio. Los ingleses tienen una habilidad brillante para ocultar su fanatismo. Cuando entra en erupción es breve y mortal, luego desaparece rápidamente bajo un miasma de paja y realeza y cerveza tibia. Acabamos de vislumbrar que sucederá una vez más. Una de las causas del Brexit es la nostalgia, que siempre está enfadada. Y la amnesia. Una de las muchas razones para la fundación de la UE fue detener otra guerra europea. La política no va de gritar consignas, la política es la discusión en el foro de personas que tienen diferentes puntos de vista, se necesita empatía. La empatía es completamente diferente de la simpatía. Con empatía podemos identificarnos con alguien que no es como nosotros. Podemos respetar a alguien que no está de acuerdo con nosotros. Mientras que la simpatía conduce al odio, a la guerra. Esto sucede muy a menudo en política. Simpatizamos con las ideas de ciertas personas y no con las de los demás, por lo que les odiamos. Tenemos que escuchar a las personas con otros puntos de vista o nos dirigiremos al desastre.
¿Y qué papel juega el teatro en esta ecuación?
En el teatro vemos personas que no son como nosotros, que sienten cosas que nosotros necesariamente no sentimos y hacen cosas que probablemente no haríamos. Y, sin embargo, conectamos con ellos. El teatro nos ayuda a desarrollar nuestra empatía. Necesitamos imaginación y empatía para entender a nuestros enemigos. Imaginar al enemigo, simplemente, como alguien estúpido o malvado, a menudo, les ayuda a llegar al poder.