Sabores griegos: nuestra experiencia en el restaurante Mythos

Como sabemos bien los españoles, el Mediterráneo puede felicitarse por haber desarrollado a su alrededor algunas de las gastronomías más sanas y sabrosas del mundo, una cocina que, a partir de una base común de ingredientes, ha ido esparciendo su influencia por medio de la asombrosa variedad de sus combinaciones culinarias, procedentes de los países regados por el Mare Nostrum: España, Italia, Túnez, Marruecos, Líbano, Grecia… Es este último país del que hablaremos hoy, particularmente de su cocina, y de la excelente experiencia vivida hace unos días en Mythos, un restaurante griego del que teníamos muy buenas referencias y del que salimos con ganas de más.

Como todo buen gourmet sabe, la comida griega podría constituir en sí misma un tratado de toda la cocina mediterránea. Pocos saben, por ejemplo, que la OMS eligió a la gastronomía griega como una de las más saludables del mundo allá por 1994, y que ha mantenido su merecido estatus desde entonces. Desde sus materias primas básicas (verduras, pescados, aves, cordero…), hasta el uso moderado de especias y hierbas aromáticas, la cocina de Grecia comparte muchos elementos con nuestra propia tradición culinaria (especialmente con la ibicenca), aunque su principal influencia provenga de otro gran país mediterráneo de cuya gastronomía ya tendremos oportunidad de hablar en esta bitácora: Turquía, el eterno enemigo.

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Restaurante Mythos, en la calle Apodaca, 20 (Madrid).

De nuevo, elegimos un martes para nuestra salida gastronómica, aunque esta vez optamos por aprovechar el parón del mediodía para acercarnos a la calle Apodaca n.º 20, en pleno centro de la capital, y atacar los deliciosos platos de la carta del Mythos. En realidad, el restaurante forma parte de una conocida cadena, lo que no es óbice para que la calidad ofrecida supere con creces la habitual mediocridad de las franquicias, ofreciendo además un menú diario bastante económico, de una calidad destacable a tenor de las muy buenas críticas leídas en las páginas especializadas.

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El económico menú del día del Mythos.

Aunque la temática es, por supuesto, la cultura helénica, el Mythos ofrece a sus comensales dos ambientes diferenciados: la primera planta está decorada con motivos marineros, siendo el color blanco el protagonista, una opción inspirada en la costa griega y que sin duda anima al visitante a degustar algún pescado o marisco. Optamos, sin embargo, por coger una mesa en su planta baja, de ambiente mucho más clásico, con sus reproducciones de estatuas griegas y ladrillo caravista, y nos disponemos a degustar unos platos dignos del monte Olimpo.

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Salón principal del Mythos, situado en su planta baja.

El espacio es amplio y la separación entre mesas óptimas, a lo que se une la poca concurrencia de un mediodía de agosto, cuando los madrileños han huido ya en estampida hacia la costa o la sierra. La tranquilidad estival nos permite comer en un ambiente de intimidad, ideal para la conversación y el disfrute de los platos, atendidos con amabilidad y extrema profesionalidad por los camareros del Mythos, auténticos especialistas en cocina griega y cuyas recomendaciones seguimos a ciegas.

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Una de las reproducciones que adornan la sala principal del Mythos.

De entrantes, optamos por el clásico Tsatsitky, excelente, y por un Ktipiti, una suave y deliciosa crema elaborada a base de pimientos rojos y queso feta de la que dimos buena cuenta acompañándola con el inevitable y sabroso pan de pita.

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Así de sabrosos lucían los entrantes: Tsatsitky y Ktipiti.

Al llegar los segundos platos, comprobamos el acierto de oír las recomendaciones de los camareros. ¿Nuestra elección? Melitsana Politiki y Gemista. El primero es un plato elaborado a base de berenjena asada, rellena de carne de ternera en salsa y con un delicioso aroma de canela, todo ello coronado con una generosa ración de queso griego gratinado y una muy apropiada salsa de arándanos.

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Melitsana politiki: berenjena asada rellena de ternera en salsa con aroma de canela y queso.

La Gemista, otro clásico de la comida helena, está compuesto por un pimiento verde relleno de carne y acompañado de salsa, tomate natural y un poco de arroz.

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Gemista, otro clásico de la comida helena.

La comida griega es consistente, sin ser pesada, por lo que es recomendable para cualquier tipo de paladar. Los postres son también uno de sus fuertes, y aunque estamos fascinados por las opciones que el camarero recita frente a nosotros (como el bizcocho relleno de nueces con crema de vainilla y canela, o el tradicional yogur griego acompañado de miel y nueces), por esta vez decidimos controlarnos, no saltarnos nuestra operación biquini y dejar la experiencia para futuras visitas, pues el Mythos ha pasado ya a formar parte de nuestros imprescindibles madrileños.

Satisfechos con el ágape, pedimos dos cafés, que añadimos a las cuatro cervezas que han regado los platos. El resultado es estupendo: buenas materias primas, una atención cuidada y atenta, sin ser invasiva, y unos precios moderados para la calidad ofrecida: apenas 25€ por persona.

Página web del restaurante Nuria: http://www.restaurantemythos.es/

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