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La pandemia cerró los recintos culturales de México, pero no están abandonados

En entrevista con La Jornada, directivos de sitios en la CDMX, Mérida, Veracruz y SLP hablan de los protocolos de seguridad y de conservación que personal lleva a cabo para proteger las colecciones

 
Periódico La Jornada
Martes 7 de abril de 2020, p. 3

La pandemia del Covid-19 ha provocado el cierre temporal de museos y centros culturales alrededor del mundo, en un intento por contribuir en el control de los contagios. Aunque los recintos permanecen vedados al público, de ninguna manera están abandonados. La seguridad en los museos y centros dedicados a la cultura es un tema delicado. Hay reservas para hablar con detalle.

Alfonso Miranda, director del Museo Soumaya, que cuenta con tres sedes, dice: “Tenemos un protocolo de seguridad robusto que está en marcha. Hay patrullaje de la Policía Bancaria Industrial y seguimos con la cobertura de cámaras de seguridad, presencial y remota.

El departamento de seguridad trabaja en un número, que si bien es más bajo, no pone en riesgo su salud ni la operación. Tenemos un monitoreo de condiciones de conservación, tanto físico como remoto.

Miranda reconoce que éste es un tema delicado. Recuerda que ha habido varios robos de museos y galerías en Europa. Hace unos días se dio a conocer el hurto de un cuadro de Vincent van Gogh de un museo holandés cerrado por el coronavirus. Desvelar el protocolo, profundizar en las medidas, puede vulnerar tanto la operación, como a los integrantes, acota el director. A pregunta expresa, dice que el Museo Soumaya nunca ha sido blanco de robos. Éste cerró sus puertas temporalmente el pasado 17 de marzo.

Vigilancia permanente

Rafael Pérez y Pérez, director del Museo Fernando García Ponce Macay, en Mérida, Yucatán, apunta que aunque éste está cerrado al público desde el 16 de marzo, a petición del gobierno estatal, sigue funcionando, no a ciento por ciento, aunque sí parcialmente las áreas administrativa, de seguridad y de conservación. Aparte del acervo permanente, quedaron colgadas las exposiciones temporales Irrealidades, de pintura, dibujo y gráfica del colombiano Darío Ortiz; Conformaciones, colectiva de cerámica contemporánea yucateca, y Onírica, de Jovián. Construcción deconstrucción, del mismo autor, quedó abierta porque está en el Pasaje Revolución.

En entrevista, Pérez y Pérez recuerda que en Mérida el clima es tropical: En las salas dedicadas a García Ponce la obra es de óleo y papel; entonces hay que estar verificar las condiciones de temperatura y humedad. Más allá del problema de un posible robo, está el de la conservación de la obra. Los guardias de seguridad reparten el trabajo por turnos. No asiste todo el personal; sin embargo, hay que pagarle, de allí que la parte administrativa acude por guardias.

Como responsables tenemos que ir y ser solidarios con el personal. Además, se vigila la salud de todos mediante un chat. Buscamos que los empleados vayan un día a la semana, asegura.

Enrique Villa, director del Museo Federico Silva Escultura Contemporánea, en San Luis Potosí, comenta: “Si bien éste está cerrado, los guardias de seguridad trabajan día y noche. Además, funcionan sistemas electrónicos de seguridad. El director y otros servidores públicos hacemos visitas periódicas al museo, aparte de estar conectados con los vigilantes vía teléfono diariamente por la mañana para pedirles el reporte del día.

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▲ Aspecto de la exposición temporal Construcción deconstrucción, del artista Jovian, montada en febrero pasado en el Pasaje Revolución de Mérida, del Museo Fernando García Ponce.Foto Museo Fernando García Ponce-Macay

Estos vigilantes, a su vez, tienen los números telefónicos, tanto del director de administración como del director general, para reportar de inmediato cualquier anomalía. Y, una vez a la semana, especialistas hacen limpieza de las piezas expuestas en el recinto.

Atención al resguardo

Sergio Rosete Xotlanihua, subdirector de Artes y Patrimonio del Instituto Veracruzano de la Cultura (Ivec), refiere: “El Instituto tiene ahora dos preocupaciones. Por un lado, no contribuir a la propagación de la pandemia, lo que nos obliga a resguardar a todo el personal del Ivec, incluido, por supuesto, los compañeros que colaboran en los recintos, llámense centros culturales, galerías o museos de la estructura del instituto. Y, por otro lado, nos preocupa la seguridad de los bienes artísticos y culturales que se resguardan.

“Al respecto, en cumplimiento con las indicaciones de Silvia Alejandre Prado, titular del Ivec, en la subdirección de Artes y Patrimonio la semana del 30 de marzo establecimos y fortalecimos el esquema de seguridad en estos recintos. En total tenemos 13, cinco en Xalapa, cuatro en el puerto, uno en Orizaba, uno en Papantla, la Casa Museo de Agustín Lara en Boca del Río, el Centro Cultural del Sotavento en Tlacotalpan, así como dos teatros: uno en Xalapa y otro en el puerto.

“Los museos tienen un sistema de seguridad permanente, integrado por elementos de la policía auxiliar, o sea, seguridad privada. Por ejemplo, en la Pinacoteca Diego Rivera tenemos además elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Veracruz, así como custodios de Arte y Patrimonio asignado a los recintos culturales. Así funcionamos de manera cotidiana. Al retirar a los custodios de Arte y Patrimonio, que son personal del Ivec, éste contrató un turno más de policía privada. Fortalecimos con un elemento más la seguridad.

“Además de eso, para los museos y galerías con acervos permanentes, y las galerías que tienen obras de terceros en comodato con el Ivec, contratamos un servicio de monitoreo vía web a través del circuito cerrado de televisión. De esta forma cada jefe de seguridad del recinto cultural desde su hogar puede monitorear la instancia a su cargo. También desde la coordinación de recintos un empleado monitorea por medio de cámaras.

Por mi parte, monitoreo en particular el Museo de Arte del Estado de Veracruz, en Orizaba. Cada mañana y noche en el cambio de turno los jefes del recinto llaman al museo o galería para confirmar que el relevo se haya dado sin contratiempos. También pedimos a los jefes de recinto que ellos, o personal que ellos designen, vayan cada dos días a hacer un recorrido para supervisar que todo se encontró en orden.