Mientras el Concejo prepara un debate sobre la posibilidad de bajar a cero el nivel de tolarancia de alcohol en sangre de conductores, el gobierno provincial anunció, a través de la Agencia Provincial de Seguridad Vial, su interés en extender esta disposición a toda la provincia, con carácter de ley. Consultado sobre la iniciativa en A Diario (Radio 2); el director del Observatorio Vial Latinoamericano, Fabián Pons, consideró que ese tipo de medición es impracticable por cuestiones técnicas y abogó por una legislación que sancione con dureza a las personas que, alcoholizadas, provocan accidentes viales, incluso fatales.

En diálogo con los periodistas Alberto Lotuf y Ciro Seisas, el especialista advirtió, en primer lugar, que “no pasa en muchos lugares del mundo” que la tolerancia al consumo de alcohol en sangre sea cero, y en ese sentido precisó que en Chile existe un nivel de 0.2 y de 0.3 en Uurguay. En tanto, aclaró: “En Argentina es de 0,5 tal cual recomienda la Organización Mundial de la Salud”.

“Siempre planteamos que lo ideal es no tener una gota de alcohol, no consumir nada pero se obvia que pueden darse falsos positivos, por una cuestión técnica. Los aparatos de medición tienen un margen de error del 3 por ciento”, observó. También mencionó que existen algunas patologías, medicamentos e incluso, un ayuno prolongado puede alterar el resultado. “Van a empezar a darse falsos positivos y caerán en descrédito los controles”, anticipó.

En la misma sintonía, manifestó: “Si miramos a nivel mundial, el país por excelencia es Suecia que tiene 0,2 para no incurrir en estos errores”. Luego, sumó a su planteo: “Entiendo la nobleza de pensamiento de los que lo impulsan, el problema no es 0.1, el problema lo tenemos con el borracho que conduce y mata. En la legislación no se dice qué se hará con él”.

“La tolerancia cero tiene buena prensa pero no va a diminuir el número de siniestros graves. Hay que decidir qué hacer con el borracho que mata y eso no aparece en las legislaciones del país”, apuntó. “No teneos tipificado qué pasa con esto, hay jueces que incluso consideran un atenuante el hecho de que una persona haya estado alcoholizada porque entienden que no sabía lo que hacía”, continuó y remarcó: “Siempre es un agravante, así lo es en la mayor parte del mundo”.

El proyecto que se debatirá en Rosario

La iniciativa del edil Sebastián Chale, cuyo debate está previsto para la semana que viene en el Concejo, es la reducción a cero del nivel de tolerancia de alcohol en sangre para conductores. Cabe recordar que hoy Rosario cuenta, al igual que la ley nacional, con un límite de 0.5 para conductores de autos, 0.2 para motociclistas y 0.0 para transporte público.

Al momento de promover su proyecto, el concejal había expresado en un comunicado de prensa: “Queremos equiparar la tolerancia en los conductores particulares y profesionales. La reducción del límite ha sido una medida exitosa en países como Uruguay y Chile, donde la normativa permitió bajar un 30% las muertes en accidentes viales producidos por el consumo de alcohol. A partir de 0.3 los riesgos se duplican, por eso establecemos desde ese límite, sanciones más duras, elevando los montos en los casos de infracción más graves”, indicó.

“Dependiendo de la cantidad de etanol en sangre se producen diversos efectos en el organismo: con 0.15, disminución de reflejos; con 0.2, falsa apreciación de distancias y subestimación de velocidad; con 0.3, trastornos motores y euforia; con 0.5, aumento de tiempo de respuesta; con 0.8, trastorno general del comportamiento; con 1.2, cansancio, fatiga, pérdida de la agudeza visual y con 1.5, embriaguez motora”, ilustró y agregó: “Los efectos dependen de muchos factores, como el tipo de bebida, el peso y la edad de la persona, el cansancio o sueño que tenga o cualquier medicamento que haya tomado. Por eso, no se puede especular en cuanto se debe tomar para no llegar a 0.2 o a 03. Incluso estudios demuestran que aún con esa ingesta mínima, y sin la persona percibir cambios en su conducta, presenta reducción de reflejos y de su capacidad para conducir. Debemos entender que cuando manejamos, no debemos tomar ni una gota de alcohol”.

La ordenanza prevé modificaciones sustanciales en el código de faltas, incluyendo inhabilitación para conducir y cursos obligatorios para todo infractor por alcoholemia. La carga horaria de los cursos dependerá de la gravedad de la infracción, contemplando entre 4 y 20 horas de dictado. Así, quienes sean detectados con un índice de 0 a 0.3 deberán cumplir con este curso. A partir de 0.3 se sumará una penalidad económica, que irá de 50 a 600 Unidades Fijas (UF), aumentando considerablemente en los casos más graves.

Chale también destacó la creación de un fondo público de lucha contra el alcohol al volante convocado y coordinado por las secretarías de Salud y de Control y Convivencia Ciudadana y e integrado por ONG’s locales referentes de la seguridad vial. La finalidad de este fondo será contribuir con el financiamiento de cursos de concientización y reflexión.