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Muros sin Fronteras

‘Trumpismos’, ‘hillarianismos’ y el FBI

Después de meses de primarias, debates televisivos, exabruptos xenófobos e insultos al por mayor, vídeos machistas, rasgaduras de vestiduras por parte de los republicanos, evasión fiscal, correos electrónicos borrados y reaparecidos, investigaciones del FBI y líneas rojas pisoteadas estamos donde estábamos al principio: la presidencia de EEUU se dilucidará este martes entre dos candidatos que provocan más rechazo que pasión. Ganará el menos odiado.

Las encuestas siguen favoreciendo a Hillary Clinton, aunque las últimas noticias (confusas) sobre el caso de los correos electrónicos parecen haber dado un segundo aire a Donald Trump. Veremos si es real. Pase lo que pase el martes, este asunto no va a desaparecer del horizonte. Si el Partido Demócrata no logra la mayoría en alguna de las dos cámaras del Congreso (la de Representantes que se renueva entera; el Senado que se renueva un tercio), los republicanos estarían en condiciones de bloquear la acción política de Hillary, como han hecho con la de Barack Obama, o intentar un impeachment a Hillary si es que llega a la Casa Blanca. En el lodazal de la política todo es posible.

La partida de fondo se juega en dos escenarios: la presidencia y el legislativo, que será más importante que nunca, al menos en los próximos dos años, pues hay que nombrar un juez/a para cubrir la vacante en el Supremo de Antonin Scalia, que rompería el empate actual entre conservadores y liberales. El fallecido Scalia era el oráculo de la derecha judicial. También se especula con la retirada de la progresista Ruth Bader Ginsburg para permitir a una eventual presidenta Hillary elegir otro progresista más joven y garantizarse una mayoría por varios años.

Resumo el caso de los correos, que sirve de nuevo a los republicanos como arma arrojadiza en la última semana: la secretaria de Estado Hillary Clinton utilizó su cuenta personal de correo electrónico y no la oficial, en teoría mejor protegida. Si en ese descuido, como ella lo ha calificado, se han enviado secretos de Estado que podrían poner en peligro la seguridad nacional, habría cometido un delito federal que la inhabilitaría para ser presidenta.

No se sabe si se enviaron documentos secretos por ese canal porque Hillary y/o su equipo borraron miles de esos correos. Wikileaks los ha estado filtrando durante las últimas semanas de campaña. Los demócratas acusan a hackers rusos de estar detrás. Si aún no lo ha entendido, no se preocupe. Es el caso de la mayoría. En este enlace la BBC promete la explicación definitiva.

El FBI descartó la existencia de un delito tras una primera investigación. Su director acaba de anunciar que han descubierto más correos pero aún desconoce el contenido. Que el director del FBI lo diga a pocos días de las elecciones sin aportar nada más ha enfadado a casi todo el mundo que desea la derrota de Trump, incluidos a los Bush. Para el millonario y sus seguidores ha sido la lotería. Para los senadores republicanos que se juegan el escaño los correos les permiten no tener que hablar de Trump, justificarse o defenderse. Para el campo demócrata, la actitud de James Comey es un poco menos que una manipulación electoral.

Este asunto de los correos, que no es nuevo, ha conseguido que se olvide el vídeo machista de Trump y todas sus salidas de tono, con ataques a los inmigrantes, los negros y las mujeres, incluido su escaso patriotismo fiscal.

Pese a todo esto, Trump podría ganar. Después del Brexit, el referéndum de Colombia y lo sucedido con Harry Truman en 1948 nadie debería estar seguro de lo que puede pasar.

La elección de presidente en EEUU es indirecta. Cada Estado tiene asignados un número de delegados en función de su población. La mayoría simple de esos delegados elige presidente/a. Son necesarios 270. La situación teórica según las encuestas es que el tándem Hillary-Kaine estarían a 11 delegados de conseguir la presidencia. Lo pueden comprobar en este link de la web Real Clear Politics.

La clave reside en los Estados que oscilan entre un partido y otro, según las elecciones. Se les llama Swing States. Son el centro de todas las batallas . La presidencia se va a decidir en Nevada, Colorado, Pensilvania, Iowa, Wisconsin, Michigan, Ohio, Virginia, Carolina del Norte, Florida y New Hampshire.

Para consultar la situación en la lucha por el control del Senado puede pinchar aquí. Si desea consultar la Cámara de Representantes, estas son las previsiones.

Te echaremos de menos, Barack

Los programas de humor en los principales canales de televisión se han volcado en las elecciones sin ocultar sus antipatías hacia Trump. De los tres debates del equipo de Saturday Night Live, el mejor fue el primero. Desternillante.

Alec Baldwin en el papel de Trump; Kate McKinnon, en el de Hillary.

Un poco de Dylan.

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