En su primera entrevista a un periódico tras ser elegido, el nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, desgrana sus prioridades y sus recetas para la grave situación que atraviesa España. Afirma que los socialistas deben dejar de "mirarse al ombligo" y pensar en los ciudadanos. Y apuesta por una España unida, convertida en un Estado federal.
Sánchez no rechaza alcanzar pactos con el PP. Le gustaría, incluso, poder acordar con el partido de Mariano Rajoy una reforma de la Constitución para resolver el encaje de Cataluña en España ya que, afirma, el PSOE y el PP deben "anteponer los intereses de España a los intereses de los partidos".
El dirigente madrileño rechaza el populismo y, sin citar expresamente a Podemos, asegura rotundo que "los que proponen no pagar la deuda pública no explican que a quien realmente perjudica esta medida es al trabajador que gana 600 euros al mes".
- ¿Estoy ante el hombre que va a sacar al PSOE de la travesía del desierto y a recuperar el liderazgo de la izquierda?
- Me afilié al PSOE porque es el partido del cambio. La organización política que más ha hecho por modernizar España en lo social, económico y político. Mi ambición es cambiar el PSOE y, con ello, cambiar España. Si algo me ha animado a ser secretario general es que el PSOE recupere su perfil de partido ganador. Ser la izquierda que atraiga al centro. Comparto la afirmación de Felipe González de que nosotros somos la izquierda que aspira a transformar el futuro gobernando el presente. Me distancio de la izquierda que se conforma con imaginar el futuro mientras la derecha gobierna el presente.
- ¿Se refiere a Podemos o a IU?
- Respeto todas las opciones. La izquierda debe ser cuidadosa con las propuestas que hace porque no puede jugarse con las expectativas de gente honrada que sufre la crisis. Aquellos que defienden no pagar la deuda no explican que no hacerlo a quien realmente perjudica es al trabajador que cobra 600 euros y no al miembro de un consejo de administración de una gran empresa. Nosotros haremos propuestas socialistas que conjuguen esperanza, justicia y realismo; sin mirar de reojo a nadie.
- Defínase ideológicamente y dígame cuatro compromisos con su partido y con España.
- Soy socialista por los cuatro costados. Defiendo la intervención del Estado en la economía. Una intervención que proteja al ciudadano, combata el corporativismo, fomente la competencia para reducir los precios, por ejemplo, de la luz que hoy provocan pobreza energética. El principal desafío de España es afrontar una transición económica. Hasta hace seis años, el ladrillo fue el motor de crecimiento; el presente y el futuro debe ser la industria, la internacionalización de empresas y la ventana de oportunidad que representa la lucha contra el cambio climático. Pero, ojo, el Estado también debe modernizarse y acabar con tanta burocracia. Creo que el Estado del Bienestar es la tabla de cohesión social de una clase media duramente castigada por las políticas de la derecha. Soy un socialista que defiendo, por encima de todo, la igualdad de oportunidades que da contar con una educación pública de calidad, y que reniega de todo aquello que cercena la libertad de las mujeres a decidir cuándo ser madres. Creo en la necesidad de transformar España en un Estado laico. Defiendo la unión de España y defenderé a los que de verdad hacen patria todos los días con su esfuerzo y trabajo, la clase media.
- ¿Su horizonte es recuperar los más de tres millones de votos que se han perdido con el liderazgo de Rubalcaba?
- En el PSOE tenemos que dejar de contar los votos que hemos perdido y empezar a contar los que vamos a recuperar siendo fieles a nuestros valores. Nuestro reto es ir al encuentro de todos aquellos votantes que se fueron a otras opciones y a los ciudadanos que se han quedado en la abstención. También iremos al encuentro de aquellos ciudadanos que confiaron su voto al PP y hoy se sienten engañados.
- En definitiva, ¿quiere un PSOE que gire a la izquierda o al centro?
- Aspiro a que el PSOE sea el partido de la izquierda que atrae al centro. Tenemos que hacer propuestas de izquierda que den esperanza y sean realistas, porque la demagogia no es buena consejera y debemos ser escrupulosos a la hora de prometer lo que podamos cambiar.
- Hablando del PSOE, ¿su liderazgo ha estado y está tutelado por Susana Díaz, como dicen algunos para debilitar su imagen?
- El PSOE ha salido de este congreso extraordinario renovado y unido. A mí quien me tutela son los militantes de base, que son los que me han elegido para iniciar la recuperación. A partir de ahí todos los compañeros y compañeras tendrán en mí a un secretario general que se pone a su servicio y a su disposición.
- Vamos, que no es cierto, como se ha publicado, que Susana Díaz le ha exigido pactar con usted todas las líneas estratégicas...
- Nadie me ha exigido nada, pero yo voy a consultar las líneas estratégicas con Susana Díaz, Javier Fernández, Ximo Puig, Patxi López... con toda la Ejecutiva y con todo el partido. En el PSOE que construiremos no sobra nadie. Al contrario, falta gente. Susana Díaz es buena amiga, es la presidenta de la Junta y del partido en Andalucía y no sólo voy a contar con ella, es que quiero su consejo. ¡Faltaría más!
- Tal vez, pero algunos, como Eduardo Madina, no la quieren. Dice que ha dado la espalda a los 40.000 militantes que le apoyaron y no le ha dado ni un día de gracia.
- El compañero Madina sabe que siempre ha tenido abierta la puerta de la Ejecutiva y, de hecho, algunos de los que le dieron su apoyo se han integrado en esta dirección. Lo importante ahora es que todos estamos en el mismo barco y debemos hablar lo justo del PSOE y volcarnos en ofrecer soluciones a los problemas de los españoles. La tarea es liderar un nuevo tiempo en una España que necesita comenzar la tarea de renovar su Constitución, mejorar la calidad institucional y democrática y responder a la pregunta de cómo se va a ganar la vida España. No perdamos tiempo en mirarnos el ombligo. Hay tanta tarea por hacer, y una necesidad urgente de crear una alternativa desde la izquierda al Gobierno de Rajoy que no perderé un minuto de mi tiempo en distraernos con pequeñas escaramuzas.
- ¿Y finalmente habrá primarias en noviembre? Y si es así, ¿se puede dar la paradoja de que Carme Chacón, a la que usted ha integrado, se convierta en su adversaria?
- Las primarias abiertas se van a hacer, pero la fecha la decidiremos entre todos. Con Carme Chacón tengo una buena relación, es un activo del PSOE y pienso trabajar de forma muy estrecha con ella en los próximos años porque doy trascendencia a las relaciones internacionales, que es el área en el que ella va a trabajar.
- En resumen, que este congreso no se parece nada al de Sevilla, donde nunca se produjo la integración...
- No, no se parece. El PSOE es consciente de que no podemos cometer los mismos errores que se cometieron en Sevilla, donde hubo una evidente división. La prueba del algodón es ese 86% de respaldo con el que ha contado la Ejecutiva y el Comité Federal.
- Si usted ganara las próximas elecciones, y doy por hecho que será cartel electoral, dígame qué tres medidas tomaría de forma inminente.
- Lo primero, la derogación de la reforma laboral, que ha provocado que haya más parados que al inicio de la legislatura, la desprotección absoluta, la devaluación de los salarios de los trabajadores y frenado la recuperación económica. Como segunda medida, pondría en marcha una reforma fiscal completamente distinta a la que ha realizado Rajoy, que aliviara la carga fiscal de las clases medias, combatiera el fraude fiscal, y, sobre todo, garantizara la suficiencia financiera de nuestro Estado del Bienestar. También pondría encima de la mesa un plan de captación del talento que ahora ha emigrado fuera de España. Hay que articular bonificaciones fiscales para las empresas que contraten jóvenes con talento que han tenido que salir de España por no tener oportunidades.
- ¿Cuánto costaría garantizar unos ingresos mínimos a todos los desempleados con hijos, tal y como usted propone? ¿Eso es viable?
- Es viable. Propuse al presidente del Gobierno invertir en solidaridad. Este año el Gobierno deja de gastar 5.800 millones de euros por la caída en la tasa de cobertura por desempleo. Por tanto, hay recursos para garantizar un ingreso al mes a todos aquellos hombres y mujeres parados con hijos a cargo.
- ¡Menudo escándalo la evasión fiscal de Pujol!... ¿Hay que conocer el origen de la fortuna?
- Es un escándalo y una enorme decepción comprobar que una figura de la trascendencia de Jordi Pujol haya amasado una fortuna domiciliada en paraísos fiscales. Está claro que algunos supuestos patriotas, cuando tienen que elegir entre patria y patrimonio, siempre optan por su patrimonio y lo llevan a paraísos fiscales. Lo que ha hecho Jordi Pujol exige una respuesta más clara y contundente tanto por parte de CDC como de él mismo. Ya es tarde para que Pujol explique el origen de esos recursos, lo debe hacer de manera inmediata y asumir responsabilidades; así como abrir una comisión de investigación en el Parlamento catalán.
- ¿En qué medida este escándalo influirá en el desafío soberanista emprendido por Artur Mas?
- Yo diferenciaría una cosa de la otra porque aún hay muchos aspectos por aclarar para conocer las consecuencias del caso Pujol. En cuanto al desafío independentista, el PSOE está por la unión de España, por la garantía de que la soberanía nacional reside en el pueblo español y por una reforma constitucional que posibilite la España federal.
- ¿Es cierto que en la entrevista con el presidente del Gobierno la única coincidencia fue que no habrá referéndum? ¿Le ofreció Rajoy un pacto para impedir la consulta?
- La coincidencia está en que esa consulta es ilegal y no puede celebrarse un referéndum en Cataluña. Yo le manifesté a Rajoy que el PSOE tiene la mano tendida para garantizar la unión de España e insistí en la necesidad de una reforma constitucional, no sólo para resolver el conflicto de Cataluña, sino para abordar muchos déficits institucionales que tiene nuestro país. Fue un encuentro cordial, pero con más discrepancias que coincidencias. A mi juicio, la mejor manera de defender la Constitución es renovarla, no petrificarla.
- ¿Hasta qué punto está usted dispuesto a hacer grandes pactos de Estado con el PP?
- Tengo claro que debemos anteponer los intereses de España a los intereses de los partidos, y estoy dispuesto a hacerlo por el bien de los españoles. Ahora bien, pactos no es igual a gran coalición, que rechazo de plano. Por ejemplo, sería positivo contar con un gran pacto social y político educativo, o la misma reforma constitucional por la que abogo.
- ¿Cuáles serían las líneas rojas que no toleraría llegado el caso?
- Mis líneas rojas son que la soberanía nacional reside en el pueblo español; que el principio de igualdad de los ciudadanos, vivan donde vivan, se garantice; la solidaridad entre los pueblos de España y, por supuesto, el reconocimiento a la rica diversidad del país.
- ¿Hay que exigir definitivamente que además de las responsabilidades políticas, los corruptos devuelvan el dinero que han robado?
- Sí, es fundamental. En España no solamente se tiene que hacer realidad eso de que quien la hace la paga, sino además que quien la hace tiene que devolver el dinero robado. La corrupción es un mal que afecta a todos los partidos. A mí no me van a ver en el y tú más, voy a ser totalmente beligerante con la corrupción, sobre todo cuando afecte al PSOE.
- ¿Y en el tema de los ERE, la Junta debe pedir a UGT que devuelva el dinero de las subvenciones que se ha utilizado fraudulentamente?
- El secretario general de la UGT de Andalucía dimitió, asumiendo así sus responsabilidades, y la Junta de Andalucía está actuando con contundencia en los casos de corrupción. El dinero que se ha usado fraudulentamente ha de devolverse en todos los casos, en cualquiera de los casos. Soy partidario de endurecer las penas en el Código Penal para todos los delitos vinculados a la corrupción política.
- ¿Por qué está usted en contra de que gobierne la lista más votada, como propone Cospedal?
- Estoy en contra porque es una medida tramposa que pretende cambiar las reglas del juego minutos antes de terminar el partido, a las puertas de las próximas municipales y, en consecuencia, las pretende trampear. No estoy en contra de afrontar una reforma de la Ley Electoral o de estudiar la segunda vuelta, pero me parece mal que se haga con un objetivo ventajista. También estoy en contra del pucherazo que la señora Cospedal ha perpetrado en Castilla-La Mancha con la reducción del número de diputados.