En verano son muchas las familias que viajan con la casa a cuestas hacia sus destinos vacacionales. Además de las maletas, bolsas e infinidad de otros bultos, es habitual llevarse bicicletas para poder disfrutar de unas agradables rutas sobre dos ruedas allí donde van. Estas monturas deben transportarse correctamente no sólo para evitar sanciones sino, lo más importante, para garantizar la seguridad de todos los usuarios de la vía.
Según las necesidades de cada consumidor, existen diversos tipos de portabicicletas para el coche. Sea cual sea el modelo elegido, antes de emprender la marcha, hay que asegurarse de que las monturas están perfectamente sujetas y bien amarradas para que no se caigan por el camino, ya que esto conllevaría un gran riesgo de accidente para el resto de vehículos en circulación.
Las bicicletas más pesadas cuestan más de subir al techo para fijarlas en su correspondiente dispositivo de transporte
El dispositivo de techo es ideal porque deja libre acceso al maletero y ofrece una visibilidad posterior completa. Sin embargo, es poco recomendable para las bicis que pesan mucho porque costarán más de subir. La modalidad de techo es la que más influye negativamente en la aerodinámica del vehículo; además de generar un mayor ruido, incrementa el consumo de combustible. También hay que tener en cuenta que supone un incremento notable de la altura del conjunto, que podría no poder pasar por determinados lugares como, por ejemplo, un parking.
El portabicicletas de portón trasero, que se fija en la puerta del maletero mediante unos ganchos y cinchas, permite transportar unas tres bicicletas. A diferencia del anterior mecanismo, el propio peso de las monturas dificulta la posibilidad de abrir el portón para acceder al portaequipajes. Asimismo, reduce la visibilidad a través de la luna posterior. En este caso, es importante que no quede tapada la matrícula ni los pilotos traseros.
La carga no puede sobresalir más de un 15% de la longitud del coche y tiene que ir señalizada
El sistema de bola de enganche ofrece gran comodidad y facilidad para cargar las monturas. Es indispensable que el vehículo cuente con una bola de remolque y que la carga (bicicleta+portabicicletas) no exceda el límite autorizado por el fabricante del remolcador. Este tipo de dispositivos con la función para abatirse permiten el acceso al portaequipajes.
Algunas marcas han creado sus propios sistemas para transportar bicis. Uno de los más prácticos es el que monta Opel en algunos de sus modelos. Se llama FlexFix y está integrado en el coche; concretamente, se esconde en el parachoques posterior, de modo siempre está disponible. Puede transportar hasta cuatro bicis o 60 kilogramos de peso y no requiere de herramientas ni accesorios para su instalación.
Opel dispone del FlexFix, un sistema específico para transportar bicicletas y que está integrado en el coche
Antes de salir a la carretera, hay que cerciorarse de que el dispositivo con las monturas no sobresale más de un 15% de la longitud del coche. Por ejemplo, si el automóvil mide 4,5 metros podrá extenderse un máximo de 67,5 centímetros. La carga que sobresale por detrás tiene que indicarse con la señal V-20 (panel cuadrado, de 50 por 50 centímetros, con franjas diagonales alternadas de color blanco y rojo).
Si la bicicleta ocupa el ancho completo del vehículo, se colocará una señal en cada extremo, configurando con las líneas rojas de la señal una V invertida. En ningún caso está permitido que sobresalga lateralmente. De ser así, hay que desmontar la bicicleta. Cuando la matrícula o las luces traseras son poco visibles debido a la carga, es necesario montar una placa adicional y alumbrado por fuera de la carga.