El primer estudio demoscópico sobre el lobo en Sierra Morena, dirigido por el naturalista Miguel David Aguilar, refleja que el 71 por ciento de la población de esta zona apoya la presencia de este carnívoro en sus municipios.

Este estudio, realizado en el año 2000, es el único trabajo sociológico sobre la presencia del lobo en Sierra Morena, la población más meridional de la Península Ibérica, y sus conclusiones son plenamente vigentes, según ha explicado Aguilar.

La Junta de Andalucía ha obtenido recientemente un proyecto Life de Gobernanza y Comunicación Ambiental, que gestionará hasta junio de 2020, con un presupuesto de 1,6 millones de euros.

Aguilar ha indicado que numerosos científicos sostienen que ya no existe una población viable de lobo en Sierra Morena o que los ejemplares supervivientes sufrirían graves problemas de endogamia e hibridación con perros.

Pese a ello, defiende que esta especie "ha de regresar" a Sierra Morena porque "es un garante del equilibrio ecológico y un aliado frente al decaimiento forestal al regular las hoy superpoblaciones de herbívoros silvestres".

Ha recordado que Sierra Morena "es la zona que peor ha llevado la conservación del lobo en el presente siglo" en Europa, donde las poblaciones en peligro "se han recuperado e incluso se han extendido a regiones y países donde ya estaban extinguidas".

Y su estudio refleja que sólo el 23 por ciento de los cientos de vecinos encuestados rechazan la presencia de este carnívoro en estas montañas.

El 56 por ciento de los habitantes de Sierra Morena consideran útil la presencia del lobo, frente al 39 por ciento que no lo considera una especie útil y el cinco por ciento que se abstiene.

Otro 57 por ciento defiende la presencia de esta especie por la necesidad de conservar la biodiversidad; un 26 por ciento porque ayuda a controlar epidemias y seleccionar ungulados; un 10 por ciento porque controla las poblaciones de gatos y perros, un cinco por ciento por la promoción del turismo y otro dos por ciento por el valor cultural de esta especie.

En caso de una reintroducción del lobo en Sierra Morena, el 56 por ciento de los encuestados la apoyaría frente al 36 por ciento que la rechazaría y un ocho por ciento que no se pronuncia.

La mayoría de los partidarios de esta reintroducción -un 65 por ciento- opina que el mejor lugar para hacerla serían los parques naturales repartidos por Sierra Morena, otro 25 por ciento aboga por hacerla en fincas de caza y el 10 por ciento restante opina que en cualquier sitio.

Los ganaderos constituyen el sector más crítico con el lobo, pues el 55 por ciento de ellos rechaza su conservación en Sierra Morena, oposición que sube hasta un 59 por ciento en el caso de una reintroducción.

Por el contrario, se ha obtenido un elevado porcentaje de respuestas positivas hacia el lobo entre estudiantes, educadores y profesores.

El estudio también refleja que el 62 por ciento de los encuestados considera la presencia del lobo incompatible con los cotos de caza, porcentaje que aumenta al 63 por ciento en el caso de los guardas públicos y privados.

Uno de los rechazos más contundentes es el manifestado por el 84 por ciento de los encuestados respecto a la explotación del lobo en cotos cinegéticos como especie de caza mayor, posibilidad que solo apoyan un 11 por ciento de los vecinos.

Este estudio se basa en 1.703 entrevistas -202 de ellas, personales, a cazadores, guardas y ganaderos- y el resto, distribuidas por correo y centros de enseñanza, donde también se repartieron otras 4.975 encuestas.

Estas opiniones se recabaron en 125 municipios de Sierra Morena, pertenecientes a Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía, que suman una población de 544.973 vecinos.

"La juventud y la población rural está a favor del lobo, mientras los sectores más directamente implicados: ganadero y cinegético, no son partidarios, claramente, de su conservación ni de su recuperación", sostiene Aguilar.

En su opinión, es preciso continuar con acciones educativas y de concienciación "para que se mantenga e incremente la actitud positiva existente, pero abordando de forma primordial actuaciones para los sectores ganadero y cinegético, de forma que no vean al lobo como un enemigo del rendimiento de sus actividades y se impliquen en su conservación", ha añadido.

"En Sierra Morena, una población reconocida como en situación muy crítica a principios de siglo no se ha recuperado en absoluto y es considerada como no viable por los especialistas", ha apostillado.